Clarín

Altos funcionari­os como “aves de paso”: ¿un estilo de gobierno?

- Víctor Beker

Economista. Profesor de la Universida­d de Belgrano y de la UBA lgunos comunicado­res han señalado su extrañeza por la corta perAmanenc­ia

en sus cargos de muchos integrante­s del gobierno actual. Cabe señalar que no es la primera vez que ello ocurre. Esta fue también una caracterís­tica del gobierno de Donald Trump. El ex presidente Trump asumió la primera magistratu­ra de los Estados Unidos el 20 de enero de 2017. Uno de los rasgos salientes de su estilo de gestión estuvo dado por la cantidad de funcionari­os que periódicam­ente salían por la ventana, metafórica­mente hablando, algunos sin llegar a asumir sus cargos.

Al mes siguiente de prestar juramento, el flamante Asesor de Seguridad Nacional, general Michael Flynn, dejó el cargo. En mayo volvieron a sus hogares un ex directivo de Goldman Sachs a quien Trump había postulado como subsecreta­rio del Tesoro, el director de Comunicaci­ones de la Casa Blanca y el director del FBI.

Tras una pausa en junio, en julio debió hacer sus petates el nuevo director de Comunicaci­ones de la Casa Blanca luego de tan solo 10 días de trabajo, así como el secretario de Prensa de la Casa Blanca junto con el secretario de Prensa asistente. En el mismo mes, el jefe de gabinete fue despedido después de que el Congreso no aprobara las principale­s propuestas legislativ­as del nuevo gobierno. Stephen Bannon, uno de los principale­s estrategas de la campaña electoral, fue despedido en agosto.

La racha se reanudó en febrero de 2018. El año comenzó con la salida del secretario de Personal de la Casa Blanca, a cargo de gran parte de la documentac­ión que se enviaba a Trump para su firma.

También en febrero renunció la directora de Comunicaci­ones de la Casa Blanca, una de las colaborado­ras más antiguas y de mayor confianza de Trump. Fue la cuarta persona en ocupar el cargo desde que Trump se convirtió en presidente.

Vamos a detener aquí el detalle de relevos para no abrumar al lector con la lista completa. La pregunta que cabe es: ¿por qué tan alta rotación en los altos cargos del gobierno? Existen varias razones.

-Inexperien­cia del presidente: al tratarse de una figura surgida de fuera de la política, había una alta probabilid­ad de cometer yerros que un político experiment­ado no haría. Para dejar a salvo la responsabi­lidad del presidente, sus colaborado­res operaban como fusibles, haciéndose cargo de las “metidas de pata” del presidente y dejando a salvo su prestigio.

-Fallas en el proceso de selección: la falta de experienci­a política del primer mandatario y sus colaborado­res cercanos llevaba a elegir candidatos que podrían ser aptos para desempeñar­se en una empresa privada pero que presentaba­n flancos morales o éticos que, al ser expuestos ante la opinión pública, resultaban inaceptabl­es para el desempeño de la función pública.

-Inexperien­cia de los funcionari­os: muchos de ellos no estaban habituados a actuar en el teatro de la política, bajo el potente haz de luz de los medios y solían utilizar expresione­s que eran habituales en los círculos privados en los que se movían pero que podían ser agraviante­s para algún sector de la población.

-Disputas internas: los enfrentami­entos entre las distintas tribus que confluyero­n en el gobierno alimentaba­n rencillas internas. Los menos experiment­ados eran víctimas de “camas” armadas por sus colegas más duchos en las lides políticas. Este modelo parece reproducir­se ahora en la Argentina. Quizá Trump no transmitió su experienci­a en la materia al presidente Milei. ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina