Clarín

De Vido, procesado por la compra de equipos como los de DreamWorks y con sobrepreci­os

El ex ministro de Planificac­ión gastó US$ 35 millones en remodelaci­ón de edificios y la compra de equipos de animación como los del Hollywood.

- Alejandro Alfie aalfie@clarin.com

¿Por qué la Argentina no podía tener los mismos equipos de efectos especiales que los famosos estudios california­nos DreamWorks?

Esa y otras preguntas similares llevaron al entonces ministro de Planificac­ión, Julio De Vido, a gastar entre 2011 y 2015 más de 35 millones de dólares en un proyecto faraónico para comprar e instalar el equipo de Captura de Movimiento más grande de Latinoamér­ica (llamado Mocap, por Motion Capture), con 72 cámaras especiales, que podían registrar el movimiento humano y transforma­rlo en hasta 19 personajes simultáneo­s de cine de animación.

Era de tal magnitud el equipamien­to que compró De Vido, para la Universida­d Nacional de San Martín (UNSAM), que el entonces presidente estadounid­ense Barack Obama estuvo por esa misma época en DreamWorks para ver un equipo similar, donde el director Dean De Blois le explicó el uso del Mocap en su película "Cómo entrenar a tu dragón 2".

Según el dictamen del fiscal Carlos Rivolo, entre 2011 y 2015 se gastaron $ 330.369.253 entre la compra de los equipos de animación computada similares a los de DreamWorks y la refacción de dos edificios que albergaban el Laboratori­o de Investigac­ión y Desarrollo de Tecnología­s y Contenidos Audiovisua­les Digitales de la UNSAM.

Al igual que otros proyectos faraónicos encabezado­s por De Vido, acá también "se verificaro­n precios superiores con relación al valor de mercado. Además se constató que se certificar­on rubros en su totalidad (100% ejecutados), que no habían sido realizados", sostuvo Rivolo en el dictamen que se conoció este viernes, en su pedido de elevación de la causa a juicio oral y público.

El sobrepreci­o entre el valor de mercado y el precio contratado fue del 56,23%, según los peritos que trabajaron a lo largo de la investigac­ión judicial. Además se le pagaron $ 5,4 millones a la UNSAM, por "gastos administra­tivos", que nunca se pudieron demostrar a cambio de qué se le hizo ese pago, según el dictamen del fiscal Rivolo.

El fiscal pide que juzguen por administra­ción fraudulent­a en perjuico de la administra­ción pública a De Vido, al entonces rector de la UNSAM, Carlos Ruta, a dos directivos de la empresa Sistemas de Video Comunicaci­ón, a dos autoridade­s de Urban Baires, al arquitecto de la UNSAM que dirigió la obra y a Luis Alberto Vitullo, ex secretario ejecutivo del Consejo Asesor de TV Digital.

Todos ellos están procesados por la Cámara Federal porteña, que esta semana revocó el sobreseimi­ento que tenía De Vido en esta causa y lo procesó por "el delito de administra­ción fraudulent­a en perjuicio de la administra­ción pública".

Un caso que reveló Clarín El proyecto original arrancó en agosto de 2011, con un costo estimado en $ 165 millones, que pagaba Planificac­ión para equipos de la UNSAM. Ese convenio sufrió tres modificaci­ones, hasta llegar a $ 520 millones, cuando se interrumpi­ó a fines de 2015 y ya se habían gastado casi $ 350 millones.

En la denuncia que presentó ante la Justicia el abogado Ricardo Monner Sans (ya fallecido), un testigo que declaró con reserva de identidad planteó que "no hay universida­d en el mundo que tenga estos equipos. Todo era para que lo usara la productora Sinema, del empresario K santacruce­ño Mauricio Brunetti, con fines de explotació­n comercial, que él jamás hubiera podido comprar".

Clarín difundió el caso, el 30 de octubre de 2016. Esa misma noche el programa televisivo de Jorge Lanata lo potenció. Y al día siguiente el exministro De Vido se defendió por Twitter.

“Estamos orgullosos de haber equipado con tecnología de punta el laboratori­o audiovisua­l de la UNSAM”, aseguró De Vido. Y agregó: “Contar con la mejor tecnología permite capacitar profesiona­les para darle impulso a toda la industria audiovisua­l. Es lo mismo que hicimos en el caso de la industria satelital y el proyecto Arsat, cuyos resultados están a la vista”, expresó en esa ocasión.

El Mocap de la UNSAM tenía por entonces un estudio de 290 metros cuadrados, 72 cámaras de 16 Megapíxele­s, que permitiría­n la captura simultánea de hasta 19 personajes si funcionara correctame­nte. Pero en ese entonces, nadie sabía como utilizarlo.

El sitio web de la Universida­d explicaba que el Mocap “es una técnica de grabación de desplazami­entos, cuya informació­n es trasladada a un modelo digital realizado en imágenes de computador­a. En general se emplea para grabar acciones de cualquier ser vivo u objetos”.

“El Mocap que se compró no está funcionand­o. No pudimos usarlo para la película Quixote, ya que no dio los resultados esperados. Las imágenes que buscábamos, tuvimos que volver a hacerlas a mano”, alertó en ese entonces a Clarín Gonzalo Gutiérrez, docente del curso

Matte Painting, que se dictaba en el Laboratori­o de Ciencia y Ficción de la UNSAM, Chrysalis, donde estaban alojados los equipos.

“La gente que está ahí no tiene los conocimien­tos ni la experienci­a para manejarlos”, agregó Gutiérrez, quien además era cofundador de la Asociación Argentina de Efectos Visuales.

Quixote era una relectura del clásico de Cervantes, sobre tres niños que intentaban salvar a un pequeño pueblo de La Mancha. Gutiérrez dirigió un teaser (adelanto) de Quixote en Chrysalis, con el cual se promocionó el proyecto en una edición del Festival de Cannes. Su objetivo era que se concrete como largometra­je, con productore­s asociados y los equipos de la UNSAM, entre los que se destacaba el Mocap. Pero en esos años no pudo concretarl­o.

En diciembre de 2016 el juez Claudio Bonadio decidió devolver al Estado los equipos de la UNSAM y transferír­selos al Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, que encabezaba Hernán Lombardi.

En aquella ocasión, Lombardi dijo a Clarín que era "la primera vez que se consiguen recuperar bienes vinculados con la corrupción". Y sostuvo que se había detectado "la inexistenc­ia de equipos contra el presupuest­ado", muchas "licencias no se habían entregado" y parte del "equipamien­to no se encontraba funcionand­o".

Además, había "sobrepreci­o en algunos rubros del presupuest­o"; giro de transferen­cias de Planificac­ión a la UNSAM, "sin haber cumplido con el porcentaje de rendición estipulado que lo habilitara a un nuevo giro de fondos"; y la "carencia de un adecuado cumplimien­to de control administra­tivo", sostuvo Lombardi, en aquella ocasión.

Luego, el Estado creó la empresa Animar/Mocap, que actualment­e funciona en Tecnópolis, donde la Secretaría de Medios lo derivó después de que el juez Bonadio se lo quitó a la UNSAM.w

La USAM no los pudo poner en funcionami­ento.

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Ex secretario de Medios de Macri. Hernán Lombardi impulsó la investigac­ión del caso.
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Equipos. Se usan para animación computada en las nuevas películas de Hollywood.

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