Crimen del experto en perros en Once: detuvieron a un colega
Hace casi un mes, el crimen de David Argentino Ojalvo, de 96 años,
sacudió al barrio porteño de Balvanera y al ambiente de la cinofilia. El crimen sorprendió por sus características: Ojalvo fue encontrado en su departamento de Ayacucho al 500, tirado en el suelo con golpes en el rostro y en el cráneo, dos vértebras rotas, y tapado con toallas y sábanas. La Policía de la Ciudad no encontró faltantes ni la casa revuelta, por lo que descartó el móvil del robo. Ahora detuvieron a un sospechoso del asesinato: otro especialista en perros, como la víctima.
Es Angel Varchetta (74), ex subsecretario de Medio Ambiente del municipio de Esteban Echeverría,
quien enfrenta ahora una acusación por homicidio criminis causa con alevosía.
Los cerramientos del departamento no estaban violados: la víctima conocía, presuntamente, al homicida, y le abrió las puertas de su casa. La investigación, por lo tanto, se centró entre el peritaje de cámaras de seguridad del edificio y de la zona, y una especial atención en su círculo estrecho y profesional. El 25 de marzo, a las 15, las del edificio en el que vivía Ojalvo captaron a Varchetta tocando el portero eléctrico, con barbijo. Saludó al portero y subió hacia el primer piso, al departamento A. Unos 45 minutos más tarde, se observa por la misma cámara a Varchetta salir con las llaves del departamento y el edificio, y con guantes de látex.
Luego, se subió a un auto blanco y se fue.
"No tengo nada que ver y el fallecido era un amigo mío", declaró Varchetta al ser indagado luego de su detención. Como el asesino entró con la autorización de la víctima, los investigadores presumen que había un encuentro pactado entre ellos.
Tanto Ojalvo como Varchetta se dedicaron a la cinofilia, la disciplina de crianza de distintas razas de perros. Ambos eran, además, jurados asiduos en distintas competencias que el circuito cinológico de Argentina organizaba a lo largo y ancho del país; en el caso de Ojalvo, también era llamado de distintas asociaciones internacionales. Y por si fuera poco, ambos fueron, en distintos momentos, directivos de la Federación Cinológica Argentina (FCA). Ojalvo fue tesorero y Varchetta osciló entre los cargos de vocal, secretario y prosecretario.
La principal sospecha es que Varchetta mantenía deudas con el hombre al que asesinó.
Pocos objetos faltaban en el departanento, pero claves: el celular de la víctima, un reloj costoso y un
par de gemelos de oro, que estarían en distintos estuches que los investigadores encontraron vacíos al requisar la escena del crimen. También faltaban huellas dactilares del atacante.
El celular de Ojalvo fue fundamental para la investigación, debido a que pudieron trazar el recorrido de Varchetta tras irse del domicilio de Ojalvo.w