Podoroska tiene la disposición para empezar de nuevo aunque le cueste
Una lesión la alejó del circuito en agosto de 2021. Volvió en junio. Los resultados cuestan más de lo esperado.
Empezar de nuevo. Ese el desafío que encara desde hace varios meses Nadia Podoroska. La rosarina tuvo en 2020 una temporada de ensueño en la que llegó a las semifinales de Roland Garros y fue premiada como la Revelación del Año por la WTA. Y el año pasado alcanzó el 36° escalón del ranking, su mejor posición. Pero en su mejor momento una tendinopatía proximal de los isquiosurales de la pierna derecha le causó muchos dolores de cabeza, frenó su ascenso y la obligó a tomarse un largo descanso del circuito: no jugó desde agosto de 2021 hasta junio. La larga inactividad la dejó frente a un escenario parecido al que había enfrentado en sus primeros años como profesional y ante la necesidad de empezar desde abajo.
“Es arrancar de cero, otra vez. Con mucha experiencia en la mochila y más madurez de la que tenía cuando empecé a jugar, pero haciendo exactamente el mismo proceso y el mismo trabajo que cuando tenía 20 años y estaba 200° del mundo, como estoy ahora”, resume la Peque, 205ª del ranking mundial, en el arranque de una extensa charla con Clarín en un rincón del Buenos Aires Lawn Tennis, donde disputó el challenger de Buenos Aires, un torneo que marcó un nuevo paso en su camino para “volver a ser”.
-Toda esa experiencia que llevás en la mochila, ¿es algo positivo en la nueva etapa o te hace querer llegar más rápido y te genera ansiedad?
-Hay un poco de las dos. Apenas volví a competir estaba jugando en el nivel más alto que jugué en estos meses. Y en ese momento sentía muchísimo la ansiedad de volver a ser, de volver a estar. Hoy también la siento porque ya conociendo el camino y habiendo tenido esa experiencia, una quiere descansar en eso. Pero la realidad es que es una incertidumbre total porque el hecho de haber llegado una vez, haber tocado ese ranking, no te garantiza absolutamente nada. Entonces trato de tomarlo como una experiencia que tuve, que fue muy buena para mí y que me demuestra que soy capaz de hacerlo, algo que nunca sabés cuando sos chica y estás empezando. Al mismo tiempo sé que tengo que romperme el lomo de nuevo.
-¿Te costó manejar esas ganas de querer avanzar más rápido de lo que podías?
-Fue difícil. Lo hablé muchísimo con mi ex equipo, del que me separé hace poquitas semanas, y lo trabajo también con mi coach mental. Es un proceso que estoy atravesando. Por momentos lo puedo ver más claro, por momentos no... Estoy en el medio. El tema de la confianza y de la salud mental es fundamental en el tenis porque nos exponemos a situaciones bastante complicadas. Por eso siempre me gusta tener un equipo muy contenedor para sentirme libre a la hora de expresar mis sentimientos. De chiquita me costaba muchísimo decir lo que sentía, lo que pensaba y lo que me estaba pasando. Creo que donde más maduré fue en ese aspecto.
Podoroska -que se despidió de Buenos Aires en los octavos de final al perder por 6-2 y 6-3 ante la montenegrina Danka Kovinic- volvió a competir en la clasificación de Wimbledon (perdió en la segunda ronda). Desde entonces alternó torneos del circuito ITF (llegó a la final en uno en Gran Canaria, en agosto), de los challengers y de la WTA (su mejor resultado fue la semifinal en el 250 de Chennai, en septiembre). En el camino tuvo muchos altibajos. Lo sabe, pero no se desanima.
“Hoy me siento muy lejos de esa Nadia de Roland Garros 2020. Estos últimos meses fueron muy duros y hoy mi nivel es completamente distinto. Y soy consciente de eso. Creo que ese es también uno de los mayores desafíos que tengo: olvidarme, de cierta manera, de todo eso que viví hace dos años y enfocarme en volver a construir de nuevo, de a poquito”, reconoce.
Y agrega: “No sé si voy a poder volver a ese nivel; es la realidad. Sí puedo asegurar que voy a hacer el trabajo, como vengo haciendo desde hace años, y a tener esa predisposición. Voy a seguir entrenando y compitiendo. Lo voy a intentar porque el tenis sigue siendo mi prioridad número 1. Tuve una buena carrera, pero todavía me quedan muchos años de aprendizaje y quiero mucho más”.