El consumo “revancha” evitó la caída de la economía este año
La recuperación de la economía fue mayor a lo esperado a lo largo del 2022, de acuerdo a las proyecciones publicadas por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA que se fueron ajustando al alza con el correr de los meses. En enero pasado se esperaba un crecimiento del 3%, en octubre se habló de 4,8%. Para la consultora Ecolatina el crecimiento podría superar 5% .
Eso sí la consultora advierte que “al mismo tiempo que mejoraban los pronósticos de 2022, se recortaban los del crecimiento de 2023. En enero el REM esperaba una expansión cercana al 2,2% el año que viene, estimación que se fue ajustando mes a mes hasta llegar a 0,9. en octubre”.
Pero, ¿ cuáles son los factores permitieron un crecimiento mayor al esperado este año? y, por el contrario, ¿qué factores y riesgos se encuentran detrás del menor crecimiento previs to en el año electoral?
“Un primer factor que impulsó la demanda en el primer semestre del año estuvo relacionado a los ingresos de los hogares y el empleo. En este sentido, el salario real de los trabajadores registrados logró ubicarse por encima de la inflación en este lapso (+2,9% en términos reales) gracias a paritarias que lograron ajustar rápidamente, y si bien los salarios informales cayeron (-6,1%.), los ingresos totales de los hogares -que contemplan también los ingresos no laborales, como las transferencias del Estado-crecieron en términos reales (+6,3% ). Además, se verificó tanto una baja en el desempleo como una suba en la tasa de empleo a los mejores niveles de los últimos años, donde jugó el efecto del “trabajador adicional”: en un contexto de caída del salario informal, trabajadores que se encuentran fuera del mercado laboral se insertan para paliar el deterioro del ingreso total del hogar”, señaló la consultora fundada por Roberto Lavagna.
Junto a esto, “persistió el impacto del sesgo pro-consumo en la economía, reflejado en una propensión marginal a consumir en niveles altos. En otras palabras, se observó una tendencia a destinar al consumo una mayor parte de los ingresos, dejando así una menor proporción al ahorro. Dicho esto, teniendo en cuenta que se acumulan cuatro años consecutivos de deterioro del salario real, la leve mejora de los salarios -formales-hace que la sociedad priorice el muy corto plazo (como consumir lo poco que sobra de los ingresos) en vez de volcarlo al ahorro para un proyecto de mediano/largo plazo, en un contexto de un acortamiento de los horizontes de planificación frente a una fuerte falta de previsibilidad”, acotaron.
Y hubo otro factor que denominan el “consumo revancha”, consumos rezagados luego de las restricciones por el covid. Esto se visualizó en una mayor demanda de servicios asociados al esparcimiento, cultura y recreación. ■