Cómo es ser argentino y hacer las compras en tierras de jeques
La moneda es el riyal y un riyal equivale a 27 centavos de dólar. Un litro de leche cuesta 550 pesos. A sumar...
“Camine, señora, camine”, repetía una y otra vez Lita de Lázzari cuando el oasis del uno a uno ya empezaba a convertirse en una ilusión óptica. Ama de casa y ecónoma devenida en conductora de TV desde los 90, aconsejaba gastar suelas para buscar precios y así resguardar un poco la economía familiar.
En Doha el consejo de caminar no serviría de mucho. Pero Clarín pateó las góndolas de los supermercados de la zona de Al Sadd, uno de los barrios más populosos de la ciudad. Y, por más que se caminó, los precios son similares en los diferentes locales. Para completar el combo negativo todo resulta suntuoso para el bolsillo pesificado de los argentinos. Hay excepciones, pero son sólo eso.
Antes de hablar de precios primero hay que hacer cuentas. Porque cuentas claras conservan... No, porque la moneda oficial qatarí y que rige en todos los negocios es el riyal y, por ignorancia, poco se sabía de su existencia y de su valor. Un riyal equivale a 27 centavos de dólar. Si se lleva al dólar que se consigue en Argentina, que en todas sus variantes ronda o supera los 300 pesos, la regla de tres simple permite calcular que un riyal son algo así como 80 pesos. Redondeando, claro.
Otra aclaración, vital para los hinchas argentinos que vendrán a ver el Mundial: no aceptan todos los dólares. En las casas de cambio y en los bancos rechazan los billetes de series anteriores a 2009. Acá la distinción no es entre cabeza chica y cabeza grande como en nuestras tierras sino entre dólar verde y dólar azulado. Sólo aceptan los que tienen las últimas y mejores medidas de seguridad.
Después de los dos asteriscos explicativos no queda otra que agarrar el changuito y hacer las compras. Hay que aprovisionar la heladera. Y empezar por los alimentos básicos. Ajústense los cinturones. Un litro de leche cuesta 550 pesos, la botella de agua mineral de un litro y medio vale 440, el kilo de harina sale 410 y el maple con 30 huevos cuesta 2.400. Como se ve, empieza cuesta arriba la recorrida.
Más: un paquete de 400 gramos de fideos cuesta 300 pesos, un pan lactal chico se consigue por 280, los 200 gramos de mortadela duelen 500 y el queso de máquina, en la misma proporción, cuesta unos 730. El pack de seis salchichas llega a los 400 pesos. Y para acompañar con mayonesa, el pote mediano sale 1.600. El aceite: maíz, por 1,800 litro, cuesta 1.720 pesos; girasol, en el mismo envase, 200 pesitos menos; y el medio litro de oliva está 1.000. Volviendo a los lácteos, el pote de yogurt sale desde 240 pesos y el kilo de queso tipo Gouda está en promedio 2.700.
Dicho eso, otra enumeración: un kilo de pomelos sudafricanos cuesta 360 pesos, las bananas filipinas salen 520 y las manzanas varían según su color y origen: las libanesas rojas (y pálidas) se consiguen por 320 y las sudafricanas verdes por 200 más. Las italianas, también verdes, llegan a los 1.000 pesos por kilo. Yendo a frutas más lujosas: el kilo de mango trepa por encima de los 3.120 pesos. Y el kilo de un mix de frutos secos llega a los 5.500. Cosa de jeques.
“¡Qué cara está la cebolla!”, asegura el dicho. Acá, sin embargo, está a un precio que podría llamarse lógico: 360 pesos el kilo. Y para completar la ensalada mixta van los otros dos ingredientes: el kilo de tomates cuesta 1.100 aunque hay unos de descarte, para salsa, que apenas superan los 140. ¿Y la lechuga? Los 100 gramos cotizan 620.
Bah, después de la nota no quedan horneros, yaguaretés, Evitas y Rocas que aguanten -tampoco Franklinssin dejar en rojo sangre la caja de ahorro a lo largo de la extensa estadía que aguarda en la tierra del Mundial de Qatar 2022.