El show de la grieta, ¿debe continuar?
Después de años de fuerte grieta y división entre los argentinos, pocos dudan de que será imposible salir de la crisis económica y social y avanzar en el desarrollo si no se trabaja en acuerdos verdaderos entre los distintos sectores. Y especialmente en áreas como educación, ciencia o tecnología, motores de un posible despegue desde la actual decadencia.
Todo intento por cerrar la grieta es bienvenido y uno de esos fue la convocatoria a la “Noche de la Educación” de Argentinos por la Educación, quienes la semana pasada organizaron un evento por la enseñanza con personalidades y dirigentes de ambos lados de la disputa política.
“Acá hay personas del campo que podríamos llamar nacional y popular y otros que podríamos agrupar como republicanos”, dijo en la apertura uno de los directivos de la ONG, quizás tratando de evitar decirlo como lo entienden en el barrio: K y antiK.
Después vino el debate y lo que ya casi todos saben: el fuerte cruce entre el dirigente social Juan Grabois y la ministra porteña Soledad Acuña, en el que también se vio involucrado el ministro de Educación de Mendoza Juan Manuel Thomas, a quien Grabois mandó a “esforzarse más papá” y “bancarse la responsabilidad que tiene como funcionario”. Más allá del contenido de la disputa (todo bastante previsible), lo interesante es analizar si estos encuentros contribuyen a cerrar la grieta. Y en esto hay dos miradas. Están quienes creen que es imposible encarar un diálogo con alguien que no tiene vocación de diálogo (siempre el otro), y quienes afirman que hay que hacer todo tipo de intento, como sea.
Poro hay otra alternativa: estimular siempre el diálogo, aunque con ciertas reglas. La primera, que no vale mentir: los argumentos deben basarse siempre en la evidencia y la estadística debe manejarse con rigurosidad.
La segunda, obviamente, es que no haya ningún tipo de agresión personal. Tarjeta roja directa. Ahora, si se trata de un evento público -como el de la semana pasada-, sabemos que todo será más “picante” (para no defraudar a la tribuna propia), y que habrá chicanas y esas picardías que hacen estos debates más divertidos y atractivos. Es el tipo de contenido que levanta el rating en la tevé o la audiencia en la Web.
Porque pase lo que pase, bien es sabido que para muchos el show de la grieta debe continuar. Y es un dato que también hay que tomar en cuenta si alguien piensa en empezar a cerrar la grieta.