Encontraron muerto al jubilado engañado por una banda de presos
Cuando se cumplieron 26 días desde que el cordobés Héctor Dionisio Aguilar (64) viajó a San Rafael a reencontrarse con quien creía era un viejo amor y ser engañado por una banda de preso, su cuerpo sin vida apareció enterrado y tapado con piedras en un descampado.
El hallazgo se produjo a partir de la confesión de uno de los cuatro acusados por el crimen. Estaba detrás del cerro Bola, en San Rafael, informó la fiscalía.
El jubilado fue víctima de una trampa de estafas virtuales, orquestadas desde el penal del sur de Mendoza. Llevaba meses enviándo dinero por medio de billeteras virtuales con la excusa de que tenían una hija por esa relación extramatrimonial. Pero era una historia inventada por una banda de presos y sus cómplices para engañarlo y sacarle dinero.
La familia del jubilado, que tenía 9 hijos, comenzó a sospechar de que algo grave le había sucedido cuando dejó de atender los llamados.
La semana pasada, el Volkswagen Gol Trend blanco del cordobés apareció abandonado y con manchas de sangre en su interior.
Hubo escuchas de las últimas llamadas y mensajes con los estafadores, una docena de detenidos y hasta una confesión de que fue apuñalado por un ex preso.
Para los investigadores judiciales no había dudas: a Héctor Aguilar lo asesinaron para encubrir las reiteradas estafas.
El fiscal de Homicidios Javier Giaroli detuvo e imputó a cinco personas, cuatro de ellas por estafa y homicidio en perjuicio de Aguilar y la restante por encubrimiento.
La complicidad con internos de la cárcel también está comprobada: uno de los detenidos ya estaba preso, otros dos habían salido hace poco, y la restante es la mujer de uno de ellos.
Hay dos causas penales con distinta calificación. La causa que se tramita en Córdoba es por "averiguación de paradero". La de San Rafael tiene la calificación de "homicidio criminis causae", que supone que fue víctima de un asesinato para preparar, consumar u ocultar otro delito.
Aguilar es del pueblo cordobés de
San Basilio, cercano a Río Cuarto, desde donde partió en su vehículo el domingo 2 hacia el sur de Mendoza.
Iba al encuentro de una mujer que le mintió. Los presos y sus cómplices lo convencieron de que era la persona con la que años atrás habían tenido
una fugaz relación amorosa.w