“¿Dónde está Messi?”, la sorpresa y la frustración de los periodistas
Españoles, ingleses, latinoamericanos y asiáticos se quedaron con las ganas de ver al capitán argentino.
“Where is Messi?”, preguntan entre el enojo y la preocupación, como en un eco, periodistas ingleses, asiáticos y árabes, al mismo tiempo. ¿Dónde está Messi?, ¿le pasó algo?, repiten con distintos acentos, españoles y latinoamericanos, desencantados por la ausencia del motivo por el cual asisten al primer entrenamiento abierto a la prensa de la Selección en Doha.
Casi 300 periodistas de distintas latitudes se hicieron presentes en la Universidad Nacional de Qatar para ver a Messi. Los argentinos teníamos otra prioridad: ver cómo estaban los “tocados”. Pero la mayoría de los medios presentes, en número bastante superior a los que fueron el día anterior a ver la práctica de la
Francia campeona del mundo, enfocaban sus potentes cámaras a una puerta desde la que nunca salió el rosarino de 35 años.
Hubo que explicarles que no había nada preocuparse, que apenas se trató de los primeros quince minutos, que Lionel Scaloni usó ese tiempo para mostrar a Acuña, Romero, Papu Gómez, Dybala y Lautaro Martínez, los que estaban en observación física, entre los 17 que salieron a entrenar.
Messi estaba, pero en el gimnasio, junto a Di María, Otamendi, Paredes, De Paul y Lisandro Martínez. Poco después ellos se unieron al resto para completar el entrenamiento. Una primera parte técnica y una segunda táctica pensando en el debut del martes 22 ante Arabia Saudita. Pero ya no había testigos externos.
La decepción fue inmensa. Un periodista peruano prometía con voz potente la presencia en vivo, en “exclusiva” para su país, invitaba a los niños a vivir un momento histórico, con un entusiasmo contagioso. No pudo cumplir.
El imán de Messi es cada vez más magnético. El planeta fútbol siente que Qatar 2022 será el Mundial de Leo, finalmente, después de cuatro ediciones en las que fue protagonista, pero sin brillar a la altura de lo que su magia permitía esperar.
Igual, de Alemania 2006 a Rusia 2018 sumó 19 partidos, quedando a uno de Javier Mascherano y dos de Diego Maradona. Es decir, Leo está a poco de ser el argentino con más presencias. Es una de las marcas individuales que puede romper, también la de máximo goleador: tiene seis goles, igual que Mario Kempes, dos menos que Maradona y Guillermo Stábile, y un poco más lejos de Gabriel Batistuta, el líder en el rubro con 10.
También está cerca de superar otro récord de Diego, el de los partidos como capitán: Leo tiene 12 y el 10 eterno, 16. Además, llegó a una final del mundo. No es poco, tal vez sea insuficiente (injusto también) para la expectativa que genera.
Por sus 15 años en el máximo nivel y por su presente redimensionado en el Paris Saint-Germain, pero también por sus mensajes corporales cuando se pone la camiseta de la Selección (cada vez más propia, cada vez más disfrutable) ya nadie se anima siquiera a discutirlo.
Hay un Messi imperial dispuesto a conquistar la parte del mundo que todavía no es suya. Y el planeta fútbol lo sabe.
Por eso la ansiedad para verlo desbordó a la Universidad Nacional de Qatar, aunque se tratará de un simple entrenamiento.w
El imán de Messi es cada vez más magnético. El planeta fútbol siente que Qatar será su Mundial.