Rapallini, el árbitro punk dispuesto a disfrutar su primer Mundial
No pierde la sonrisa y asegura que no siente presión. Y afirma: “Vine a disfrutar absolutamente todo”.
El árbitro punk adopta aquí, en Doha, un perfil FIFA. Es Fernando Rapallini, apodado así en algunas páginas de Internet con picardía debido a su fanatismo por ese tipo de rock y su habitual presencia en los recitales.
No hay un peinado extraño y aros; apenas el tatuaje en su pierna izquierda que recuerda los países por los que pasó. Ya tiene a Qatar en su piel.
En una mañana más que calurosa atiende en la zona mixta a la prensa en inglés y español y, más allá de que cuida mucho cada palabra, no puede y quiere disimular su alegría. “Vine a hacer mi Mundial, vine a disfrutar absolutamente de todo. No siento presión sino mucha libertad y alegría para dirigir. Es un orgullo y un privilegio muy grandes”, dice.
A los 44 años, con tres Superclásicos y siete finales en el curriculum más el plus de haber sido el primer árbitro sudamericano en dirigir en una Eurocopa (fue el 17 de junio de 2021 en Ucrania-Macedonia, cuando cobró bien dos penales), Rapallini es uno de los siete representantes del arbitraje argentino. Lo acompañan Facundo Tello, el otro juez principal (es la primera vez que Argentina aportará dos en un Mundial), los asistentes Juan Pablo Belatti (irá por su tercer Mundial), Diego Bonfá, Ezequiel Brailovsky y Gabriel Chade más Mauro Vigliano como encargado del VAR.
¿Una prueba de que el arbitraje argentino tiene una mejor imagen de la que se piensa? “Tiene que ver con la carrera de cada uno y lo que cada uno se ganó en la cancha”, responde el platense que además trabaja en un emprendimiento familiar de construcción y diseño de piletas de natación.
Siempre amable, parece un poco incómodo cuando le insisten en que para que él llegue a la final Argentina debería quedar eliminada. “Todavía no empezamos, vamos paso a paso”, dice en una elegante salida.
Se niega, también, a cualquier comparación con el fútbol argentino; es evidente que en la instrucción también se habló de la relación con todo lo externo.
Después, bajo un sol asesino, Rapallini conversa a solas con Clarín.
-¿Cómo vivís tu primera experiencia mundialista?
-Con mucha expectativa, muy contento; estamos trabajando muy duro desde hace mucho tiempo, tenemos mucha instrucción, entrenamiento y preparación.
-¿Ya les dieron desde la FIFA algún lineamiento preciso de cómo quieren que dirijan?
-Preciso tenemos que ser con todo. Estamos con la instrucción de hacer las cosas como las venimos haciendo para tratar de que sea un espectáculo muy lindo para todos y no más que eso. Las reglas son las mismas. La idea es respeto por el juego y por la integridad del jugador.
-Una novedad será la tecnología del fuera de juego semiautomático. ¿Te parece que los ayuda?
-Sí, claro, es una herramienta muy valiosa que nos va a permitir tener más celeridad en las decisiones y en el juego.
-Estás a favor del uso de la tecnología.
-Sí, por supuesto, es una gran ayuda. Nosotros tenemos que tomar las decisiones en el campo y después, si cometemos algún error, para eso está la tecnología.
-La otra novedad será la presencia de seis árbitras por primera vez en la historia de la Copa del Mundo. ¿Cómo viven ese cambio?
-Con mucha alegría. Para nosotros las árbitras son compañeras, es algo natural. Somos un solo equipo: cuando arribamos a Doha hace diez días un cartel de FIFA decía “Team One” y nosotros decimos que es “One team”, un sólo equipo. Y no es un juego de palabras; lo tomamos con naturalidad. -Para los hinchas tal vez no sea tan natural que dirija una mujer.
-Para nosotros sí.
Saluda Fernando Rapallini, apurado por un hombre de la FIFA que hace respetar los tiempos. Luego, termo y mate en mano, se sube a un micro para seguir disfrutando su primera aventura Mundial.w
“Para nosotros las árbitras son compañeras, es algo natural”.