Clarín

Un “acuerdito” con el Fondo, el delirio de cambiar de acreedor

- Jorge Lanata RICARDO KIRSCHBAUM

Desde el lunes, en Washington, están de vacaciones. El “entendimie­nto técnico” con el Fondo es un alivio a dos semanas de las PASO, pero no se traduce en ninguna mejora palpable de la economía, aunque sirvió para calmar el pánico financiero del mercado.

Massa terminó de cerrarlo en San Juan, donde llegó a medianoche; se acostó a las dos de la mañana y se levantó a las seis. Hubo tantas idas, vueltas, viajes, no viajes y anuncios fallidos que una vez que Economía lo confirmó, los medios esperaron el comunicado del Fondo para difundirlo: el pastorcito, el lobo y el mercado.

El Fondo no va a poner un dólar hasta despues de las PASO. El “entendimie­nto” le otorga a la Argentina desembolso­s por US$ 7.500 millones pero no es por amor: el pais deberá implementa­r medidas de ajuste fiscal, esperar las aprobación del board y pagar los vencimient­os del lunes y martes de la semana próxima.

Sólo hay que ver de dónde sacamos US$ 3.500 millones. En el fondo del frasco ya casi no quedan yuanes. Según la Fundación Capital hay el equivalent­e a US$ 1.400 millones disponible­s. Según los técnicos consultado­s por este diario es imposible conseguir que se destrabe el segundo tramo del swap en 48 horas para que este disponible el lunes.

Aunque esta semana con el dólar agro se pudieron acumular más de 400 millones de dólares, las reservas están en una posición crítica. Para la Fundación Capital -dirigida por Carlos Pérez quien acompañó en el BCRA la gestión de Martín Redrado- hay reservas netas negativas por US$ 7.800 millones.

Relevando al BCRA de las deudas no exigibles a corto plazo (como el swap con China)

quedan US$ 550 millones para usar. Pero hacerlo en plena campaña electoral significar­ía dejar a Massa a tiro de una corrida cambiaria.

El comunicado del Fondo menciona dos temas urticantes:

* (se deberá) realizar esfuerzos para contener la masa salarial.

* Actualizar las tarifas de energía. Además prohíbe seguir dándole a la maquinita en el resto del año y le exige llegar a diciembre con U$S 8.000 millones de reservas. El Fondo se puso más duro que nunca porque Argentina incumplió todos los compromiso­s: según las metas acordadas en febrero el déficit debía ser inferior a $ 1,18 billones y fue de $ 1,88 billones, un 59% más.

Las reservas debían ser US$ 9.077 millones y fueron de US$ -5.050 millones, esto es un 280% menos; la emisión monetaria no debía pasar al 30 de junio los $ 370.000 millones y llegó a $ 1,35 billones o sea 264% más.

"El acuerdo lo va a tener, pero no en la fecha que usted quiere", le dijo por zoom el miércoles 19 de julio Kristalina Georgieva a Sergio Massa.

"Eso es un problema", le respondió el ministro.

El Fondo insiste con ordenar el mercado de cambios. Léase, hacer una devaluació­n. El impuesto PAIS a las importacio­nes no los convence y ahora hay un plazo hasta después de las PASO para ver cómo funciona. Si el resultado no es el que Massa promete, el FMI insistirá con una devaluació­n del peso del 30%, lo que podría llevar el dólar oficial de 270 a 350 pesos.

El ministro-candidato hizo una contraprop­uesta: elevar el impuesto a las importacio­nes (hoy es del 25% para los servicios y el 7,5% para los bienes y fletes) al 30% para todo, pero recién después del 13 de agosto.

Para Hernán Lacunza, que comanda los equipos técnicos de Rodríguez Larreta, ”el Gobierno va a tener que tomar medidas adicionale­s porque este acuerdo no alcanza para resolver el agujero del BCRA. Esto sirve para aguantar dos semanas, pero no cuatro meses".

Si las matemática­s siguen existiendo en Argentina, tiene razón: el Fondo le da al país 7.500 millones y Argentina debe pagar antes de eso U$S 3.500 millones. Sólo le quedarían al país 4.000 millones para fortalecer las cuentas.

Diversos Congresos de Paranoicos de la

City se preguntaro­n el viernes: ¿la postergaci­ón de los desembolso­s hasta después de las PASO es por las vacaciones del organismo o para esperar el resultado de las elecciones y barajar y dar de nuevo?

Una parte del Gobierno sueña (¿o delira?) con buscar préstamos con China y Brasil para cancelar la deuda con el Fondo y cambiar de acreedor.

"Para China es poca plata y se mostrarían como prestamist­as de última instancia que compiten con Washington", dice un importante economista K.

Massa bajó unos kilos y estuvo la semana pasada con un estado gripal que lo obligó a cancelar algunos actos. Tiene como objetivo de base sacar 35 puntos en la provincia de Buenos Aires y redondear 30 a nivel nacional. Así, Unión por la Patria seguiría competitiv­a para la elección general.

Desde el búnker afirman que el mensaje electoral del Gobierno debe tener tres ejes:

1) Unidad.

2) Orden

3) Defensa de la patria.

No suena demasiado creíble la “unidad” cuando todos se detestan, el “orden” que ha sido un activo de Patricia Bullrich (el Gobierno promete “orden sin dolor”, lo que parece una mala poesía) y “defensa de la Patria” que evoca al pasado.

Sergio es el único que, hasta ahora, le pone el cuerpo a la campaña, Wado tiene un rol secundario, Máximo hace algunos actos perdidos y Axel trata de hacer equilibrio entre Massa y Grabois. Ya en Santa Fe el peronismo trató de “pasar desapercib­ido” y el resultado fue espantoso.

"No estamos dando argumentos, no lo estamos vendiendo a Sergio", dice un histórico amigo del ministro-candidato.

La desesperac­ión es tal que han comenzado a pensar en el voto de los extranjero­s, que están habilitado­s para votar en cargos provincial­es bonaerense­s y solo necesitan presentar el DNI. Por eso se llevan oficinas del RENAPER a los actos, y el padrón de extranjero­s pasó de 600.000 a casi 900.000.

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Massa deberá esperar. El ministro de Economía junto a Gita Gopinath, del FMI. No habrá desembolso de plata hasta después de las PASO.
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