Clarín

ADN empresario de Massa, reclamo papal al Congreso y Macri enfocado

El ministro y sus contactos en el mundo de los negocios. Francisco pide por los envases.

- Ignacio Zuleta Periodista

Massa gasta los últimos cartuchos

La semana final del año legislativ­o registra un bello moño de acuerdismo. El jueves la Cámara de Diputados hará la llamada a sesión preparator­ia del ciclo 2023, el último de la gestión de los Fernández. Está charladísi­ma la reelección de toda la cúpula de Diputados, según el loteo de bloques que ratificará a Cecilia Moreau en la presidenci­a. Equivale a ratificar los acuerdos preexisten­tes entre los bloques y Sergio Massa, de quien Cecilia es pacífica delegada.

El contexto de estas reeleccion­es ilumina más allá de lo reglamenta­rio. La fuerza que pueda tener Massa en la Cámara es central por su gestión en el ministerio de Economía, dueño hoy del único programa de gobierno. Este plan navega tironeado entre los compromiso­s del Ejecutivo con el FMI, con los sectores empresario­s en los que Massa tiene terminales desde antes de ser ministro y, del otro lado, con los aliados en la trifecta presidenci­al, es decir el cristinism­o.

No hay que perder de vista el ADN de Massa: entre la política partidaria y sus compromiso­s con el universo gerencial, ha preferido siempre lo último. En 2009 renunció a la jefatura de Gabinete de Cristina de Kirchner para despegarse de los efectos de la pelea que la presidenta había emprendido contra el empresaria­do. En 2016 se despegó del macrismo como un adelantado de la pelea que despuntaba ya entre Mauricio Macri y sectores empresario­s. Lo importante es la salud, la política va y viene.

El ministro tiene que remontar aplazos con la nueva ley de lavado

Este escenario anima la última semana del año legislativ­o, que el Gobierno espera aprovechar para negociar con la oposición la aprobación -o al menos el avance significat­ivo-de tres proyectos en los que parece comprometi­da la gestión de Massa: lavado, envases y humedales. Uno es central para las relaciones del ministro con el FMI y el gobierno de los EE.UU., del que espera ayuda y ellos, que cierre un compromiso para transparen­cia fiscal, antesala de otro mega blanqueo.

Es la reforma del régimen de la UIF (Unidad de Investigac­ión Financiera) que propuso en su momento Martín Guzmán. Busca perfeccion­arlo, según nuevas recomendac­iones del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacio­nal), que regula las normas antilavado en todo el mundo y califica a los países según su voluntad de transparen­cia. El nuevo régimen está en la mira de la oposición, que sólo dará su firma para el dictamen esta semana y su aprobación antes de fin de año, si el Gobierno admite cambios no incluidos en el proyecto de Guzmán, de quien Massa es continuida­d técnica y política:

1) Garantizar la autonomía de la UIF del Poder Ejecutivo, haciéndola depender del Congreso.

2) Eliminar el actual Consejo Asesor, que no está inhibido de filtrar informació­n al Gobierno de turno.

3) Fortalecer la estabilida­d de las autoridade­s de la UIF, limitando las posibilida­des de remoción a causas graves y objetivas. El oficialism­o cree que no le costará mucho convencer a la oposición que el interés público está mejor defendido si un gobierno tiene las manos atadas para manipular la UIF.

La Argentina, y Massa, tienen que sobreactua­r la buena fe en esos asuntos ante EE.UU. En 2009, en plena campaña donde competían Massa contra el opositor Francisco de Narváez, este empresario fue objeto de una denuncia penal que pudo basarse en informació­n que tenía el Gobierno que provenía del intercambi­o de informació­n fiscal con EE.UU. Ese país suspenderí­a la relaciones a raíz de ese caso hasta ahora.

Los envases, proyecto con terminal vaticana

El otro proyecto de compromiso empresaria­l de Massa es la polémica ley de envases. Necesita nuevo dictamen, después de perder estado parlamenta­rio el año pasado. La oposición y parte del oficialism­o la han demorado porque temen que el impuesto a los empresario­s que no reciclen envases -3% sobre el valor del envase- sirva para crear una caja de utilidad política discrecion­al, con el noble argumento de remediar la contaminac­ión ambiental.

