Vaso medio lleno o medio vacío

La cuestión pasa -como casi siemprepor mirar el vaso medio lleno o medio vacío. Para la segunda opción hay dos argumentos contundentes: la elite del tenis argentino hizo agua en las dos competencias por equipos más importantes en 2022 ya que los hombres no pudieron ganar siquiera una serie en Bolonia -en la previa ni siquiera era imaginable ser cuarto entre cuatro- y se quedaron afuera de los cuartos de final de la Copa Davis mientras las mujeres -la tenían más complicada, es verdad- sufrieron una abultada derrota ante Brasil y en 2023 volverán a jugar en América por la Copa Billie Jean King. Mientras, del otro lado aparece todo lo que hicieron las segundas líneas. Argentina sumó en 2022 nada menos que 22 títulos challengers cuando el lunes Genaro Olivieri dio su primer grito en ese tipo de torneos al consagrarse en el polvo de ladrillo del Carrasco Lawn Tennis montevideano. La marca es record para un país en una temporada y todavía puede aumentarse. El cordobés Pedro Cachin, afirmado entre los mejores 100 tenistas del mundo, fue el máximo ganador con cuatro conquistas pero en esa lista también aparecen nombres como los de Juan Manuel Cerúndolo, Camilo Ugo, Francisco Comesaña, Tomás Etcheverry, Santiago Rodríguez Taverna, Facundo Díaz Acosta y Juan Bautista Torres que tienen 23 años o menos, están en el top 250 y simbolizan, de alguna manera, el recambio de un futuro próximo. Las chicas, por su parte, gracias a una serie de torneos jugados en nuestro país pudieron sumar éxitos y puntos y también marcan lo que se vendrá. En ese grupo aparecen Julia Riera, Jazmín Ortenzi, Solana Sierra, Lucía Peyre, Luciana Moyano y Luisina Giovannini (sólo 16 años), por ejemplo. Ellas se metieron en el ranking. Y también forman parte de ese vaso medio lleno.