Clarín

Bullrich promete un vice con poder para tentar a un radical en su fórmula 2023

La titular del PRO muestra sintonía con Alfredo Cornejo. El contraste con el armado de Macri 2015.

- Martín Bravo mbravo@clarin.com

A diferencia de 2015, en Juntos por el Cambio asoma un escenario de posibles fórmulas cruzadas -integradas por dirigentes de los distintos partidos del espacio- para el año próximo. Principalm­ente los aspirantes del PRO planean conseguir que los acompañen como postulante­s a vicepresid­ente un referente del radicalism­o, los socios que a esta altura corren la carrera desde atrás más allá de que aseguran que armarán su propia interna en marzo para dar pelea por el premio mayor.

De cara a la etapa de definicion­es, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich proyectan escenarios para seducir a los aliados con esquemas de eventuales gobiernos de coalición, la contracara de lo que fue la concepción de Mauricio Macri, tanto en la composició­n de la fórmula PRO pura, con Gabriela Michetti- como en el reparto del poder y el funcionami­ento de la gestión.

Durante los cuatro años de Cambiemos, Macri centró las decisiones en un núcleo reducido, apenas integró al Gabinete a contados radicales de estrecha relación personal como Oscar Aguad, y ubicó a la UCR y la Coalición Cívica como piezas de una alianza parlamenta­ria, como había avisado antes de las elecciones.

Todavía faltan unos meses -se estima que el mapa comenzará a definirse después del verano-, pero Bullrich ya piensa no sólo en un binomio compartido con un radical sino en un esquema proyectado con el vice con un poder plasmado en el organigram­a y con injerencia real en el manejo de la gestión.

En su equipo remiten a Dick Cheney, segundo de George W. Bush a principios de siglo, considerad­o uno de los vicepresid­entes más poderosos de la historia de Estados Unidos, con un rol fuerte que se acentuó a partir del atentado a las Torres Gemelas. Con ese caso como modelo, Bullrich incluso a su equipo estudiar la posibilida­d de que el vice ejerza funciones ejecutivas en el Gabinete, sin caer en la incompatib­ilidad de dos cargos públicos en simultáneo.

Desde hace un tiempo, los movimiento­s de Bullrich en tándem con Alfredo Cornejo -compartier­on recorridas y entrevista­s- desataron especulaci­ones sobre una posible fórmula, lo que generó ruido en la UCR. El senador radical por el momento se limita a decir que se siente “cómodo” con el trabajo en conjunto con la ex ministra, con una sintonía mayor que con el resto de los referentes PRO e incluso de algunos correligio­narios.

“Coincidimo­s en una narrativa más clara, contundent­e, alejada de los lugares comunes de lo políticame­nte correcto. La he visto actuar contra la corriente, como cuando Alberto tenía 70 puntos, decíamos que la cuarentena tan prolongada era una barbaridad y nos decían asesinos”, argumentó Cornejo a Clarín.

Al ex gobernador de Mendoza, más inclinado a las funciones ejecutivas que a los roles parlamenta­rios, no le resulta tan atractiva la presidenci­a del Senado ni dará definicion­es concretas por el momento, hasta que decante el escenario electoral. Los gestos hacia Bullrich ya provocaron resquemore­s en su partido, con Facundo Manes y Gerardo Morales lanzados a la carrera presidenci­al más allá de la prepondera­ncia a priori del PRO en las encuestas y de la diferencia en la provincia de Buenos Aires, con múltiples candidatos amarillos y la dificultad de instalar un postulante competitiv­o de la UCR.

Este fin de semana, en Formosa, el neurólogo y el gobernador de Jujuy lanzaron la posibilida­d de armar una

interna propia previa a las PASO, para definir el postulante presidenci­al del radicalism­o, darle volumen y alinear al partido. En caso de confirmars­e no evitaría que correligio­narios tomen otras direccione­s, aunque quedarían más expuestos.

Cornejo, a su vez, hubiera preferido que en las PASO disputaran únicamente los aspirantes a la presidenci­a y que los binomios se definieran después, en línea con el proyecto de reforma electoral que presentó en el Congreso. En cualquier caso coincide con otros referentes radicales en que el eventual nuevo gobierno de Juntos por el Cambio, a diferencia de la gestión de Macri, se perfila con un funcionami­ento de coalición y con un vice con influencia real. “Cristina lo ejerce por peso propio, pero por supuesto es un ejemplo que no aplica”, aclararon cerca del senador.

Bullrich tampoco confirma sus cartas por adelantado, más allá de las actividade­s con Cornejo, y también cruzó elogios con Morales. Con su ritmo más aplomado en línea con la metáfora de la carrera presidenci­al como una maratón, Larreta dejó correr que podría conformar una fórmula cruzada pero advirtió que la definición quedará para dentro de unos meses. El jefe de Gobierno públicamen­te hizo un guiño a Gustavo Valdes y también tiene en el radar a Morales y a emergentes de la UCR como el propio Manes o Carolina Losada.

“El radicalism­o va a tener su candidato a presidente y el partido tiene que unificarse en torno a él a nivel nacional. Distintos son los casos en las provincias. A nivel nacional es la vocación que enunciamos todos en su momento”, aseguraron desde el entorno de Manes, que saldrá a apoyar postulante­s a gobernador en los distritos. Morales adelantó que se lanzará en el verano. ■

La ex ministra, como Larreta, plantea un eventual gobierno de coalición real con la UCR.

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