Maduro y la oposición retoman el diálogo con un nuevo escenario
Con renovado impulso internacional, el régimen de Nicolás Maduro y la oposición reanudan hoy en México sus negociaciones sobre la crisis de Venezuela, tras 15 meses de interrupción que oxigenaron al chavismo.
Se espera que los diálogos se focalicen en un programa de ayuda humanitaria para Venezuela así como las condiciones para los comicios presidenciales previstos para 2024 y reclamados por los opositores.
La reanudación del diálogo se produce dos semanas después de que gobierno y oposición se reunieron en París para abordar la crisis en una cita promovida por el presidente francés Emmanuel Macron. Asistieron el ministro chavista Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde, representante de la opositora Plataforma Unitaria.
Mediante el diálogo, Maduro procura conseguir que se suspendan todas las sanciones que pesan sobre su administración y altos funcionarios, incluido él mismo. La oposición, por su parte, acude al diálogo “con la urgencia y la voluntad de encontrar, de una vez por todas, acuerdos tangibles y reales que se traduzcan en soluciones para la crisis humanitaria” y en “elecciones libres y observables”, dijo en una nota.
Las conversaciones -que comenzaron formalmente en septiembre de 2021 en México- se mantienen suspendidas desde octubre de 2021 cuando Maduro le ordenó a su delegación retirarse en protesta por la extradición a EE.UU del empresario de origen colombiano Alex Saab, señalado como testaferro del chavismo y acusado de lavado. El régimen incorporó a la esposa de Saab, Camila Fabri, como miembro de la delegación oficial en los diálogos.
El escenario local y mundial ha cambiado desde la última ronda. El opositor Juan Guaidó ha perdido aliados clave desde que en 2019 se autoproclamó presidente encargado. Y los partidos opositores también perdieron las elecciones regionales del año pasado. Pero la situación internacional, con la guerra de Ucrania que elevó los precios de la energía, disparando la inflación global y demandando más petróleo para contener los precios del crudo, fueron elementos decisivos del nuevo tablero.
Ese cuadro alteró el rumbo de la Casa Blanca de Joe Biden. Fue así que en mayo y junio envió delegados a Caracas. Washington sigue desconociendo a Maduro y considera a Guaidó el líder “legítimo” de Venezuela, pero expresó disposición a revisar sus sanciones. Europa también busca salidas y Maduro dice estar “listo” para proveerle petróleo y gas.
A este cuadro se sumaron las condiciones internas de Venezuela, que ha aliviado su crisis económica aniquilando su moneda en una virtual dolarización. Al mismo tiempo, la industria petrolera comenzó a dejar atrás el estatismo de Hugo Chávez hacia una oferta de privatización de ciertos negocios alentada por una agenda económica de corte ortodoxo conducida por la vicepresidente Delcy Rodriguez. El mismo tono privatizador se nota ahora en la industria minera. Todo este giro se integra a los negocios de sectores de la oposición, ávidos de participar en el nuevo esquema favorecido con la revisión de las sanciones económicas decidida por la Casa Blanca.