Tras 40 visitas a la base china, no hallan indicios de uso militar
Las antenas instaladas en Neuquén “no sirven para seguir misiles ni hacer espionaje”, aseguran fuentes científicas . Tampoco “hay soldados chinos”.
En la popular la serie de Netflix “El Problema de los Tres cuerpos”, una antena de comunicaciones con el espacio profundo provocó una crisis mundial donde se cruzan secretos tecnológicos con sospechas de espionaje.
Pero en este caso, una antena muy similar ubicada en Neuquén creó tensión diplomática entre la Argentina, Estados Unidos y la República Popular china.
Sin embargo, ministros, embajadores, científicos de la Comisión Nacional de Actividades Especiales (CONAE) como del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), ya ingresaron más de 40 veces a la estación de comunicaciones china de Neuquén y hasta ahora, “no encontraron a ningún militar chino o actividades con fines militares”. Incluso, “el ex agregado científico de la Embajada de EE.UU. ingresó a las instalaciones” dentro de una comitiva de diplomáticos que visitaron el lugar el 26 de agosto de 2019, afirmaron a Clarín fuentes científicas y diplomáticas argentinas.
La estación china ya fue visitada, por ejemplo, por el ex ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, el ex embajador en Washington, Jorge Argüello, diplomáticos extranjeros y hasta un rector de la Universidad del Comahue y funcionarios del gobierno de Neuquén, entre otros, desde que entró en funcionamiento en el 2018.
La inspección que el Gobierno hará mañana a la “base china” se motorizó luego de que el embajador norteamericano, Marc Stanley, dijera hace dos semanas a La Nación: “Con respecto a los chinos, me sorprende que la Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué”.
“Tengo entendido que se trata de soldados del ejército chino que operan este telescopio espacial, no sé lo que hacen, creo que los argentinos tampoco lo saben, y deberían entender por qué los chinos están desplegados allí”, agregó el diplomático del presidente Joe Biden.
Luego, la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, insistió esta semana con la preocupación norteamericana sobre esas instalaciones chinas en las charlas de alto nivel que mantuvo con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, los ministros de Seguridad, Patricia Bullrich, y Defensa, Luis Petri, entre otros.
En general, las visitas a la base las hacen científicos de la CONAE y el ENACOM. El primero depende del jefe de Gabinete y este último organismo, tiene que verificar que los chinos no usen bandas radioeléctricas que interfieran las comunicaciones argentinas civiles o militares.
Por otra parte, el personal chino de la estación “son cinco científicos, un electricista y un cocinero”, revelaron a Clarín científicos y funcionarios argentinos que participaron del proyecto y pidieron mantener su nombre en reserva por miedo a represalias.
La enorme antena de comunicaciones (35 metros de diámetro) “es muy lenta para guiar o seguir misiles. Está preparada para seguir satélites o naves espaciales”, afirmaron las fuentes en alusión a otra de las sospechas.
“Tampoco puede hacer espionaje sobre el territorio norteamericano por la curvatura de la tierra”, afirmaron. La seguridad del predio está a cargo de la Policía de Neuquén y hace unos años atrás de una empresa privada, “nunca de soldados chinos”, agregaron.
Por otra parte, “en cuanto a la información que recopila China, la CONAE puede tener acceso a la misma por medio de un convenio específico”, agregaron las fuentes.
Sin embargo, las comunicaciones con el espacio profundo son una tecnología dual, es decir que se puede usar con fines pacíficos o militares.
Y Estados Unidos, China, la Unión Europea y Rusia están en una carrera por la exploración de la Luna para enviar, luego, una misión a Marte. Geopolítica, a nivel espacial.
Además, la CLTC depende administrativamente del Ministerio de Defensa chino y tiene también relación funcional con la Comisión para la Ciencia, la Tecnología y la Industria para la Defensa Nacional de China.
El nombre oficial de las instalaciones es “Estación de Espacio Profundo de la China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC), la CONAE y la provincia de Neuquén.
Está ubicada en las proximidades de la localidad de Bajada del Agrio en Neuquén, departamento de Picunches. Tiene 800 habitantes y está a 250 kilómetros de la capital de la provincia y necesita no tener interferencias radioeléctricas. El primer paso para la creación de la base china la dio en el 2012 el ex presidente de la CONAE y prestigioso científico Conrado Varotto. En 1992, Varotto –creador del INVAP y del programa satelital argentinoparticpó del desmantelamiento del misil Cóndor II de la Fuerza Aérea y del cierre de la base secreta que se construía en Falda del Carmen, Córdoba, por decisión del ex presidente Menem.
Desde que China empezó a interesarse por esta estación, Varotto hizo informar a EE.UU. de sus pasos a fin de que no hubiera sorpresas sobre el uso de esta tecnología sensible.
Chile también se ofreció para recibir la base pero en la competencia ganó la Argentina. Pero Washington hace dos o tres años comenzó a preocuparse por la “base china”, en medio de la “guerra” tecnológica con China. El acuerdo fue ratificado por el Congreso a través de la Ley 27.123 en 2015 y al año siguiente el entonces presidente Mauricio Macri le hizo agregar un protocolo para ratificar que es exclusivamente con fines pacíficos.
Como factor de pertenencia, la CONAE tiene una oficina propia dentro de las instalaciones y el derecho al uso del 10 por ciento del tiempo de la antena para los astrónomos y radioastrónomos argentinos. La estación “no tiene inmunidad diplomática”, como dicen algunos medios. Las 200 hectáreas en que funciona fueron entregadas por la provincia de Neuquén en comodato a la CONAE. Pero los rumores se extendieron porque en alguna oportunidad, los científicos chinos –que no hablan españolcontestaron a quienes querían ingresar: “hablen con la embajada china”.
El sector más pronorteamericano del gobierno de Milei estaría pensando en anular los acuerdos con China que permitieron la creación de la estación. Otros estarían analizando la posibilidad de “enviar una misión científica argentino-norteamericana” a la base. Pero como los norteamericanos podrían decir que su congreso se los prohíbe, quizá la mejor salida sea “reforzar los controles” a la estación y hacerlos más visibles.
Un diplomático argentino retirado recordó que “no hay que olvidar que China, más allá del debate geopolítico, apoya la soberanía argentina en Malvinas y es nuestro segundo socio comercial”.w