Bolsonaro llamó a los jefes militares tras el rechazo judicial a sus denuncias de fraude
Su partido había hecho una nueva impugnación contra las urnas y el triunfo de Lula. El tribunal repudió como de mala fe el planteo e impuso una multa millonaria a los denunciantes.
La transición a un nuevo gobierno del PT en Brasil, que debe asumir el primero de enero, continúa en terreno complicado y ominoso. Este jueves el presidente saliente llamó a una reunión imprevista con los jefes militares, despues de que la justicia rechazara en malos términos un recurso presentado contra el resultado electoral por la dirigencia del Partido Liberal oficialista y le impusiera una multa de 4,3 millones de dólares a los denunciantes.
La demanda, defendida por el presidente de esa fuerza, Waldemar Costa Neto, reclamaba una anulación masiva de los votos de la segunda vuelta del 30 de octubre, concretamente el sufragio en 279 mil urnas electrónica, con el argumento de supuestas dudas en las máquinas. Si se le daba la razón, Bolsonaro lograría una mayoría que indicaría que ganó las elecciones.
El titular del Tribunal Superior Electoral, el juez Alexandre de Moraes rechazó la presentación denunciando “la total mala fe del demandante”, calificó de “extravagante” el planteo y “ofensivo” para el Estado democrático.
El juez, rutinariamente criticado por el presidente debido a su posición independiente, había exigido al Partido Liberal que incluya con pruebas también a la primera vuelta del comicio. En esa primera cita se definió la integración del Parlamento, en la cual los liberales obtuvieron una sorpresiva e importante cosecha de bancas. Si se revisa todo el proceso, esos resultados también serían objetados. Por cierto, Costa Neto junto a su abogado Marcelo de Bessa, rechazó el pedido del tribunal con argumentos confusos sobre que en tal caso se afectaría a “mucha gente” e insistió en centrarse en la segunda cita.
De Moraes afirmó en su fallo que lo que se había hecho era “ostensiblemente ofensivo al Estado Democrático de Derecho y realizado de manera intrascendente con el propósito de alentar movimientos delictivos y antidemocráticos”. El juez remarcó la total ausencia de evidencias.
Según la tardía denuncia, si se anulan esos votos, Bolsonaro lograría el 51% de los sufragios y poco menos Lula da Silva.
En Brasil trascendió que la presentación del Partido Liberal fue redactada por el propio mandatario, quien hasta el momento no reconoció la derrota en las elecciones. Solo dos días después del comicio, aceptó la transferencia del poder al ex sindicalista metalúrgico y ex presidente.
Este jueves, el mandatario saliente llamó a una reunión fuera de agenda con los mandos militares en la residencia oficial de Alvorada, en Brasilia. Según los analistas, un gesto para dejar en evidencia su ofuscación, pero también consolidar la opinión en sus bases más fanáticas respecto a que el comicio fue manipulado para favorecer a Lula da Silva. Desde el resultado del comicio se generalizaron en Brasil manifestaciones frente a los cuarteles de partidarios de Bolsonaro que reclaman una acción militar, un golpe en concreto, que impida la asunción el primero de enero del mandatario electo.
En la reunión participaron el general Walter Souza Braga Neto, que fue su candidato a vicepresidente en los comicios de octubre, y militares del Ejército y la Fuerza Aérea.
Según fuentes citadas por la prensa local, entre ellas el portal de noticias Antagonista, también fueron citado los jefes de las Fuerzas Armadas, del Ejército, el general Marco Antonio Friere Gomes; de la Marina, el almirante Garnier Santos; y de las Fuerza Aérea, el brigadier Carlos Almedia Baptista jr. Las versiones en Brasilia, no desmentidas por el gobierno, consignaban que el motivo de la reunión fue discutir el rechazo judicial a la nueva presentación contra las elecciones y la victoria de Lula da Silva.
Durante más de un año, Bolsonaro estuvo afirmando que el sistema de votación electrónica en Brasil se prestaba para el fraude, aunque jamás presentó pruebas.
Brasil empezó a utilizar el sistema de votación electrónica en 1996 y expertos nacionales e internacionales han supervisado de cerca el sistema y jamás han encontrado pruebas de que se haya utilizado para un fraude electoral.
El equipo de transición del presidente electo también tomó contacto con algunos jefes militares este jueves. En uno de los encuentros participó el excomandante del Ejército, general Edson Pujol, y el ex ministro de Defensa, general Fernando Azevedo e Silva. Ambos militares se desempeñaron en el gobierno de Bolsonaro, hasta marzo de 2021, cuando fueron separados de sus cargos.
Según fuentes del Partido de los Trabajadores de Lula, Pujol y Azevedo e Silva son militares con un perfil más “profesional” e “institucionalista” que fueron dimitidos por el presidente saliente cuando se opusieron a adoptar posiciones a favor del gobierno.
Aloizio Mercadante, dirigente del PT y coordinador de los grupos de transición, reiteró este miércoles que la intención el nuevo gobierno es nombrar a un civil en el ministerio de Defensa al revés que Bolsonaro, que designó siempre en ese cargo a generales. ■