Grave panorama en Gaza al cumplirse seis meses de guerra
La crisis entre los civiles se ha agudizado, con más de 670 mil gazatíes con inseguridad alimentaria y una extendida malnutrición entre los niños.
La Franja de Gaza se hunde en el abismo de su peor crisis humanitaria, con una hambruna que ya ha empezado a cobrarse vidas y con unos niveles de destrucción sin precedentes cuando se cumplen, este domingo, seis meses de la guerra más letal para los palestinos, con más de 33.100 muertos.
“Durante los últimos seis meses, el pueblo de Gaza ha soportado un sufrimiento insondable. Casi 2 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, muchas de ellas en múltiples ocasiones”, afirmó este sábado el coordinador humanitario de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Jamie McGoldrick.
Además de haber provocado el mayor éxodo de palestinos desde la Nakba (1947) -la expulsión de su pueblo en la partición del territorio bajo protectorado británico donde se creó el Estado de Israel la guerra en Gaza tiene a la mitad de sus habitantes, más de un millón de personas, en “riesgo inminente” de hambruna y la desnutrición infantil ha alcanzado niveles nunca antes vistos.
Al menos 31 personas han muerto por malnutrición y deshidratación en el norte del enclave desde febrero, 27 de ellos menores -la mayoría bebés-, según la ONU. Más de 677.000 gazatíes sufren inseguridad alimentaria “catastrófica” y unos 28.180 niños padecen malnutrición -uno de cada tres menores de dos años tienen desnutrición aguda-.
Desde el inicio de la contienda el 7 de octubre han muerto 33.137 personas, más del 75% civiles incluidos 14.500 niños, según datos de sanidad de la Franja, considerados creilbes pese a que los organismo eran parte del régimen del grupo terrorista de Hamas en la Franja.
Los heridos superan los 75.800 y hay además casi 8.000 cuerpos que se estiman atrapados bajo los 26 millones de toneladas de escombros, en un territorio de 2,3 millones de habitantes.
Según la ONU, “La situación es sencillamente catastrófica”, sentenció McGoldrick aunque valoró las medidas adoptadas por Israel para facilitar la entrada de ayuda y la creación de una “célula de coordinación” entre el Comando Sur del Ejército y las agencias humanitarias para evitar incidentes como el del pasado lunes, cuando Israel mató a siete funcionarios de la ONG World Central Kitchen.
Tras un ultimátum de EEUU el Gabinete de Guerra aprobó aumentar el flujo de ayuda que entra a la Franja. Israel accedió a abrir el cruce de Erez, que conecta con el norte donde las necesidades son más acuciantes, para trasladar alimentos, agua y artículos sanitarios desde el puerto israelí de Ashdod. Además, se duplicarán los camiones, de 25 a 50, desde Jordania por el cruce de Allenby; la reapertura de 20 panaderías en el norte de la Franja y la reactivación de una línea de agua potable.
De los siete cruces a la Franja, Israel solo permitía hasta ahora el paso por dos: Rafah, fronterizo con Egipto; y Kerem Shalom, entre Israel y en enclave por el sur; por lo que la distribución al norte era casi imposible por el nivel de destrucción y las pocas garantías de seguridad; además de la lentitud en el proceso de inspección, que ahora Israel se ha comprometido a acelerar sumando 100 camiones más por día. ■