La cuarta fue la vencida para No Te Va Gustar
Después de tres postergaciones, la banda uruguaya pudo festejar sus 30 años en una cancha de Vélez repleta.
Contradiciendo al refrán, al final la cuarta fue la vencida. El inmensamente popular grupo uruguayo No Te Va Gustar se había propuesto iniciar en Argentina una larga gira para celebrar sus 30 años de carrera, y el puntapié inicial se demoró una y otra vez, hasta que finalmente el miércoles pudieron darse el gusto de llenar el estadio de Vélez con 40 mil personas.
Atrás quedó la amargura de suspender la fecha inicial del sábado 6 por una necesidad futbolística del club, la frustración de volver a cancelar el sábado 13 por un pedido del Gobierno de la Ciudad por la fuerte tormenta, y nuevamente la tristeza de otro pronóstico meteorológico adverso el domingo 14.
Lo que siguió fue la fiesta tan deseada por la banda formada en junio de 1994 en Montevideo por unos músicos adolescentes. Fueron más de tres horas donde NTVG recorrió toda su discografía, alternando un puñado de gemas olvidadas con la impresionante cantidad de hits de su repertorio.
Como es sello distintivo del grupo, hubo rock fuerte, ska, reggae, canciones mid-tempo y baladas, todo en el marco de un puesta espectacular, con un impecable sonido y un verdadero arsenal de luces dispuestas entre las gigantescas pantallas de video, asomando como ventanas de edificios, un quizás involuntario guiño al Nada personal de Soda Stereo en Obras 1986.
Los ocho integrantes de No Te Va Gustar se vistieron de traje para la ocasión. Cubrieron el amplio escenario montado en Vélez y se dispusieron a tocar más de 30 canciones casi sin respiro. Se los vio felices y orgullosos de marcar un nuevo hito en su relación con Buenos Aires, tan emblemático como sus legendarios Hipódromo de Palermo, los Luna Park, Costanera, los Obras y el Quilmes Rock en River.
En el público se veían fans de todas las edades. No faltaron banderas y hasta globos de cumpleaños con los números 3 y 0.
En cuanto al repertorio, la diná mica fue alternar un puñado de gemas casi olvidadas con los clásicos de toda su discografía. Así fue como el inicio tuvo a Dejame bailar, el ska Nada para ver, Cero a la izquierda, Me cuesta creer, Ángel con campera y el reggae Verte reír.
Emiliano Brancciari dejó claro el sentir de la banda: “Este show es muy importante para nosotros y vamos a dar el mejor y más largo concierto posible, para agradecer con amor vuestro amor”.
Hacia la mitad, cuando ya habían pasado No te imaginás, Comodín y rarezas como El oficial, subieron los percusionistas Camilo, Noé y el Lobo Nuñez, que se sumaron en El camino (con intro electrónica) y Cómo brillaba tu alma.
Más adelante, Nahuel Pennisi hizo a dúo una muy emocionante versión de De nada sirve, y sobre el final llegó Pato Sardelli (de Airbag) para sumar su voz y guitarra en Ese maldito momento.
Otros momentos inolvidables fueron los acústicos Memorias del olvido, No necesito nada y Clara, coreadas por todo el estadio, además del emotivo recuerdo tras Venganza al actor Claudio Rissi, amigo del grupo y protagonista de aquel videoclip con Nicki Nicole.
Tampoco faltaron grandes solos del trombonista Danis Ramos, el guitarrista Pablo “Bambino” Coniberti, el trompetista Martín Gil y el baterista Diego Bartaburu.
Antes de los bises, Emiliano preguntó qué querían escuchar, y así surgieron temas que no veían la luz desde hace años. En total fueron tres horas con veinte minutos, 38 temas y hasta algunos hits enganchados. Todos los ingredientes para la celebración tan esperada.w