La cocinera que cambia de acuerdo al conductor
Con más de 30 años en la gastronomía, trabaja junto a Mirtha Legrand, a Juana Viale y a Guido Kaczka.
Más allá de su oficio y prestigio como cocinera, hace rato que Jimena Monteverde también se mueve como pez en el agua en la televisión. Después de tres décadas cocinando y compartiendo recetas desde la pantalla, se ganó su lugar y su público por mérito propio. Ahora, forma parte de tres ciclos: La noche de Mirtha, Almorzando con Juana y Los 8 escalones del millón, todos por El Trece.
Con su simpatía habitual, Monteverde es una de las caras más habituales de la televisión y aprendió muy bien desenvolverse en cada ciclo, de acuerdo a los conductores. Apelando a su versatilidad sabe mostrar una faceta distinta, según quien conduzca, una suerte de estilo "a la carta" a gusto del conductor de turno y al tono del programa.
Con Mirtha Legrand tiene un trato especial, ya que se declara fan de la diva. Los sábados, cuando le toca atender la mesa de Chiquita y sus invitados, sin perder su frescura se muestra más sobria. Cada tanto, Mirtha, a quien Monteverde considera "la leyenda de nuestra televisión", le pone los puntos desde el oficio, aunque de manera cariñosa.
Así sucedió en una de las emisiones, cuando la cocinera contó en cámara que le hace llegar a la diva, a su casa, uno de sus postres preferidos, la creme Brülée. Esa infidencia pública le valió un reto maternal por parte de la conductora que la reprendió con humor, diciéndole: "No le digas al público que me mandás la comida porque queda horrible”.
Más allá de esos idas y vueltas simpáticos entre ambas, para Monteverde es un orgullo formar parte del legendario ciclo de la diva y cocinar para ella y sus comensales sabatinos.
Por el contrario, los domingos el tono es completamente distendido con Juana Viale, con quien tramó una relación de complicidad. Apelando mucho más al humor, con la nieta de Mirtha la cocinera se anima a soltar su faceta espontánea y hasta un poco más guarra.
El vínculo entre Jimena y Juana se afianzó desde que empezaron a compartir pantalla durante la pandemia,
cuando la actriz reemplazó a su abuela en las mesas televisivas. Y, más de una vez, hasta se mostraron a la par en la cocina, durante un segmento del programa, en donde Jimena no tiene problema en hacer notar que, en ese terreno, ella es la autoridad. La mutua buena onda las llevó a pensar incluso, en un futuro, en la posibilidad de hacer un programa juntas.
Por otra parte, el perfil de Monteverde cambia, cual camaleón televisivo, cuando está en el ciclo de Guido Kaczka, como parte del panel de jurados durante la semana. En ese rol, busca empatizar con el conductor y con los participantes, muchas veces nerviosos ante su primera vez en televisión. Acotada a su función, intenta hacer de la gastronomía un tema amigable e incluso, didáctico.
También se muestra feliz de formar parte del ciclo de preguntas y respuestas, adaptándose a un formato completamente distinto a los anteriores y que requiere de otra dinámica. Siempre que tuvo oportunidad, Jimena hizo públicos sus elogios hacia Kaczka, a quien destacó, según su opinión, como "el gran conductor de la televisión argentina".
A estos tres ciclos, la cocinera sumaba un cuarto: Como todo, dedicado completamente a la gastronomía y que, hasta el año pasado, se emitía por la señal de cable Net TV. Cumplida una etapa, Monteverde decidió tomarse una pausa para descansar.
Ahora, siempre lista para compartir recetas y tips con su particular estilo, Jimena sueña con un programa propio que puede llegar en cualquier momento. ¿Será por El Trece?w