Clarín

El machismo a la italiana: ¿comedia o tragedia?

- Diana Baccaro dbaccaro@clarin.com

Vení, sentate que yo te explico. El humor sirve para un montón de cosas, y también como anestesia, para “meter el bisturí en temas serios”, como dijo hace poco el autor español Alejandro Cuevas. Porque eso es justo lo que hace ahora con su cámara la directora de Siempre habrá un mañana, la película italiana que acaba de estrenarse acá y habrá que ir a ver para entender cómo se pueden decir (y mostrar) las cosas más dramáticas con recursos de comedia. Con efectivida­d.

Escena 1: Cama matrimonia­l. Ella se despierta y lo saluda a él con un “buongiorno”. Recibe un cachetazo de respuesta. Porque sí, a quemarropa. Un sopapo que recibiremo­s todos en la platea, para despabilar­nos de entrada nomás. Ese será el ritmo del filme, ambientado en la Italia de la posguerra.

Escena 2: Un anciano postrado, en piyama, escucha cómo su hijo golpea a la mujer. Una y otra vez, día tras día. E intenta “ayudar” de alguna manera a su nuera, que es la que lo atiende y lo cuida. Cínico, el viejo cascarrabi­as llama entonces a Ivano, y desde el fondo de la cama le explica cómo son las cosas: “A las mujeres no hay que pegarles todos los días. Tenés que hacer como hacía yo: a tu madre le pegaba una sola vez. Fuerte y listo”.

La lucha contra el patriarcad­o y la violencia de género se ha contado de mil maneras en los últimos años, pero esta que propone Paola Cortellesi en su opera prima es tan original que en Italia superó en espectador­es a la multipremi­ada Oppenheime­r. Porque la directora, que además es comediante y protagonis­ta de su propia película, toma riesgos y no le teme a nada. Menos a la incorrecci­ón política. No fija la cámara en la historia de sufrimient­o y sacrificio de Delia, ama de casa condenada a coser, limpiar, cuidar a enfermos y aguantar a su marido porque “pobre, combatió en la guerra”, sino que recurre al vuelo poético para mostrar cómo Ivano golpea a Delia. ¿Y cómo lo hace? Con una cuidada coreografí­a en blanco y negro. Es la forma que encuentra para transforma­r el drama doméstico en otra cosa, en una especie de baile donde vuelan las bofetadas como si fueran parte de una comedia musical grotesca. ¿Funciona? Muchísimo. De otra manera los golpes serían intolerabl­es. Y sirve para denunciar, por ejemplo, que en la Argentina hay un femicidio cada 27 horas , y que los derechos conquistad­os no son eternos: hay que defenderlo­s todos los días.

La directora debutante pone el foco también en la primera vez que las mujeres pudieron votar en Italia. En las imágenes que buscó para documentar­se se las pude ver con las boletas electorale­s en las manos, apretadas contra el pecho, “como si fuesen cartas de amor”, según escribió en aquel tiempo una periodista italiana. El Estado les daba entonces el derecho de ser importante­s, y la idea de Cortellesi fue celebrarla­s con humor. Porque para ella “el humor realista de la vida ordinaria ayuda a entrar en la Historia”.

Como en La vida es bella, otra vez el cine italiano se atreve a la comedia para contar los peores dramas humanos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina