Aislado con su círculo íntimo, Fernández busca recuperar la agenda en Uruguay
Debilitado en su liderazgo, participará en la cumbre del Mercosur, el día del fallo de Vialidad.
El martes, cuando todo el kirchnerismo y, en particular, la propia Cristina Kirchner estén pendientes del veredicto del Tribunal Oral Federal 2 en torno a la denominada causa Vialidad, el presidente Alberto Fernández estará en otro tema.
En Montevideo, el jefe de Estado recibirá de parte de su par de Uruguay la presidencia pro témpore del Mercosur en la celebración de la cumbre de ese bloque regional, que atraviesa serias tensiones por la decisión de Luis Lacalle Pou de buscar acuerdos comerciales con otros continentes que sus colegas de Brasil, Paraguay y de nuestro país objetan por inconsultos.
Lo cierto es que Fernández llegará el martes a la capital uruguaya en plena tensión interna por la lectura del veredicto del tribunal que juzga a la ex Presidenta por el negocio de la obra pública en Santa Cruz y los beneficios al empresario Lázaro Báez, una investigación que llevó a los fiscales Diego Luciano y Sergio Mola a pedir 12 años de cárcel para la Vicepresidenta y la inhabilitación perpetua para el ejercicio de la función pública.
El kirchnerismo está convencido de que Cristina Kirchner será condenada. En los tribunales federales de Comodoro Py se especula con una sentencia en torno a los seis años de cárcel, aunque las versiones de las últimas semanas en relación al veredicto fueron disímiles.
En ese contexto, Alberto Fernández, debilitado en su liderazgo y encerrado en los últimos meses en su núcleo más cercano, trata de retomar su agenda de gestión, alejada de los problemas judiciales de la ex mandataria.
Además del viaje a Montevideo para la cumbre regional, que coincidió justo con la lectura de la sentencia del TOF 2 -un tema en el que el Presidente manifestó insistentemente su apoyo a la Vicepresidenta, al igual que el gabinete, la semana pasada-, Fernández tiene previsto reunirse este lunes con dos gobernadores y encabezar un par de actos de gestión, en línea con la estrategia de estos días de volver a frecuentar a los mandatarios provinciales con los que había discontinuado el vínculo en los últimos meses en paralelo a la centralidad absoluta que volvió a tomar la figura de Cristina Kirchner.
Los gobernadores, sin embargo, ya no esperan demasiado de la Casa Rosada.
Es que, en los últimos tiempos, la soledad política de Fernández quedó al descubierto. La semana pasada, de hecho, el Movimiento Evita, que lo apoyó de manera contundente en los primeros años de gestión, amenazó con volcarse de lleno a las calles y colapsar diciembre si el Gobierno no prorrogaba el análisis de las incompatibilidades en los planes sociales y postergaba la decisión de desenganchar la actualización del monto del Potenciar Trabajo con el Salario Mínimo Vital y Móvil.
El Presidente y la ministra Victoria Tolosa Paz tuvieron que dar marcha atrás y pasar toda la revisión a febrero.
Los gobernadores tampoco volvieron a frecuentar a Fernández como antes. Los asados nocturnos que el Presidente llegó a organizar en Olivos con muchos de ellos se frenaron. Lo mismo pasó con los intendentes del Gran Buenos Aires, una relación que la Casa Rosada vuelve ahora a tratar de reencauzar. El Presidente se replegó entonces en su círculo más cercano, que buscó darle impulso a una eventual decisión de búsqueda de reelección por parte del mandatario que causó ira en el kirchnerismo.
Este lunes, Fernández tiene en agenda encontrarse con los gobernadores Omar Perotti y Gerardo Morales. La semana pasada había hecho lo propio con Ricardo Quintela, Raúl Jalil, Gustavo Bordet y Alberto Rodríguez Saá.
En paralelo, el operativo clamor que el kirchnerismo y diversos sectores del Frente de Todos desplegaron alrededor de la figura de Cristina Kirchner -empezó en agosto pasado, con la lectura de los alegatos de la fiscalía en la causa Vialidad- volverá a tener este martes un nuevo capítulo.
Aún no está definida si habrá o no movilizaciones callejeras. Pero sí que vuelva a intensificarse la centralidad de la ex Presidenta, mientras Fernández se ocupa de la agenda protocolar con la que trata de contrarrestar el liderazgo de la vice. Por ahora, en vano.w