Voces que piden ser escuchadas
Los candidatos para las próximas elecciones no proyectan un futuro atractivo. Algunos no se comprometen con las necesidades de la sociedad. No hay bosquejo alguno de cooperación con el otro. La política es conocida por usar maquillajes para seducir y captar votantes. Endulzan los oídos, adornan con bolsones y pintan con brillantina ese futuro que nunca llega. Mientras tanto, el “vamos viendo” es el instrumento que hace de brújula. No hay fórmulas mágicas ni concretas. El azar forma parte del equipo para arrimarse a poder gestionar la Argentina. La serendipia parecería ser el concepto que se instaló en el Gobierno. Como dice el lector Alí: “Desgraciadamente, se interesan quienes no tienen posibilidad alguna de aportar, y aportan a sus propios intereses quienes carecen de posibilidad, capacidad y empatía como para interesarse en la sociedad”. Esta sección, Lectores los domingos y Cartas al País semanalmente, es un ejemplo entre muchos. Es un semillero de propuestas, miles de voces escriben, es la sociedad que se expresa, que se alza para aportar ideas cuando flaquean las neuronas en el laboratorio de Balcarce 50. Los lectores son escuchados por los políticos, es sabido, pero los que dicen defender al pueblo, no reaccionan. Entonces, como descarga Alí, “todo lo que no fructifica, debe modificarse para dar paso a esa humildad que permite al ser humano recibir la ayuda que necesita”. Y agrega que, para materializar esos proyectos sociales “es menester la creación de una vía para proponer con el fin de acercar los sucesos cotidianos a las autoridades argentinas. En la órbita de los tres poderes se torna positivo complementar la óptica y opinión del pueblo con la de los representantes estatales, por aquello que alguien llamado Albert Einstein con lógica razón afirmaba: ‘Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes’”. La sociedad le está pidiendo a los gobernantes un gesto que amortigüe ese padecimiento de abandono que descabeza cualquier esfuerzo de crecimiento. Sólo quieren que los escuchen, y actúen en consecuencia.