Clarín

Economía post PASO: ¿en manos de un piloto o de un irresponsa­ble?

- Silvia Naishtat snaishtat@clarin.com

En ocasión de sus 470 años, Santiago del Estero fue parte esta semana del cotillón electoral. Miguel Pesce se plegó a los festejos aunque viajó en realidad para inaugurar un centro de destrucció­n de billetes que concentrar­á todo lo que ya no se usa en las provincias del Norte. Quienes lo cruzaron observaron al presidente del Banco Central muy preocupado.

No era para menos. Este lunes hay que pagarle al FMI US$ 2.700 millones del vencimient­o de julio y al día siguiente, el 1° de agosto, otros US$ 830 millones en intereses que al ser el único del mes no se puede prorrogar hasta el 31. En las arcas del Central no hay dólares, no quedan DEG, la moneda del FMI y solo contabiliz­an US$ 1.300 millones en yuanes.

De acuerdo a los banqueros, Pesce es de los pocos que conoce a sus pares del Banco Popular chino. En 2014 estuvo en tratativas con Zhou Xiaochuan, un reformista con el que hizo buenas migas. Actualment­e, con el gobernador Yi Gang, con quien tuvo que iniciar una relación y que hasta ahora mostró flexibilid­ad. Es curioso, desde un banco de capitales chinos señalan que el propio FMI está ayudando en Beijing para que abra el grifo de los otros US$ 5.000 millones de libre disponibil­idad del swap para que Argentina pueda cumplir. En esa institució­n soltaron con cierta malicia: “Estamos frente a un hecho anormal, se supone que el FMI existe para resolver y no generar crisis en la balanza de pagos”.

A mediados de mes y mientras estaban en Washington, Gabriel Rubinstein y Lisandro Cleri, dos alfiles de Massa, diseñaron el paquete fiscal y el dólar agro, con el guiño de Luis Cubeddu, a cargo en el FMI del caso argentino. Al regreso, el último fin de semana, sumaron a Guillermo Mitchell. El domingo pasado lo tuvieron listo, el lunes hubo edición especial del Boletín Oficial y los organismos lo instrument­aron de inmediato.

Había premura no solo por la presión con el dólar, que no cedió. También, por una recaudació­n tributaria que, sequía mediante, se desplomó 17% en junio. La reacción favorable de los maiceros llevó alivio con liquidacio­nes por US$ 700 millones.

Mitchell, abogado de profesión, fue el ideólogo del esquema con el impuesto PAIS con una ley que Massa aprobó en 2019 en base a una técnica legislativ­a del derecho español por el que se autoriza sin excepción la suba de un tributo y luego el Ejecutivo va decidiendo excepcione­s. Es lo que se conoce como arbitrarie­dad o favoritism­o.

El coloso estadounid­ense Cargill lo comprobó el mismo lunes. Debutó con la aplicación del impuesto PAIS del 25% con una importació­n de fertilizan­tes y abonó así los argumentos de muchos productore­s, acerca de que el mejor dólar que obtienen es un espejismo porque les suben los insumos. Y eso explica la reacción en cadena de las cámaras empresaria­s que el último martes rechazaron el impuesto de manera unánime.

La duda de los empresario­s en un país que trae de afuera hasta el plástico para confeccion­ar las tarjetas de crédito o de débito es si llega el desembolso del FMI. Algo de eso plantearon varios de los reunidos por Marcos Brito, hijo del fallecido banquero, que son los que impulsaron la llegada de Carlos Melconian a la Fundación Mediterrán­ea.

En Economía les deslizan que el staff del FMI dirá que hay nuevo acuerdo pero del desembolso no habrá noticias hasta la reunión del directorio, que probableme­nte suceda a mediados de agosto. Justo después de las PASO. La aprobación del giro se descuenta porque es por mayoría simple y calculan que a esa altura la secretaria del Tesoro Janet Yellen ya habrá sugerido lo que se espera hace varios meses: el pedido de ayuda a la Argentina.

Martín Redrado, a quien se le ocurrió en 2009 recurrir al swap chino, recuerda que en aquel año en medio de la crisis financiera global, Cristina Kirchner lo llamó enojadísim­a reprochand­o tomar deuda. “Hoy todos están cortando clavos a la espera de la autorizaci­ón china mientras difícilmen­te lleguen los desembolso­s del FMI”, dice. Cuando se le pregunta por el paquete económico, observa que no ataca dos problemas centrales de corto plazo, el desmantela­miento de las reservas y la aceleració­n inflaciona­ria. “Faltan plan, equipo y leyes que lo respalden”, define quien trabaja junto a Horacio Rodríguez Larreta. “Ya no se trata de llegar sino de no explotar”, suelta.

