Se multiplican las manifestaciones en Israel contra la reforma judicial
Decenas de miles de israelíes nuevamente realizaron multitudinarias manifestaciones este sábado contra la decisión del gobierno de implementar una controvertida reforma judicial, que desató una ola de protestas sin precedentes en el país desde su presentación a inicios de año.
El Parlamento israelí aprobó el lunes una cláusula clave de la reforma, impulsada por el gobierno de derecha del primer ministro Benjamín
Netanyahu que esta aliado a un grupo de partido minoritarios ultraortodoxos que sostienen una posición duramente crítica contra las atribuciones del poder judicial.
La llamada cláusula de “razonabilidad”, cuyo funcionamiento fue revisado en esta votación, parte del paquete de reforma del sistema de justicia, limitará la capacidad de los jueces para anular las decisiones del gobierno que consideren “irrazonables”. Es decir, los legisladores tendrán atribuciones totales para imponer sus puntos de vista sin que puedan esas decisiones ser revisadas por los magistrados bajo el argumento de que los jueces no son votados, según afirman desde ese sector político.
El Ejecutivo, el más derechista de la historia del país, considera que la reforma es necesaria para equilibrar los poderes del Estado, pero la gente en las calles advierte que lo que hará e s eliminar los equilibrios entre los poderes generando una crisis al sistema democrático del país.
El propio presidente de Israel, Isaac Herzog se opuso públicamente a este cambió que ha sido reprochado por los gobiernos europeos y la Casa Blanca.
“Aún queremos a este país y tratamos de resolver todos los problemas”, declaró Itay Amram, un realizador, a la AFP en Tel Aviv.
Entre banderas israelíes, afirmó manifestarse contra lo que considera como una contra revolución anticonstitucional” del gobierno. Israel no tiene una Constitución, pero existen los usos y costumbres vinculados al ejercicio democrático de las repúblicas modernas.
Las protestas tienen lugar en todo el país, desde Haifa, en el norte, hasta Eilat, a orillas del mar Rojo.
“Rechazamos servir a una dictadura”, decía uno de los carteles en la protesta de Tel Aviv.
“Tengo mucho miedo por lo que pasa actualmente en Israel y estoy muy preocupada por el futuro de mi hija”, declaró Lotem Pinchover, una universitaria de 40 años.
Las protestas han atraído el apoyo de todos los estratos políticos y sociales, tanto de izquierda como de derecha, grupos seculares y religiosos, activistas por la paz y reservistas militares, así como trabajadores manuales y del sector tecnológico crucial para la economía del país.
Netanyahu, el premier más longevo de la historia de Israel, logró regresar al poder a fines del años pasado, asociándose con estos grupos ultrareligiosos que además propone la finalización de los avances en cuestiones de género y afirma como un solución al crónico problema palestino la anexión de los territorios que pertenecen a esos pueblos sin aclarar el destino de sus habitantes.w