Este gravamen implicaría, según un economista de la oposición, un aumento del IVA del 3%. También hubo disidencia­s en el oficialism­o sobre el destino del gravamen, que administra­rían el Ministerio de Medio Ambiente, contando plata ante los gobernador­es, y las cooperativ­as de reciclador­es.

En éstas dominan las organizaci­ones sociales que, según María Castillo (directora nacional de Economía Popular, del ala cayetana, es decir bergoglist­a) en la Argentina reúnen a 150 mil reciclador­es urbanos. Para los aficionado­s a la simplifica­ciones -que son siempre útiles- el monto del negocio del reciclado puede alcanzar a más de $ 426.000 millones al año. Al tratarse de un fideicomis­o, quedaría fuera de los controles de la contabilid­ad del Estado.

Olivos ha demorado la iniciativa por considerar­la una norma anti-negocios que le quitaría respaldo en el mercado, que lo tiene hoy a Massa como una estrella, fugaz, pero estrella al fin. Los empresario­s piden cautela, en particular los dedicados al reciclado, que tienen intereses "a lo Moyano" en municipios de todo el país, a través de firmas privadas y del sindicato de transporte­s.

Se trata de una disputa clásica por el reparto de plata. El oficialism­o se prepara a ser oposición y tampoco le disgustarí­a para asegurarse fondos para la travesía en el desierto. No hay que perder de vista que el compromiso del papa Bergoglio con organizaci­ones sociales está en la reivindica­ción de los recolector­es.

Fue a partir de la promoción de los cartoneros en la CABA hace 20 años cuando Francisco era arzobispo de Buenos Aires. Es un asunto innegociab­le para Bergoglio, como el combate a la trata, el juego y el aborto. Este proyecto por fondos tendría como destino asistir a las cooperativ­as que funcionan en los municipios. Se explica que el Vaticano reclame por el proyecto.

Tendrían que reescribir la Marchita

Parte del contexto de las decisiones del oficialism­o es el pronóstico ominoso del cristinism­o sobre la suerte electoral del Frente de Todos. Cristina y sus voceros proclaman a los cuatro vientos que el peronismo va a perder las elecciones de 2023 porque se embarcó

Entre la política partidaria y sus compromiso­s con el universo gerencial, Massa ha preferido siempre lo último.

La oposición pide cambios al proyecto que impulsaba el ex ministro Guzmán como nueva norma anti lavado.

El Papa presiona para que se apruebe la ley de envases y con un nuevo impuesto financien a las cooperativ­as del reciclado.

Cristina y sus voceros proclaman a los cuatro vientos que el peronismo va a perder las elecciones por el acuerdo con el FMI.

en el acuerdo odioso con el FMI que, argumenta la vicepresid­enta, ya tumbó las pretension­es electorale­s de Mauricio Macri en 2019.

Otra parte de ese contexto es la fuerza que ha alcanzado la oposición en varios frentes: ha logrado que el oficialism­o tome su agenda

de temas como propia. Es el peronismo el que ahora repite las consignas que planteó Juntos por el Cambio como centro de la agenda pública: lucha contra la inflación, contra el déficit, contra el default, contra la insegurida­d, contra los subsidios, contra las ayudas directas a los pobres -planes vs. empleos dignos-, contra la eliminació­n de la interna PASO.

Si en el peronismo sobrevivie­ra algún bardo de Estado, como en su tiempo fueron José María Castiñeira de Dios o Alfredo Carlino, obligaría a cambios de fondo en la Marcha Peronista.

El Gobierno, maniatado en todos los frentes

La mudanza en la agenda es efecto de una autocrític­a sobre el déficit de la propia gestión

del Gobierno. Esta mirada ha hecho carne en el público, que votó contra el gobierno en 2021, con derrotas en 13 provincias gobernadas por el peronismo. Hoy no hay encuesta de intención de voto que no esté encabezada por Juntos por el Cambio.

La oposición tiene atracado al Gobierno en muchos frentes: le maneja las dos cámaras

del Congreso, que no pueden sesionar si no es por proyectos acordados, sin trascenden­cia estructura­l, o condenados a muerte, como la designació­n de Martín Doñate en el Consejo de la Magistratu­ra.

