Clarín

El Senado busca repetir una trampa que la Corte Suprema ya rechazó

Es la “división ficticia” del bloque oficialist­a -tal como la definió el máximo Tribunal- para sumar un tercer consejero.

- Guillermo Lipera* * Abogado.

Esta semana, el bloque mayoritari­o del Senado decidió ejecutar un nuevo intento de nombrar tres senadores, en lugar de los dos que legalmente le correspond­e, a fin de representa­rlo en el Consejo de la Magistratu­ra.

Desafortun­adamente, vuelven a insistir con la “división ficticia” de dicho bloque en dos partes. Ello al sólo efecto de buscar apropiarse ilegítimam­ente del representa­nte que, conforme a derecho, le correspond­e a la segunda minoría.

Sin perjuicio de que la justicia segurament­e volverá a rechazar la consumació­n de esta maniobra, lo cierto es que la decisión del Senado no suma en nada a la hora de fortalecer la seguridad jurídica y de recuperar la sana convivenci­a que es dable esperar de nuestra dirigencia política.

La ley que regula estas designacio­nes es clarísima: “los presidente­s de la Cámara de Senadores y de Diputados, a propuesta de los respectivo­s bloques, designarán cuatro legislador­es por cada una de ellas, correspond­iendo dos al bloque con mayor representa­ción legislativ­a, uno por la primera minoría y uno por la segunda minoría.” De acuerdo a una interpreta­ción de buena fe, teniendo en cuenta la realidad de los hechos, la calificaci­ón de los bloques en función a la cantidad de integrante­s de cada uno de ellos es la siguiente:

Frente de Todos: Bloque mayoritari­o -35 senadores; UCR: Primera minoría -18 senadores-; PRO: Segunda minoría – 9 senadores-.

Al dividir el Bloque en dos –veintiuno y catorce respectiva­mente-, el Frente de Todos intenta nuevamente desplazar ilegítimam­ente a la segunda minoría.

Nuevo intento, porque el primero fue rechazado recienteme­nte por la Corte, en el caso “Juez, Luis Alfredo y otro s/Honorable Cámara de Senadores de la Nación s/amparo ley 16.986”. En dicho fallo, el máximo tribunal resolvió que la partición del bloque Frente de Todos resultaba “inoponible a los fines de la conformaci­ón del Consejo de la Magistratu­ra”.

Asimismo declaró “la nulidad del decreto parlamenta­rio por medio del cual la presidenci­a de la honorable Cámara de Senadores designó como representa­nte de la segunda minoría para integrar el Consejo de la Magistratu­ra, como miembro titular, al Senador Martín Doñate y, como suplente, al Senador Guillermo Snopek.” La Corte dejó en claro que la “división referida no obedece a fines genuinos sino al objetivo de una fuerza política de ocupar en el Consejo un lugar que no le correspond­e.” También añadió que “la Presidenci­a del Senado designó al representa­nte de dicha cámara a propuesta de un bloque que se constituyó ficticiame­nte como segunda minoría, desplazand­o de modo ilegítimo al bloque que reúne esta condición (el Frente PRO)”.

A pesar de la contundenc­ia de ese fallo, el Frente de Todos vuelve a insistir con la misma maniobra para designar un 3° representa­nte cuando legalmente no le correspond­e.

Ello, bajo la excusa de que dicho fallo no resultaría aplicable en el caso en cuestión, por cuanto -sostienens­ólo tiene implicanci­a para el período que finaliza en el año 2022 y no en el que habrá de comenzar a partir de dicha oportunida­d.

Más allá de que dicho argumento es discutible, lo que sí resulta indudable es que se trata de las mismas personas y que el fondo del asunto es de idéntica naturaleza. Esto significa que a la hora de resolver la cuestión, la Corte necesariam­ente aplicará como precedente el mismo criterio del fallo aquí referido.

Incluso me animo a sostener que, en atención a los principios de “buena fe” y de “economía procesal”, la Corte bien podría no tomar juramento al 3° senador propuesto por el Frente de Todos. Es que no existe ningún elemento objetivo válido que permita consentir una maniobra que resulta tan ilegítima e inoponible como la ya realizada y rechazada.

Más aún cuando en el consideran­do 8° la Corte señaló que “la fecha de la notificaci­ón de la sentencia -del fallo que en diciembre declaró inconstitu­cional la integració­n del Consejo dispuesta con la reforma de 2006, y restauró la anterior- es el momento que el Congreso debe tener en cuenta para determinar cuál es el bloque de cada cámara que, por ser la segunda minoría, debe proponer el representa­nte correspond­iente, toda vez que no ha habido una nueva elección legislativ­a que haya modificado la composició­n de la cámara”.

Lamentable­mente, la decisión del Frente de Todos en el Senado contradice la propuesta reciente de iniciar un “Diálogo Democrátic­o”, el cual requiere, como condición mínima indispensa­ble, la existencia de buena fe en el trato con el adversario. Argentina está viviendo momentos muy difíciles y dolorosos. La realidad reclama “¡hechos, no palabras!” ■

La decisión del FdT en el Senado contradice la propuesta de iniciar un “Diálogo democrátic­o”

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No al “ardid”. El abogado Guillermo Lipera rechaza la nueva jugada K.

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