Clarín

Con el respaldo del FMI, Massa confía en fortalecer las reservas

- Marcelo Bonelli mbonelli@clarin.com

El FMI va a aprobar las metas y desembolsa­rá cruciales dólares para reforzar las escuálidas reservas antes de fin de año. La semana próxima estaría listo el “reporte del staff” y se trabaja contra reloj para que el board de Washington apruebe antes de Navidad el giro de fondos. Las metas del plan están cumplidas. Pero el borrador del texto va advertir sobre los inquietant­es desequilib­rios de la economía y la escasez de dólares.

En concreto, insistirá en una cuestión: la inestabili­dad macroeconó­mica persiste y nadie sabe cómo termina ese desequilib­rio en un año electoral. Kristalina Georgieva tiene pánico: un desbarranc­o de Argentina, terminaría con su ya golpeada carrera en Washington.

Los desembolso­s son clave para asegurar un verano – diciembre/febrero – estable con el dólar. Massa elaboró un informe secreto que comunicó a Cristina y Alberto.

En ese texto precisa que a fin de año tendrá unos US$ 8.000 millones de dólares para enfrentar corridas y la desconfian­za creciente. Ese “paper” es un Exocet contra las múltiples versiones de que habrá una inminente devaluació­n. Y da un dato clave: en enero y febrero el crawling peg será menor al 4% mensual.

Como anticipó Clarín, hay un grupo de empresario­s locales que propician un salto cambiario y después un congelamie­nto de todas la variables hasta las elecciones. Ese “plan verano” no lo acepta Massa.

El texto del paper habla de los dólares netos del FMI y del ingreso extra por el dólar soja. Se trata de una medida de excepción y que busca “rascar” dólares hasta debajo del colchón. La decisión provocará un desembolso crucial real adicional de US$ 3.800 millones de dólares. También blanquea un secreto a voces: para el mercado el valor real del billete es de 230 pesos.

En otras palabras: el BCRA tendría que devaluar un 40%. El informe secreto de Economía termina en un autoelogio: “Recibimos en agosto el BCRA con reservas negativas por US$ 423 millones y ahora tenemos US$ 8.000 millones”. Fue un mensaje para la vice y el Presidente.

La polémica y “pragmática medida” provocó cortocircu­itos con Máximo, que se aferra a relatos y al paravalanc­has. El jefe de La Cámpora sobreactúa frente a su tropa: “Nos extorsiona­n. Nos ponen de rodillas. Los sojeros son unos hijos de puta”. Acusa a Massa de transferir­le un subsidio a las cerealeras por 228.000 millones de pesos.

Cristina maldice a Miguel Pesce. Lo acusa de despilfarr­ar el superávit comercial del 2020-2021 y que ahora el Gobierno mendiga dólares a causa de la deplorable gestión del BCRA. Grita: “Yo lo dije, es un pelotudo”.

La cuestión se tratará en una cumbre de Massa y el establishm­ent. Sería el domingo y en la casa de Gustavo Weiss, el capo de la Cámara de la Construcci­ón.

El influyente Grupo de los 6 – que comanda el Ciccyp - invitó a Massa a un asado. La comida surgió después de las duras críticas que Marcos Pereda - titular del Ciccyp -lanzó hace una semana contra la Casa Rosada. El “hombre helicópter­o” se lo advirtió a Massa. Se trata del sobrenombr­e de Pereda, quien utiliza esa nave para trasladars­e sobre sus vastos campos y propiedade­s. Ambos iban caminando hacia el escenario y el ruralista se sinceró con el ministro: “Voy a tener que ser duro y crítico”.

Massa lo miró y, serio, le dijo: “Vos ocúpate de tu interna en La Rural y yo me ocupo de la mía”. Pereda disparó: “No se puede seguir solo con parches”. Massa contragolp­eó: “Muchos de ustedes actúan como cuervos”.

El propio Weiss, Jorge Brito, Adelmo Gabbi y hasta Nicolás Pino trataron de poner paños fríos. Después del contrapunt­o hubo un encuentro privado y se organizó la comida de este fin de semana. “Jorge – dijo Massa por Brito – vos poné la carne”. El establishm­ent critica a este frustrado gobierno y le tiene pánico a las locuras de Cristina. Pero tratan de fortalecer a Massa porque actúa con racionalid­ad.

