Sólo 2 de cada 10 cardiólogos revisan peso y talla del paciente
Lo revela una encuesta de la Sociedad Argentina de Cardiología. Se suma a otro relevamiento según el cual apenas el 14 por ciento controla la presión.
El ABC de la consulta médica debería estar regido por tres acciones de control básicas de los pacientes. La primera, de la que Clarín dio cuenta recientemente por un déficit sorprendente, es tomarles la presión. La segunda, pesarlos. La tercera, medirlos.
En el Día Mundial de la Obesidad, que se conmemoró ayer, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) dio a conocer una encuesta con resultados que preocupan.
Participaron 556 cardiólogos y residentes. Sólo dos de cada diez afirmaron que miden y pesan a sus pacientes. Disponer de ambos valores es indispensable para conocer el índice de masa corporal (IMC, peso sobre altura al cuadrado).
El relevamiento, realizado por Augusto Lavalle Cobo, director de Cardiometabolismo de la SAC, reveló que hay, en general, baja dedicación médica al tema. “El 53% de los encuestados refirió dedicar poco o muy poco tiempo para dar recomendaciones nutricionales, por el corto tiempo de la consulta”.
A comienzos de enero, Clarín había contado que apenas el 14% de los médicos de hospitales públicos del país toma la presión arterial, según la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial.
¿Por qué es importante conocer el índice de masa corporal? “A partir de un IMC de 25 kg/m2 se recomienda un plan de alimentación saludable, ejercicio, terapia y tratamiento
específico”, explicó Carolina Salvatori, asesora del Consejo de Cardiología Clínica de la SAC.
La encuesta de de esta sociedad científica dio cuenta también de que sólo el 40% de los profesionales recibió educación sobre manejo nutricional en la facultad, y sólo
uno de cada 3 asistió a disertaciones sobre obesidad y nutrición.
Victor Mauro, presidente de la SAC, atribuyó este problema al “deterioro de la formación médica relacionada en gran medida a las variables educativas y económicas comunes que han afectado a toda nuestra población”.
Cuando Mauro habla de malos índices de salud se refiere a que 6 de cada 10 argentinos presentan sobrepeso y uno de cada cuatro, obesidad. Y según el registro Framingham, una persona obesa a los 40 años tiene una expectativa de vida 7 años menor que el mismo grupo etario con peso normal, además de duplicar las posibilidades de desarrollo de insuficiencia cardíaca. El control del sobrepeso y la obesidad previene el desarrollo de diabetes, dislipemia e hipertensión.
Mientras estos “deslices” ocurren en los consultorios, las estadísticas de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo da cuenta de un avance del sobrepeso en la población argentina, con su consecuente impacto como factor de riesgo. En 2005, la incidencia era del 49% y en el último registro conocido hasta ahora, de 2018, trepó al 61,6%.
A contrapelo de este deterioro en caída libre surgen algunas resistencias, como la que desde ayer llevará a cabo durante toda la semana el Hospital de Clínicas a fin de concientizar a la gente, con el lema “Obesidad, una enfermedad que produce otras”: recibirán a los interesados, les harán un chequeo clínico con medición del IMP y de la presión, y darán una serie de pautas nutricionales.
A cargo de esta iniciativa está Gustavo Frechtel, jefe de la División Nutrición de ese centro de salud. “En el sobrepeso y la obesidad hay un 50% de susceptibilidad genética, pero lo que lo desencadena son los hábitos alimentarios y la falta de actividad física. Trabajar sobre la obesidad es trabajar sobre el riesgo de desarrollar patologías como el infarto de miocardio, el ACV, diabetes tipo 2 y el cáncer, entre las más frecuentes”.w