El Senado busca repetir una trampa que la Corte Suprema ya rechazó
Es la “división ficticia” del bloque oficialista -tal como la definió el máximo Tribunal- para sumar un tercer consejero.
Esta semana, el bloque mayoritario del Senado decidió ejecutar un nuevo intento de nombrar tres senadores, en lugar de los dos que legalmente le corresponde, a fin de representarlo en el Consejo de la Magistratura.
Desafortunadamente, vuelven a insistir con la “división ficticia” de dicho bloque en dos partes. Ello al sólo efecto de buscar apropiarse ilegítimamente del representante que, conforme a derecho, le corresponde a la segunda minoría.
Sin perjuicio de que la justicia seguramente volverá a rechazar la consumación de esta maniobra, lo cierto es que la decisión del Senado no suma en nada a la hora de fortalecer la seguridad jurídica y de recuperar la sana convivencia que es dable esperar de nuestra dirigencia política.
La ley que regula estas designaciones es clarísima: “los presidentes de la Cámara de Senadores y de Diputados, a propuesta de los respectivos bloques, designarán cuatro legisladores por cada una de ellas, correspondiendo dos al bloque con mayor representación legislativa, uno por la primera minoría y uno por la segunda minoría.” De acuerdo a una interpretación de buena fe, teniendo en cuenta la realidad de los hechos, la calificación de los bloques en función a la cantidad de integrantes de cada uno de ellos es la siguiente:
Frente de Todos: Bloque mayoritario -35 senadores; UCR: Primera minoría -18 senadores-; PRO: Segunda minoría – 9 senadores-.
Al dividir el Bloque en dos –veintiuno y catorce respectivamente-, el Frente de Todos intenta nuevamente desplazar ilegítimamente a la segunda minoría.
Nuevo intento, porque el primero fue rechazado recientemente por la Corte, en el caso “Juez, Luis Alfredo y otro s/Honorable Cámara de Senadores de la Nación s/amparo ley 16.986”. En dicho fallo, el máximo tribunal resolvió que la partición del bloque Frente de Todos resultaba “inoponible a los fines de la conformación del Consejo de la Magistratura”.
Asimismo declaró “la nulidad del decreto parlamentario por medio del cual la presidencia de la honorable Cámara de Senadores designó como representante de la segunda minoría para integrar el Consejo de la Magistratura, como miembro titular, al Senador Martín Doñate y, como suplente, al Senador Guillermo Snopek.” La Corte dejó en claro que la “división referida no obedece a fines genuinos sino al objetivo de una fuerza política de ocupar en el Consejo un lugar que no le corresponde.” También añadió que “la Presidencia del Senado designó al representante de dicha cámara a propuesta de un bloque que se constituyó ficticiamente como segunda minoría, desplazando de modo ilegítimo al bloque que reúne esta condición (el Frente PRO)”.
A pesar de la contundencia de ese fallo, el Frente de Todos vuelve a insistir con la misma maniobra para designar un 3° representante cuando legalmente no le corresponde.
Ello, bajo la excusa de que dicho fallo no resultaría aplicable en el caso en cuestión, por cuanto -sostienensólo tiene implicancia para el período que finaliza en el año 2022 y no en el que habrá de comenzar a partir de dicha oportunidad.
Más allá de que dicho argumento es discutible, lo que sí resulta indudable es que se trata de las mismas personas y que el fondo del asunto es de idéntica naturaleza. Esto significa que a la hora de resolver la cuestión, la Corte necesariamente aplicará como precedente el mismo criterio del fallo aquí referido.
Incluso me animo a sostener que, en atención a los principios de “buena fe” y de “economía procesal”, la Corte bien podría no tomar juramento al 3° senador propuesto por el Frente de Todos. Es que no existe ningún elemento objetivo válido que permita consentir una maniobra que resulta tan ilegítima e inoponible como la ya realizada y rechazada.
Más aún cuando en el considerando 8° la Corte señaló que “la fecha de la notificación de la sentencia -del fallo que en diciembre declaró inconstitucional la integración del Consejo dispuesta con la reforma de 2006, y restauró la anterior- es el momento que el Congreso debe tener en cuenta para determinar cuál es el bloque de cada cámara que, por ser la segunda minoría, debe proponer el representante correspondiente, toda vez que no ha habido una nueva elección legislativa que haya modificado la composición de la cámara”.
Lamentablemente, la decisión del Frente de Todos en el Senado contradice la propuesta reciente de iniciar un “Diálogo Democrático”, el cual requiere, como condición mínima indispensable, la existencia de buena fe en el trato con el adversario. Argentina está viviendo momentos muy difíciles y dolorosos. La realidad reclama “¡hechos, no palabras!” ■
La decisión del FdT en el Senado contradice la propuesta de iniciar un “Diálogo democrático”