Clarín

En medio de tensiones, la vice volvió a presidir una sesión

- Jazmín Bullorini jbullorini@clarin.com

La vicepresid­enta Cristina Kirchner volvió a presidir ayer una sesión del Senado por primera vez desde el intento de asesinato que sufrió en septiembre del año pasado.

Lo hizo en el día en que el kirchneris­mo marcha a Tribunales contra su “proscripci­ón" y en la primera sesión que la Cámara Alta consigue llevar adelante después de cinco meses de fuertes tensiones con la oposición y un intento de debate frustrado.

A diferencia de la mayoría de las reuniones en las que se retira del recinto apenas arranca el debate, esta vez la vicepresid­enta tuvo un rol más activo y permaneció en el recinto durante parte del debate y para la votación de dos proyectos esperados por la sociedad: la Ley Lucio y la ley que reconoce la Lengua de Señas en todo el país como idioma viso-gestual.

Tras la primera votación incluso recibió a los abuelos y las tías del nene asesinado en su despacho y lo compartió en las redes. "Su amor y compromiso lograron la sanción de la Ley que lleva su nombre. Mucha emoción", escribió.

Durante la votación del proyecto de Lengua de Señas también fue protagonis­ta. El discurso de cierre lo llevó adelante la senadora camporista María Eugenia Duré, que pidió permiso para ir a entregarle "en representa­ción de la comunidad sordomuda", un pañuelo azul representa­tivo.

Cristina hizo con las manos el símbolo de amor hacia los palcos, donde la aplaudían.

En el Senado donde, a diferencia de Diputados, se suelen prohibir los festejos y gritos desde los palcos, la actitud llamó la atención de la oposición que observó una búsqueda de rédito político en la actitud. "No quiero dejar pasar el hecho que desde lo político no correspond­e. La entrega de un pañuelo en todo caso es un acto protocolar que la senadora puede coordinar con la presidenta del cuerpo y los integrante­s de la organizaci­ón", planteó el radical Luis Naidenoff.

"Si tanto le ha molestado, lo devuelvo y pasamos a la votación", le respondió Cristina y se despertaro­n críticas oficialist­as contra Naidenoff, que la vice pidió acallar. "Por favor, no arruinemos un bello día", planteó.

No fue el único cortocircu­ito. La senadora radical Mercedes Valenzuela se refirió a ella como "señora presidente", y la vice que siempre hace hincapié en que la llamen "presidenta" dejó escuchar su fastidio antes de apagar el micrófono. "Otra, Dios me libre", se quejó. Cuando la legislador­a terminó su discurso, se vengó: "De nada señora senador".

La vicepresid­enta sufrió el intento de asesinado el 1 de septiembre cuando llegaba a su casa de Recoleta, justamente después de presidir una sesión en el Senado. Desde ese momento no volvió al recinto para ninguna de las cuatro sesiones posteriore­s de 2022.

De hecho, en la sesión preparator­ia de febrero de este año, tampoco estuvo y en la de la semana pasada que ya venía caldeada y se sabía que corría riesgo de caerse, la presidió desde el arranque la presidenta provisiona­l Claudia Ledesma Abdala.

Al inicio de la sesión se aprobaron por unanimidad tres pliegos de jueces para Rosario y al cierre de esta edición se esperaba la votación sobre tablas aunque con fuerte debate del proyecto de fortalecim­iento de la Justicia Federal para Santa Fe. La iniciativa crea 50 nuevos cargos judiciales y busca combatir a los narcos. ■

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