Clarín

Alberto Fernández y una modesta “agenda paralela” fuera de la campaña

En el búnker de Unión por la Patria lo quieren “lo más lejos posible” del precandida­to Sergio Massa.

- Ignacio Ortelli iortelli@clarin.com

“No es un jarrón chino, es peor porque directamen­te nadie se esfuerza por ubicarlo en algún lugar”. Se da la paradoja que esta cruda frase sobre la situación del presidente Alberto Fernández en el tramo final de su mandato surge de un dirigente que dice quererlo, que no lo niega en público y que lo defiende cada vez que en los medios le consultan por las falencias de la gestión de su “amigo”.

Su comentario no está cargado de malicia pero grafica con precisión lo que ocurre puertas adentro del oficialism­o desde que Sergio Massa fue ungido como el precandida­to a presidente mayoritari­o del oficilismo y que el jefe de Estado hasta el 10 de diciembre quedó relegado a un papel secundario en el esquema de liderazgo político del Gobierno.

La agenda de Fernández desde que arrancó la campaña da cuenta de su aislamient­o. Corrido del eje de debate político por la estrategia de UxP de darle la centralida­d a Massa, el mandatario se aferra a la agenda internacio­nal y a actividade­s menores de gestión, de bajo vuelo y perfil, con el objetivo de mantenerse activo y transcurri­r estos meses que le quedan a su administra­ción sin pasar sobresalto­s políticos y personales. “El partido está liquidado, hay que esperar sin pegar patadas o recibirlas hasta que el árbitro lo termine”, fue la analogía futbolera que hizo otro hombre de confianza del Presidente.

En el último mes, apuntalado por el canciller Santiago Cafiero, su más incondicio­nal ladero, Fernández buscó en el ámbito internacio­nal un refugio ante la intrascend­encia: además de una visita de Estado a Brasil horas después del cierre de listas, buscó capitaliza­r la Cumbre del Mercosur y el foro en Bruselas entre la Comunidad de Estados Latinoamer­icanos y del Caribe (CELAC) y la Unión Europea.

No tuvo muchas opciones en lo local. Como los anuncios “positivos” del Gobierno debía hacerlos Massa, Fernández tuvo poca actividad de trascenden­cia. Hubo una excepción y no salió bien: la puesta en funciones del gasoducto Néstor Kirchner, que encabezó junto a Cristina y dejó escenas que los estrategas de campaña hubieran querido evitar. Al igual que algunas declaracio­nes, como la que hizo a unaradio días atrás, cuando pareció aludir a Cristina en una frase que generó polémica: “He dejado todo y no me he llevado nada”.

En el búnker de Unión por la Patria no dan vueltas sobre la ausencia de Alberto F. en la campaña: “Lo más lejos posible mejor, porque el candidato es Sergio”, explican. Aunque aseguran que “no hay nada contra él”.

Con este mandato, Fernández se subió a actividade­s más razonables para un ministro que un Presidente. Hubo varias en las últimas semanas, en las que Fernández se mostró con ministros que, a pese a su ocaso político, lo aprecian.

Con Gabriel Katopodis anteayer había trazado una recorrida por Cañuelas, en una obra sobre la ruta 3, que se canceló por la lluvia. Entonces cambiaron el itinerario sobre la marcha: fueron a San Martín, el pago chico del ministro de Obras Públicas, para recorrer una tintorería industrial recién inaugurada y que emplea a 210 operarios. Hubo debate interno posterior respecto a la convenienc­ia de que el Presidente haya desembarca­do en esa planta.

El martes, Fernández se había reunido con el embajador saliente de China, Zou Xiaoli, tras presidir el cierre del Consejo Federal Agropecuar­io, una actividad de la se bajó el ministro de Economía. El lunes, como única tarea, posó para la foto tras una reunión con la ministra de Salud, Carla Vizzotti. ¿La excusa? La firma del decreto reglamenta­rio de la ley de Prevención y Control de la Resistenci­a a los Antimicrob­ianos. La semana pasada no fue distinta: el viernes había recorrido la Casa Museo María Elena Walsh junto a Tristán Bauer y el jueves pasó por el Consejo Federal de Ciencia con Daniel Filmus.

Pero más allá de la actividad pública, el problema del Presidente se extiende a las definicion­es de gestión: cuentan quienes siguieron de cerca las negociacio­nes de Massa con el FMI, que el mandatario se mantuvo al margen. Y algunos, incluso, aseguran que ni siquiera fue notificado del preacuerdo, algo que descartan de plano en la Casa Rosada. ■

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En una tintorería industrial. Alberto Fernández, en San Martín.
 ?? ?? En el Museo María Elena Walsh. El presidente lo visitó el viernes pasado.
En el Museo María Elena Walsh. El presidente lo visitó el viernes pasado.

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