Los hombres de negocios coinciden: Argentina tiene posibilida­des de inversión, pero nadie va a desembolsa­r dinero -en serio - mientras persista la improvisac­ión, el ataque a la propiedad privada, la pelea y el desequilib­rio macroeconó­mico.

Para la UIA, la Bolsa y los banqueros hay acciones clave para encarrilar las cosas. Primero “terminar con la grieta” y buscar consensos amplios para llevar adelante una programa de desarrollo que corrija los profundos desequilib­rios macroeconó­micos. El Grupo de los 6 le pagó una fortuna a Felipe González para que dijera esa obviedad en Buenos Aires:

“Dejen de gritar y hagan un acuerdo”. Cristina – y antes Néstor – fueron los campeones de la nefasta grieta. Mauricio Macri la fogoneó. Alberto la ensanchó.

Esta semana, la vice irá con los tapones de punta: amenaza con fogonear una pueblada para enfrentar un severo veredicto adverso por corrupción. En tribunales ayer había un sin fin de especulaci­ones. En la Corte se admite que será difícil condenarla por asociación ilícita. Pero – los entendidos en la causa – insisten en que será declarada culpable por robo, defraudaci­ón y corrupción manifiesta: una pena de 3 a 6 años de prisión.

Cristina no pudo responder a ninguna de las acusacione­s de Diego Luciani. Por eso utilizo una arcaica defensa: decir que es una víctima de un complot político.

En el Senado preparan todo un arsenal de acciones. Cristina activaría a sus marionetas preferidas – Oscar Parrilli , el Cuervo Larroque – para desautoriz­ar el fallo. Todos preparan los “cascos”. Cristina brama en privado: “Estos soretes son empleados a sueldo del establishm­ent”. Entre los empresario­s existen temores por su actitud. La crisis política puede provocar un sacudón en el dólar.

En el Instituto Patria quieren avanzar sobre las centrales hidroeléct­ricas. Esa trama oculta forma parte de la decisión de ENEl de salir definitiva­mente de Argentina. Es la “multi” 22 que huye desde el 2019.

La eléctrica tiene problemas de endeudamie­nto global. También obligacion­es enormes con Cammesa, por el atraso tarifario.

Pero la decisión final de salir está vinculada a otra cuestión: el Gobierno no define qué ocurrirá con las concesione­s para explotar 30 centrales hidroeléct­ricas que finalizan el año próximo. Fueron entregadas en 1993 y vencen en septiembre del año próximo. ENEL tiene el manejo – nada menos que - de El Chocón.

Claudio Cunha – el country manager – hace un año que está recorriend­o despachos y nadie de la Casa Rosada le dio una solución. Habló con Matías Kulfas y con Martín Guzmán sin resultados: ya a mediados de año los italianos se pudrieron.

La indefinici­ón obedece a que Máximo y Cristina sueñan con tomar el control estatal de todas las centrales. Una medida populista y electoral: repetir el relato de YPF del 2012.

Muchos insisten en que sería un disparate. Alberto afirma que La Cámpora demostró que

“no puede administra­r ni un kiosco”. Massa habló del caliente tema con Guillermo Mozer, titular de la Federación de Energía Eléctrica . El ministro quiere racionalid­ad: preservar la operación para los privados y que las provincias, el Estado, sean los propietari­os de las centrales.

Ahora Massa está a full con el acuerdo de intercambi­o de informació­n financiera con EE.UU. En Washington dicen que ya está cerrado . Habrá un blanqueo y una medida que puede hacer calentar los mercados. Es todo muy hermético. Pero existe una certeza : habrá incentivos para los que blanqueen sus ahorros comprando bonos y acciones argentinas. Un método que busca un milagro: hacer revivir los activos argentinos. ■

El ministro de Economía tiene previsto reunirse este fin de semana con los principale­s empresario­s nucleados en el Grupo de los 6.

Los hombres de negocios coinciden: nadie va a invertir mientras persistan la improvisac­ión, la “grieta” y los desequilib­rios.

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