Clarín

La Copa del Mundo de los sin techo

- pscholz@clarin.com Pablo O. Scholz

“El juego bonito” •••◦◦ Buena

Drama/Deporte. Reino Unido/Estados Unidos, 2024. Título original: The Beautiful Game. 125’, SAM 13. De: Thea Sharrock. Con: Bill Nighy, Micheal Ward, Valeria Golino, Sheyi Cole. Disponible en: Netflix.

Quizá no haya deporte más apasionant­e y cambiante que el fútbol. Y si uno entra a ver la ficha técnica de El juego bonito y lee que hay alguien interpreta­ndo a Maradona…

Pero no. No es el astro argentino, aunque es un homenaje a Diego. En el juego bonito los protagonis­tas son principalm­ente ingleses, aunque un argentino, de nombre Roberto, en alguna circunstan­cia estará junto a este equipo de fútbol 4, que participa en la Copa Mundial de Personas sin hogar.

La película, que se inspira en hechos reales, apuesta al poder de curación que tiene el deporte para quienes están en los márgenes de la sociedad, sea por un hecho nefasto o por propia elección. Y al selecciona­do inglés, que va a participar del torneo anual, se suma a último momento Vinny.

Cada uno tiene sus antecedent­es de por qué terminó durmiendo en la calle. Vinny acaba de separarse de su esposa, con quien tiene una hija. Y tiene un trabajo temporario de “logística”. Entrega paquetes, bah. Se fue de su casa, y duerme en un auto. Cuando Mal (Bill Nighy), el técnico del selecciona­do, lo invite a formar parte de la delegación como jugador, acepta. una historia que luego se revelará, por la que Mal, un ex cazatalent­os del club de fútbol londinense West Ham, reconoce a Vinny. Y como bien dice alguien al pasar, a ambos personajes los une el ponerse encoleriza­dos cuando las cosas no les salen bien.

Ya en Roma, donde Valeria Golino será la anfitriona de la Copa, Mal tiene mucho por hacer. No es cuestión de hablar de técnica, ni de táctica. Tiene que entender y enderegado­ra zar a sus hombres, porque después de todo, puede haber un Maradona, un Messi (o un Vinny, que es un goleador letal y arrogante), pero es un deporte de equipo. Se salvan todos o nadie y el que no lo entienda no conoce la esencia del deporte.

Como es una competenci­a internacio­nal, habrá personajes de otras nacionalid­ades, como la monja Sister Protasia (Susan Wokoma, de las dos películas de Enola Holmes), que dirige al equipo de Sudáfrica, o la juHay estrella -pueden jugar hombres contra mujeres- del equipo de los Estados Unidos, Rosita (Cristina Rodlo), que es una indocument­ada latina y que ve en la posibilida­d de alcanzar el título una tabla de salvación para no ser deportada.

Vinny es interpreta­do por Michael Ward (a quienes los que vieron Imperio de luz, de Sam Mendes, con Olivia Colman, lo recordarán como el nuevo empleado del cine). Su personaje no deja de aparecer y desaparece­r -no duerme con los otros jugadores, sino que prefiere huir y hacerlo a la intemperie-, pero cuando está, es el protagonis­ta.

Un protagonis­mo que comparte con Bill Nighy, el gran actor de Living y que está en La primera profecía, la película que encabezó la taquilla en la Argentina la semana pasada. Pone cara de bueno, de comprended­or, y con eso más que le alcanza.

El juego bonito es una entretenid­a película, que combina la adrenalina del juego con cuestiones más inspirador­as, y que nos deja con una expresión en el rostro de, sí, satisfacci­ón. No es poco.w

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Hay equipo. Mal (Bill Nighy) es el DT del selecciona­do inglés.

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