Clarín

Crecen las quejas en Colegiales por los ladrones que roban y escapan por las vías del Mitre

En los alrededore­s de Crámer y Zabala, los autos son un blanco fijo. Los vecinos dicen que los delincuent­es aprovechan el terreno del tren para huir.

- Ctoledo@clarin.com

Corridas, robos a autos, puertas sin manijas de bronce o sin portero eléctrico, ladrones que se trepan a las paredes para poder entrar a los edificios por las ventanas. De día o de noche, los delincuent­es tienen la salida perfecta para escapar: las vías del tren de la estación de Colegiales y el puente Zabala.

“Se trepan y saltan para el otro lado. Corren como si no hubiera un mañana”, dice una vecina señalando el tejido, notablemen­te hundido, que da a las vías del tren y a un sinfín de formacione­s abandonada­s, que según los peatones, los ladrones los usan de escondite.

Hace 40 años, Marcela Cristina Benítez atiende su kiosco frente al Instituto Privado de Oncología “Alexander Fleming”. “Toco madera, que a mí nunca me pasó nada”, reza la mujer. “Desde que está la clínica estacionan autos lindos y los ladrones ven esto y ven dinero. Acá no hay presencia policial, te lo puedo decir yo que paso toda la tarde acá parada. Siempre se escucha que arrebatan o les roban a los que vienen a la clínica. Igual los más perjudicad­os son los autos porque les sacan las ruedas o la batería”, describe la mujer a Clarín sobre la hilera larga de autos estacionad­os ubicados en Crámer y Zabala.

La ubicación es una ecuación perfecta para el delito: vehículos de alta gama estacionad­os a los costados de la vía, sin movimiento alrededor y, a los pocos metros, un puente y una brecha extensa de alambrado en mal estado para fugarse.

Los vecinos aseguraron a Clarín que las zonas “más comprometi­das” son la calle Crámer o Conesa.

“Acá hay mucho robo de patentes, pero si te vas dos cuadras más adelante de la clínica es muy peligroso y te llegan a reventar los vidrios del auto para sacarte algo. Conesa es muy turbio”, manifiesta un empleado del instituto privado.

“¿Te acordás cuando hace poco se quisieron robar los tubos de oxígeno que dejamos apoyados en la pared?”, le recordó su colega. “Ya no saben que más te pueden sacar”, le responde el hombre.

Al caminar por las calles de Conesa, Zapiola, Aguilar y Conde son contadas las casas que no llevan pegado en sus frentes los carteles de alarmas de seguridad. Ana atiende desde su ventana. Su voz apenas se llega a escuchar. Con temor, y sin acercarse al portón, pregunta: “¿Qué necesitas?”. Desde el mismo lugar, sin asomarse, atina a decir: “Vivo con alarmas, hace menos de dos meses me entraron a robar y la última vez me sacaron la manija de bronce del portón. Ahora hay varios dando vueltas a la pesca. Ellos te roban y salen corriendo a las vías y otros se esconden en los vagones abandonado­s”, describe.

“La noche es complicada”, admite un empleado de un estacionam­iento en Conesa. “Muchas veces entran autos con el vidrio roto porque le robaron”, explica el hombre.

Desde su garita, el empleado ha visto diferentes episodios. “En una oportunida­d dejaron estacionad­o un Fiat y apareció un hombre con un cricket aflojando una rueda. Yo pensé que era su auto, lo quise ayudar y me dijo que no me molestara. Vinieron otros dos y se llevaron la rueda”, relata.

En las cercanías de la estación Colegiales conviven escuelas y jardines de infantes, que tampoco escapan de los robos cotidianos de la zona. “A los papás les ponen inhibidore­s

de llave cuando bajan para dejar a los chicos en la puerta. Ya denunciamo­s varias veces esto. Hemos pedido reunión para que nos pongan corredores seguros y no pasa nada”, dice una empleada de la escuela ubicada en Zapiola.

Estela hace 38 años tiene su negocio sobre la esquina de Teodoro García y Crámer. “Hace un mes y medio que estamos para atrás en la zona. Pasó una semana de la vez que se quisieron trepar por el techo de la verdulería para pasar a los departamen­tos de arriba y hace menos de tres días rompieron una luneta de un auto y le robaron una goma”, manifiesta.

Ante la consulta de Clarín, desde la Policía de la Ciudad aseguraron: “Tomando en considerac­ión los llamados al 911 y aquellas denuncias realizadas entre el 26 de febrero al 28 de abril de 2023 y 2024 en inmediacio­nes de La Pampa, Conesa, Maure y Ciudad de La Paz, observamos que hay una reducción del 40% en los hurtos y del 11% en lo robos. Los datos son tentativos y derivan del mapa dinámico con el que trabajamos y que está en constante evaluación”, agregaron.

Según la fuerza porteña “la zona cuenta con cobertura las 24 horas de personal a pie y recorrido de motos y patrullero­s”. Consultado­s sobre a quien le correspond­e la vigilancia del predio ferroviari­o, aseguraron que es territorio de la Policía Federal. Ahora bien, en el caso de que una persecució­n comience en la vía pública y se despliegue a las vías, las autoridade­s porteñas aclararon que pueden intervenir.w

 ?? FOTOS: L. THIEBERGER ?? En la zona. El instituto oncológico Fleming genera mucho movimiento.
FOTOS: L. THIEBERGER En la zona. El instituto oncológico Fleming genera mucho movimiento.
 ?? ?? Puente y terraplén. El lugar que aprovechan los delincuent­es para escapar tras robar.
Puente y terraplén. El lugar que aprovechan los delincuent­es para escapar tras robar.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina