El petróleo agudiza los problemas en Guyana, en la mira del chavismo
La economía crece con el crudo. Pero el auge genera inflación y una brecha creciente entre ricos y pobres con la amenaza de un conflicto con Caracas.
Guyana ha experimentado una enorme transformación en los diez años transcurridos desde el hallazgo de petróleo frente a sus costas. Una muestra de ello es la piscina del hotel Marriott de Georgetown.
Al atardecer, ejecutivos del sector petrolero con camisas de marca bajan de vans y se unen a mesas de funcionarios de bancos de desarrollo, que ya conversan frente a bolitas de yuca y cervezas heladas. Una habitación básica en este hotel, que suele estar agotado, puede costar más de US$ 600 en una noche normal de enero. Los precios casi se triplican a mediados de febrero, cuando se celebra la conferencia anual sobre petróleo en Guyana, que atrae a esta pequeña nación de 800.000 habitantes a grandes ejecutivos del sector energético.
La llegada del “grupo del Marriott” es una señal del cambio que se ha producido en Guyana desde que Exxon Mobil Corp. encontró petróleo en las aguas del país en 2015. Los nuevos pozos bombean 645.000 barriles diarios, lo que generó unos US$ 1.600 millones en ingresos para Guyana en 2023.
Todo ello representa un enorme desafío para el presidente Irfaan Ali, cuya promesa de lograr un crecimiento sostenible y ganancias equitativas tanto para los inversionistas como para los ciudadanos exigirá profundos cambios estructurales en materia de transparencia y rendición de cuentas. Por no hablar de las amenazas de conflicto que han surgido con el aumento de la presencia militar de la vecina Venezuela en la frontera, que reclama como propia la región de Esequibo, fuente de una enorme riqueza en crudo y minerales.
Aunque Alí ha insistido en que las prospecciones petroleras continuarán según lo previsto, la posibilidad de un arbitraje forzoso con el régimen de Caracas, que alienta proclamas nacionalistas en su país, y de cualquier acuerdo posterior en caso de que Venezuela siga adelante con sus reclamos podría añadir un costoso futuro a los habitantes y a los productores.
La economía del país se ha cuadruplicado desde 2019, pasando de ser una de las de peor desempeño de la región a la de mayor crecimiento del mundo durante dos años seguidos. Los yacimientos de petróleo son tan grandes en relación con la población de Guyana que, según proyecciones, el país superará a Kuwait y se convertirá en el mayor productor de crudo per cápita del mundo, con un 16% de crecimiento neto del suministro de petróleo de aquí a 2028.
Sin embargo, el optimismo ciego que se murmura entre las paredes del hotel queda en entredicho al salir al exterior. “No la he visto, y menos aún probado”, asegura Corwin Wright, de 55 años, refiriéndose a la nueva riqueza de su país. Wright vende sombreros de tela y gorras en el mercado de Stabroek, donde cientos de vendedores luchan por llamar la atención de los transeúntes en puestos cubiertos con lonas, con la esperanza de que compren cualquier cosa, desde mangos y jugo de caña de azúcar hasta peces pacú recién pescados. En un día bueno, algo poco habitual, Wright gana US$ 50, que “es suficiente para pagar las facturas”, dice, “pero no más”.
El descubrimiento de petróleo ha sido, en general, una bendición para Guyana. Pero la antigua colonia británica debe encontrar un camino que evite la maldición de los recursos que ha asolado a los países petroleros, que han dependido demasiado de recursos limitados e impredecibles, abandonando otras áreas de la economía.
Los nuevos puestos de trabajo que se han creado en el sector energético benefician a parte de la población de Guyana, pero muchos como Wright- sufren las consecuencias del aumento del costo de vida y de salarios aún escuálidos. Y los precios se han disparado: la inflación anual del país fue del 0,8% en 2016, según cifras del Banco Mundial. Pero según la última estimación del Departamento de Estado de Estados Unidos, la inflación habría sido del 6,6% en 2023.
“Hemos tenido este cambio radical y una enorme ganancia inesperada, pero que una economía cambie de trayectoria no es algo fácil”, señaló Thomas Singh, profesor de economía de la Universidad de Guyana. “Necesitamos un liderazgo que reconozca que hay divisiones que no pueden eliminarse solo con gasto público”.
Con la esperanza de escapar a la maldición de los recursos, el Gobierno creó un fondo de recursos naturales para financiar la construcción de puentes, autopistas y escuelas, y proporcionar subsidios a los desfavorecidos. Sin embargo, ya está planteando problemas de gobernanza, ya que el Gobierno pretende aumentar los retiros.
Según un reciente informe de World Development, los planes actuales de distribución de la riqueza petrolera de Guyana pueden agravar las arraigadas divisiones étnicas y políticas, dado que la población indoguayanesa ya está sobrerrepresentada en el 10% de la población con mayores ingresos, en comparación con los grupos afroguayaneses y mixtos con menores ingresos. “Hay un campo minado de cosas que pueden salir mal”, afirma Singh.
El bloque Stabroek de Guyana, que alberga el mayor descubrimiento mundial de crudo de la última década, es una de las operaciones petroleras de más rápido crecimiento y menor costo del mundo fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Se espera que tres nuevos yacimientos aprobados empiecen a bombear petróleo en los próximos tres años. Para 2028, Exxon estima que la producción se habrá duplicado hasta 1,2 millones de barriles diarios. En este contexto, las tasas de desempleo han disminuido y los préstamos al sector privado se han multiplicado.
El impacto es visible y se siente apenas uno llega. Carteles ofreciendo servicios de formación en petróleo y gas, logística de la cadena de suministro y contratación cuelgan sobre una larga fila de visitantes que esperan pasar por el control de migración en el aeropuerto de Georgetown. Y otros destacan las obras de una nueva autopista de cuatro carriles financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo que reemplazará la carretera llena de baches y mal iluminada que actualmente lleva a los viajeros a la ciudad.w
El Esequibo es la rica zona en litigio con Venezuela.