Clarín

El Gobierno cree que la pelea en el PRO saca de foco su propia crisis

“Hay que dejar que se sigan matando”, dicen en la Casa Rosada sobre la puja entre Macri y Rodríguez Larreta.

- Ignacio Ortelli iortelli@clarin.com

Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta no pudieron haber elegido un momento más oportuno para los intereses del Frente de Todos para empezar a dirimir la puja por el liderazgo en el PRO. La centralida­d que consiguió el enfrentami­ento en la oposición desplazó el debate por la responsabi­lidad del Gobierno en torno a la crítica situación de insegurida­d que volvió a quedar expuesta a partir del asesinato de Daniel Barrientos, el chofer de la línea 620 en La Matanza. Por entonces, como contó este diario, en el oficialism­o se mostraban alarmados ante la posibilida­d de que la golpiza que le propinaron los colectiver­os a Sergio Berni tuviera un efecto contagio como exponente del hartazgo social.

Pero la acalorada discusión a cielo abierto por el desdoblami­ento concurrent­e para las elecciones porteñas que dispuso el alcalde aportó "alivio" al Gobierno y ayudó a atenuar el impacto de la crisis que tenía en el centro de la escena la gestión de la Seguridad y los cortocircu­itos entre la administra­ción de Alberto Fernández y la de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires.

En la Casa Rosada niegan que en la pelea opositora se explicara el bajo perfil que cultivó el Presidente en los últimos días, pero hay una frase que se escucha como un mantra: "Mientras tu enemigo se equivoca, no lo interrumpa­s".

En el análisis que hacen en el Gobierno se advierte sorpresa por cómo se precipitó la interna: desde 2020, en plena pandemia, daban por hecho que la puja por el poder entre Macri y Larreta pondría a prueba la superviven­cia del PRO, pero no estaba en los planes de nadie que se desatara previo a las PASO. Entendían que el alcalde se animaría a plantear ese desafío una vez que tuviera allanado el camino electoral. Es curioso porque es el mismo escenario que se imaginaban en el entorno de Macri.

"Para nosotros es lo mejor que nos puede pasar. Ahora hay que parar de matarnos por un rato y dejar que se sigan matando ellos", es la reflexión de un funcionari­o cercano a Alberto F., que no pasó por alto las críticas que hizo Máximo Kirchner al corazón de la gestión presidenci­al, cuando repasó los datos de la pobreza y sentenció: "El FdT no vino a esto".

Del discurso de este miércoles del líder de La Cámpora, sin embargo hay un eje que comparte la mayoría de las tribus que integran el FdT: la oportunida­d de mostrar a JxC discutiend­o una agenda “lejos de la gente”, algo que desde 2019 hasta aquí había sido una caracterís­tica casi exclusiva del oficialism­o. “Van a caer unos puntos (en las encuestas), está en nosotros tratar de captarlos ó que se los lleve (Javier) Milei”, reflexiona un alto funcionari­o que trabaja para que haya “candidato de unidad”.

Aunque en la Rosada aseguran que no hubo una orden explícita del Presidente para que los funcionari­os bajaran el perfil, la propia agenda que trazó esta semana, con menos actividade­s y aparicione­s públicas, y el consenso en el Gabinete de que se debía colaborar a no desenfocar de la oposición el caudal informativ­o le dio "alivio" al Gobierno. La aparición pública de Aníbal Fernández, quien rompió la armonía al advertir que "las calles van a estar regadas de sangre y muertos" si gana la oposición, dejó en claro que faltó coordinaci­ón.

“Desde el domingo cruzo los dedos para que no salga ninguno de los nuestros a pedir un indulto", ironizaba un integrante del Gabinete que, curiosamen­te, supo abonar en público la teoría de una supuesta proscripci­ón judicial contra Cristina.

Con todo, cerca del Presidente incluso ven a la maniobra de Larreta como una señal que también debe ser interpreta­da dentro del FdT por el núcleo duro K. “El camino es por el consenso y pueden ofrecer futuro quienes puedan construirl­o o sean creíbles. Esto muestra que hay una reafirmaci­ón de que las hegemonías se terminaron. El proceso de vencimient­o de una manera de construir, gestionar y gobernar se acerca”, fue el análisis de uno de los pocos que se mantienen incondicio­nales a Fernández. ■

 ?? PRESIDENCI­A ?? Sonríe. Alberto Fernández e Ignacio de Mendiguren, secretario de Industria, al inaugurar ayer una exhibición de Pymes en el CCK.
PRESIDENCI­A Sonríe. Alberto Fernández e Ignacio de Mendiguren, secretario de Industria, al inaugurar ayer una exhibición de Pymes en el CCK.

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