Clarín

La alcaldesa de París salió a jugar: ¿Mbappé es el mejor del mundo?

En medio del fuerte conflicto entre el crack francés y el PSG de los qataríes, Anne Hidalgo se metió en un partido en el que no figuraba ni en el banco de suplentes.

- Osvaldo Pepe

pepeosvald­o53@gmail. com

La alcaldesa de París es futbolera. Haberlo sabido. Acaba de meterse en un partido en el que no figuraba ni en el banco de suplentes. Lo hizo con todo derecho. No como alcaldesa parisina, como simple aficionada. Una ciudadana más que se pronunció sobre el conflicto del crack francés con el PSG: “No entiendo a qué juega el PSG. Tienen al mejor jugador mundo. Kilyan es el mejor jugador del mundo y están listos a no dejarlo jugar”. Anne Hidalgo (francesa, de origen español, 64 años) gobierna la Ciudad Luz en representa­ción del Partido Socialista desde 2014, con una reelección en 2020. Nacida en Cádiz, España, la ciudad desde cuyo Puerto de Palos partían los explorador­es españoles a tierras entonces vírgenes lanzados “a la mar océana” para llevar a esas comarcas la cruz. la espada y los negocios. Entre ellos, viajaría “nuestro” Cristóbal Colón.

Cuando Anne asomó a la vida, el 19 de junio de 1959, “la Francia” ya había iniciado un dilatado y traumático proceso de descoloniz­ación de las naciones africanas y asiáticas bajo su yugo imperial. En esas “guerras de liberación” o“de dominación”, según el lado del mostrador, sobresalió la emblemátic­a confrontac­ión con Argelia, conflicto que abrió una brecha en su sociedad francesa. No todos querían que Francia dejara esos territorio­s, adueñados oficialmen­te en 1837. Además. el país de Napoleón y de De Gaulle, hoy de Macron y ayer de Mitterrand, ya había transferid­o a los EE.UU., en su condición de potencia emergente de los dos grandes conflictos bélicos del siglo XX, la dominación en las tierras de Indochina, como se llamaba por entonces a esa zona pantanosa con territorio­s que reclamaban su libertad con armas en mano, un lote de países que incluía a Vietnam del Norte y del Sur, Camboya y Laos. Francia volvía a casa.

Por entonces, Pelé había iniciado su reinado plebeyo de infancia pobre en el Mundial de Fútbol de Suecia (1958). Tenía 17 años. Anne llegaba al añito cuando en 1960 el sucesor de Pelé asomaba a la vida en los baldíos sin tiempo del Gran Buenos Aires, pero nadie lo sabía. Se llamaba Diego Armando Maradona. En 1962, a los 21 años, Pelé ganaría su bicampeona­to mundial, Anne recién había empezado a caminar y hacía un año que se había trasladado con su familia a Lyon, Francia.

La historia es lo que fue. Y el fútbol es lo que es: un juego de emoción interplane­taria, mega negocio global y universo de disfrute de millones y millones de personas en todo el mundo, que lo ven o lo juegan. Pero a veces, digamos con frecuencia, el fútbol y la política se cruzan. En 1998 cuando la entonces futura alcaldesa tenía 39 años y ya llevaba un cuarto de siglo como ciudadana que cantaba desde las tripas La Marsellesa (no hay otra manera de cantarla), Francia lograba su primer título mundial, en su propio suelo, en el último Mundial del siglo XX, con el brillo majestuoso de Zinedine Zidane, un hijo de argelinos, nada menos.

El fútbol galo recuperaba el prestigio perdido desde los tiempos de Just Fontaine (nacido en Marruecos) y Raymond Kopa, en los años 50. Hacía cuatro años que Anne militaba en el socialismo francés y ya había hecho experienci­a en la prestigios­a y profesiona­l burocracia pública de su país.

A las puertas del siglo XXI, toda Francia ungía a los doce hijos de las colonias de ultramar que habían nutrido al campeón. Más de la mitad de los jugadores de ese plantel eran descendien­tes de inmigrante­s o nativos naturaliza­dos. Sangre colonial en sus venas. Orgullo de la mixtura de naciones, en un país que antes del éxtasis futbolero los miraba de reojo. La Francia multirraci­al era un postal para el mundo global en marcha. Mbappé nacería seis meses después, hijo de padre camerunés y madre de ascendenci­a argelina. Messi tenía 11 años y una ilusión precoz: jugar a la pelota en las canchitas rosarinas hasta que se pusiera el sol y, de paso, sembrar la fábula de su sueño sin linaje. Quería conquistar Barcelona. Sólo él y su abuela lo creían posible.

Pelé ya andaba por los 58 años y se había retirado 1977, en el Cosmos de Nueva York. En 1998 “o rei” tenía el orgullo herido: en el Stade de France de Saint Dennis, una Francia que bebía hasta la borrachera del exquisito fútbol champán, había humillado en la final a Brasil, en un festival de caños, sombreros, toques y goles: 3-0. Maradona se había retirado hacia un año y su vida se adentraba cada vez más en el infierno de las drogas. Pasaría el tiempo, pasaría la vida. En su madurez, Anne Hidalgo, a los 63, vería cómo un Messi ya veterano (35) subía al Olimpo de los grandes dioses del fútbol mundial y relegaba el sueño francés de una tercera Copa del Mundo. En la final más fabulosa de la historia, luego de un dramático 3-3, Argentina se imponía por penales, después de haber apabullado a su rival en juego, de la mano de Messi, coronada su sien de laureles como el mejor jugador del torneo. Y en tanto el más grande de todos, capitán, emblema y héroe del campeón del mundo. Francia no pudo repetir en Qatar la Copa de 2018 en Rusia, cuando asomaba Mbappe (19) y Messi (31) parecía languidece­r en el tobogán de una racha esquiva entre Copas América y ése, su cuarto Mundial.

La alcaldesa acaba de hacer uso de su derecho a la expresión y consideró que el mejor jugador del mundo es Mbappé (24). Lo dijo dos veces en la misma frase. Le cabe aquello de “las opiniones son libres, los hechos son sagrados”, concepto usado un siglo atrás por el tradiciona­l matutino inglés The Guardian, cuando el diario celebraba su centenario y el entonces editor, Charles Scott, escribió en el artículo editorial: “Comment is free, but facts are sacred” y la volvió dogma en el periodismo. Lo de Anne Hidalgo fue una “opinión”, que no alcanza para refutar el carácter sagrado de los “hechos”. Sobre todo en los números. A ellos vamos.

Messi ganó una Copa del Mundo, de la cual fue el mejor jugador.

Mbappe también ganó una Copa del Mundo. No fue el mejor jugador, pero sí el goleador del Mundial de Qatar (8 tantos), con uno más que Messi.

Messi marcó 13 goles en Copas del Mundo; Mbappe 12.

Messi ganó 7 Balón de Oro y es candidato firme para el octavo; Mbappe no ganó ninguno.

Messi ganó 2 premios The Best de la FIFA; Mbappe no ganó ninguno. Messi ganó 43 títulos oficiales; Mbappe 17.

Messi ganó 5 títulos a nivel de Selección, entre juveniles, olímpicos y mayores; Mbappe, 3 en el mismo rango.

Messi ganó 4 Champions; Mbappe ninguna

Messi ganó 12 ligas (10 con Barcelona, 2 con PSG); Mbappe 6 (todas con PSG).

Messi ganó 7 Copas de Liga (Del Rey); Mbappe 5 (entre Copas de Liga y de Francia).

Messi ganó 3 Mundial de Clubes; Mbappe ninguno.

Messi ganó 9 Supercopas (8 de España, 1 de Francia); Mbappe 3 (todas de Francia).

Messi ganó 3 Supercopas de Europa; Mbappe ninguna.

Messi lleva 810 goles; Mbappe 278. Messi fue 8 veces máximo goleador de la Liga española, cinco consecutiv­as; Mbappe fue cinco veces el máximo goleador francés, cinco consecutiv­as, cuatro en solitario y una compartida.

En la balanza no están sólo los números, también hay que pesar la esencia del juego mismo. El talento, la estrategia y el asombro son de Messi. También la historia. Mbappe está construyen­do ese camino. Falta saber si lo logrará, como antes lo hicieron Pelé y Diego. Pelé murió el 29 de diciembre de 2022, a los 82 años, sólo 11 días después de la coronación de Messi. Maradona había muerto el 25 de noviembre de 2020, a los 60 años. Salvo Cristiano Ronaldo, alejado de las grandes ligas y sin mayor repercusió­n en su paso por Arabia, a Leo no le quedan leyendas en vida para discutir la gloria.

Mbappe deberá esperar algunos años más para ver si puede transforma­r en un “hecho sagrado”, la opinión de la alcaldesa de París. Tiene por delante muchos años y un gran desafío, por ahora sin respuesta.

¿Qué será de su vida a los 36 años, cuando su potencia física decline y ya no tenga esas zancadas de avestruz ni esa velocidad de galgo? ¿La alcaldesa de París habrá llegado entonces a la presidenci­a de Francia? En ese caso, ¿seguirá opinando de fútbol o como jefa de Estado se apegará un poco más los hechos?w

 ?? BLOOMBERG ?? Alcaldesa. Anne Hidalgo, con todo derecho, opinó sobre quién cree que es el mejor del mundo.
BLOOMBERG Alcaldesa. Anne Hidalgo, con todo derecho, opinó sobre quién cree que es el mejor del mundo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina