El enemigo que denunciaba la corrupción y organizaba protestas contra el gobierno
Alexei Navalny se hizo conocido a través de un blog en el que desnudaba negociados del Kremlin. Su historia.
La muerte de Alexei Navalny, tal vez asesinado o machacado por el duro trato y las inhóspitas condiciones de la colonia penitenciaria ártica en la que había sido encerrado, acaba con el último disidente al régimen autocrático del presidente ruso Vladimir Putin.
Nacido en Moscú en 1976, Alexei Anatolievich Navalny creció en la ciudad militar de Kalininets y estudió Leyes y Finanzas. La fama empezó con un blog y una web (Rospil) dedicados a denunciar casos de corrupción que los medios tradicionales escondían. En 2010 acusó al gigante público del petróleo Rosneft de desviar ilegalmente más de 3.000 millones de dólares que debían servir para construir un oleoducto en Siberia. El diario económico Vodomosti lo declaró en 2009 personalidad del año.
El 5 de diciembre de 2011 fue encarcelado por primera vez tras una manifestación contra el supuesto fraude en las elecciones y creó la Fundación Anti-Corrupción.
Tras perder en 2013 las elecciones a la Alcaldía de Moscú empezaron las detenciones y pequeñas condenas a días o semanas cada vez que organizaba una manifestación. En 2018 se le prohibió presentarse a las presidenciales. Una de las cosas que más molestaron a Putin fue un documental de casi dos horas en el que se cuenta con pelos y señales el imperio inmobiliario y financiero que acumula el jefe del Kremlin a nombre de sociedades fantasma.
El 20 de agosto de 2020 fue hospitalizado de urgencia en la región de Omsk, en Siberia, después de caer en coma durante un vuelo a Moscú. Se cree que fue envenenado pero las autoridades aseguraron que los test tóxicos dieron negativo. Días después, en coma, llegó en un avión, medicalizado, a Alemania después de un ofrecimiento directo de la entonces jefa de gobierno Angela Merkel a Putin, que esperaba así quitárselo de encima.
Los médicos alemanes sí encontraron trazas de envenenamiento con el agente neurotóxico novitchok. También laboratorios suecos, franceses y la Organización para el Control de Armas Químicas.
Navalny se recuperó en meses. El 17 de enero de 2021 voló de Berlín a Moscú. Al aterrizar fue detenido y el 2 de febrero condenado a tres años y medio de prisión por haber violado las condiciones de su libertad condicional. También fueron condenados varios de sus colaboradores.
El 17 de febrero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (del que forma parte Rusia) exigió su liberación inmediata. Moscú hizo oídos sordos. En octubre de 2021 el Parlamento Europeo le concedió el Premio Sájarov a la libertad de conciencia. En marzo de 2022 le cayeron nueve años “por fraude” y en julio del año pasado 19 años por “extremismo”.
Sus días empezaron a menguar el pasado diciembre. Sus abogados denunciaron su desaparición para aparecer tres semanas después en una colonia penitenciaria en el Ártico con fama de ser el más duro presidio ruso. Apenas se tuvieron noticias suyas desde entonces salvo los tuits que publicaron sus allegados desde el extranjero. ■