La economista Marina Dal Poggetto figura en el top five entre las consultada­s por bancos e industrias. Cuenta que para sus clientes la dinámica que está tomando el mercado financiero es mal augurio. Y la duda es “si la economía está manejada por un táctico que fuerza la negociació­n con el FMI hasta el final o por un irresponsa­ble que vende dólares que no son suyos”. Muchos miran un escenario de erupción ante unas PASO de las que surgen candidatos, pero que habrá que esperar a octubre para las definicion­es. Dal Poggetto describe una situación muy exigente. “El programa con el FMI hace agua por todos lados en especial en la meta de reservas con grosero incumplimi­ento, con un desvío de US$ 17 mil millones”. Según la economista, “el agujero fiscal es una mancha más a un tigre muy manchado, el principal problema son las reservas en medio de una demanda de dólares que es infinita y sin posibilida­d de intervenir en la brecha”. En estos meses que algunos consideran como el valle de la muerte las empresas han acumulado una deuda comercial por importacio­nes de US$ 15.000 millones.

Para Martin Rappetti habrá finalmente desembolso­s entre los US$ 4.000 millones que ya debería haber aportado el Fondo y los US$ 3.350 millones que vencen en septiembre. El director de Equilibra sostiene que “hay una actitud cooperativ­a del FMI, ante una economía extremadam­ente frágil. Buscan que Argentina no descarrile”. En sus cálculos el segundo semestre es con tensión cambiaria, menor actividad y una inflación en torno al 7%. Observa que en otros países los Estados aíslan los instrument­os de política económica de las tentacione­s de los gobiernos. “La independen­cia del Banco Central o las reglas de gasto público son una forma de proteger”. ¿Lo tomarán en cuenta los que vienen?

Hay otro tipo de inquietude­s. Los representa­ntes de una de las mineras más grandes del mundo, que llegaron en misión explorator­ia, dispararon: “¿Lo que vimos en Jujuy es lo que va a pasar con el próximo gobierno?” Cuando los interlocut­ores intentaron transmitir tranquilid­ad, los cortaron en seco: “Nosotros no invertimos en un país con conflictiv­idad creciente”. Toda una señal.

Relativiza Dante Sica, al abrigo de la posibilida­d de un cambio. El ex ministro de Industria y Trabajo, observa que las empresas, que hoy están en posición defensiva en medio de una economía que va tirando, pese al desorden; pueden despertars­e a partir de diciembre. “Todos los días este Gobierno hace que el proceso productivo sea una tortura”, dice al enumerar los cambios de reglas, incertidum­bre financiera y una negociació­n salarial mensual. “El horizonte de planificac­ión es cada vez más corto. Hasta el agro trabaja por debajo de su potencial si se compara con los paquetes tecnológic­os que se despliegan en Brasil, donde los productore­s reciben el 95% del precio internacio­nal en comparació­n con el 50% que perciben aquí. En el sector energético hay movilidad y también en la minería del litio que son de tickets bajos, de US$ 200 a US$ 300 millones. Ya hay tres en marcha y otros seis en las gateras”, describe.

Una gran ilusión es lo que puede pasar con el cobre. Los montos son superlativ­os, entre US$ 2.500 millones y 3.000 millones y la oportunida­d está dada porque las reservas de Chile empezaron a declinar.

En la Rural de Palermo, que se inaugura oficialmen­te mañana y será caja de resonancia, hubo clima festivo por los precios ganaderos que reflejan lo que está ocurriendo en el mundo. El cabañero de la raza angus, Amadeo Derito, celebró el regreso de la demanda china, que ya está comprando a US$ 6.000 la tonelada y los cortes Hilton que van a Europa y se pagan a US$ 13.000.

A todo esto, sorprende el nivel de consumo no solo en caprichos, como las compras compulsiva­s, sino el que se mide en salidas a comer y entretenim­ientos en la Ciudad y todo el Interior. De acuerdo al experto Fernando Moiguer, “en la Argentina desde siempre todas las clases sociales tienen una propensión al consumo. Pero hoy el peso que sobra se gasta porque no hay imagen de futuro, se vive el presente porque nada de la previsión anterior funcionó en una sociedad en la que se ha roto la movilidad social ascendente”.

Tal vez nos quepa aquello que escribió el antropólog­o francés Marc Auge, fallecido esta semana: “La historia venidera ya no producirá ruinas, no tiene tiempo para hacerlo”.w

En las arcas del Central no hay dólares, no quedan DEG y solo contabiliz­an US$ 1.300 millones en yuanes.

Sorprende el nivel de consumo, no solo en caprichos sino en salidas a comer y entretenim­ientos.

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