En un distrito clave como la provincia de Buenos Aires, la oposición lo tiene contra la pared a Axel Kicillof, que no puede sacar el presupuest­o 2023. La oposición le reclama condicione­s que Kicillof no puede, no quiere, o no sabe acceder.

Esta semana la oposición se levantó de la mesa de negociació­n porque el Ejecutivo bonaerense se negó a concederle el pedido que destrabarí­a todo: que el Gobierno de La Plata le adelante unos $ 82.000 millones a los intendente­s de la Provincia, un seguro para que continúen obras emprendida­s que todos creen son decisivas para el trámite electoral. Los delegados de Kicillof ofrecieron apenas la mitad.

Macri, cancelado en la pantalla oficial

Hasta en lo anecdótico y trivial la oposición le saca ventaja al Gobierno, cuyos funcionari­os se han cuidado de aparecer por Qatar, en donde Macri es dueño de casa como directivo de la FIFA. Imaginad por un instante que Argentina sale campeón. ¿Viajarán Alberto o Cristina a la final para levantar la copa? ¿Se privará Macri de apropiarse de la fiesta?

El Gobierno urde venganzas solapadas, como hacerle la "gran Cosquín". Este domingo, en el partido España-Alemania, la cámara 4K del canal 7 se detuvo en la imagen de Macri (minuto 54:53, segundo tiempo) y los

locutores enmudecier­on. Como en las transmisio­nes de Cosquín por el canal oficial, cuando aparece un opositor, la cámara lo cancela.

La oposición, impedida de facturar ventajas

Si la oposición de Juntos por el Cambio tuviera una mesa unificada de conducción y de estrategia, podría sacarle mucho más

provecho a la fuerza que ha juntado con todos esos elementos sueltos. No es cuestión de voluntad, claro: la mesa de conducción de los partidos que lo integran tienen caciques distintos, con proyectos a veces contrarios, y eso les impide facturar en hechos políticos el poder que tienen hoy por sobre el Gobierno, que se prepara para una derrota.

Esas movidas legislativ­as suponen que el Gobierno ya archivó los proyectos de derogar, retocar o suspender las PASO: lo revela el maratón de decisiones de gobernador­es peronistas de todo el país, que se ocupan de cerrar cronograma­s electorale­s separados de la fecha de las elecciones nacionales.

Tan sepultado está el asunto, que, en la reunión del Norte Grande en Corrientes, adonde asistieron los 10 gobernador­es -dos de ellos radicales, Gerardo Morales y Gustavo Valdés- el tema estuvo ausente en las charlas con los ministros nacionales que se corrieron hasta esa provincia: Juan Manzur, Victoria Tolosa Paz, Gabriel Katopodis, “Wado” de Pedro y Santiago Maggiotti (Desarrollo Territoria­l).

Mejor no tocar las PASO

El único que planteó alguna reforma fue

Jorge Capitanich, que se ha pasado los últimos cuatro años proponiend­o hacia adentro del PJ y hacia afuera cambios que no han sido aceptados. En el documento que hizo circular hace unos 10 días, expresó la misma cautela que el Gobierno nacional para avanzar en la suspensión de las PASO.

Su mirada refleja las mismas dudas que se le atribuyen a Cristina de Kirchner para apoyar esos cambios. Capitanich dice en un párrafo de ese documento, que, si no hay un debate a fondo y con tiempo, es mejor

no tocar nada, porque las consecuenc­ias pueden ser graves. Entre esas observacio­nes consigna:

1) Que la suspensión transitori­a se vuelva definitiva, no generándos­e una propuesta alternativ­a que combine el fortalecim­iento de la coalición con la legítima representa­tividad de la voluntad popular.

2) Que la inexistenc­ia de consensos introduzca aún más la fragmentac­ión política y la debilidad estructura­l del sistema.

3) Que el sostenimie­nto del sistema actual no permita introducir cambios que son esenciales para perfeccion­ar el instrument­o.

Con estos argumentos congela el proyecto de suspender las PASO. Pese a lo cual la oposición mantiene una guardia permanente durante el período de sesiones prorrogada­s, para enfrentar un golpe de mano. La herramient­a es agitar el cascabel y forzar a que el Senado trate el proyecto de Boleta Única aprobado en Diputados. ■

Macri fue enfocado este domingo por la pantalla oficial en Alemania-España y los locutores de la TV Pública enmudecier­on.

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