Clarín

“¿Cuál será la cruz más llevadera?”

-

al menos pudiera uno probarla, al igual que se prueban unos zapatos nuevos, para determinar si son cómodos, si no aprietan demasiado, y al fin decidir si los llevamos o no. No pasa esto con las cruces de la vida, no existe una invitación a una fiesta de “pruebacruc­es”, simplement­e suceden, nos duelen y pesan. Sería interesant­e hacer, aunque más no sea, un intercambi­o entre humanos que saben cuál es la cruz más llevadera. Quizás, otro esté interesado en hacer un trueque.

Propongo canje. Dígame usted qué le anda doliendo, qué necesita sanar, veré si puedo mostrarle un catálogo completo de infortunio­s, desdichas, pesares. Segurament­e lleguemos a un acuerdo, sin quedar debiéndole nada a nadie, sin dar vuelto; un pacto… ¡y firmado, y con sello! A lo mejor al ver la lista de malestares pueda uno consolarse, siempre hay alguien con más temor, dolor, miedo, hambre, tristeza…

Jamás otro dolor calmó el mío, la llaga duele en el talón de mi pie, sólo yo experiment­o cómo sangra al caminar, corro la media, o me pongo una curita. ¡Y la Santa Semana hecha dulce ovalado! ¿Quién fue el que pensó que la angustia se comía, que los clavos de un crucifijo se derretían al igual que el chocolate? ¡Un absurdo! Dulce absurdo negocio que engorda, sale caro y termina en una farmacia para aliviar con medicament­os todo lo provocado con esa mezcla sagrada ingerida en cuatro cortos días: empanada de pejerrey, filet de merluza adobado con ajo, rosca de pascua, chocolate derretido de huevo que viajo en la luneta del auto de unos pobres abuelos jubilados sin un mango… al fin… un festejo que sale caro, condena, no calma penas, huele a atún enlatado y llena las casas de papel metalizado no biodegrada­ble.

Roberta Garibotti garibottir­oberta00@gmail.com

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina