“Saberse derrotado, enfrenar los demonios, para llegar a la victoria”
personas más lindas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota... y han encontrado la forma de salir de las profundidades... la gente bella no surge de la nada”. La frase pertenece a E. k. Ross. La posteó un amigo adicto recuperado en narcóticos anónimos.
El primer paso quizá no te lleve donde querés estar, pero te saca del lugar en donde estás ahora. Fui recopilando estos pensamientos, apuntándolos para poder reflexionar. Increíble, bello, saberse derrotado es un acto de amorosa humildad. Lo que se suele llamar tocar fondo, y dar el saltito para salir a flote. El peor dolor es el soportable, cuando ya no se soporta se pide ayuda, y así empieza el camino de la rehabilitación, en cualquier ámbito de la vida. Levantar bandera, pedir auxilio, enfrentarse a los demonios internos, dar todo y, fundamental, dejarse ayudar. Por eso, la derrota de la cual venía hablando, se transforma en éxito, logro, victoria, etc. Rendite, salta al vacío, y seguramente te vuelva esa energía explosiva, la que te entrena, te llena de recursos, no hay forma de aprender sin equivocarse.
Lo dice una maestra más sabia que maestra, más perseverante que inteligente, para inteligencias tenemos el ChatGPT, soluciones fáciles y gratuitas. Consejo: armar una valija de recursos, amores, lazos, comunión con otros que sean urgencia en tu camino, y vos en el camino de ellos. Y ni se te ocurra comprarle la vida a otro, ni desearla. La cruz suele ser grande para poder avanzar o apoyarla en lugares de terrenos intransitables.
Desea, pide con fervor, seguro un eco, un grito, una voz en la montaña más alta resuene en los hipotéticos oídos del universo. Por una Argentina con más derrotas exitosas.
Roberta Garibotti garibottiroberta00@gmail.com