Putin asumió un quinto mandato con toda la pompa de los zares
Para su jura, recorrió a pie y en coche el Kremlin, que izó su estandarte. Fue bendecido en la Catedral de la Anunciación por Kiril, el patriarca ruso.
El ruso Vladímir Putin, se acercó ayer un poco más a los zares al tomar posesión como presidente por un quinto mandato de seis años, aunque su futuro y el de su país dependerá en gran medida del desenlace de la actual guerra en Ucrania.
Con la mano derecha sobre un ejemplar de la Constitución, que reformó en 2020 para eliminar el obstáculo legal que le impedía seguir en el poder, Putin juró “proteger la soberanía y la independencia, la seguridad y la integridad del Estado, servir fielmente al pueblo”. Contra todo pronóstico, EE.UU. y los países de la Unión Europea fueron invitados a la investidura en el Gran Palacio del Kremlin, aunque todos rechazaron la invitación con la excepción de Francia, Grecia, Malta y los prorrusos Hungría y Eslovaquia. Occidente cuestionó la victoria electoral de Putin, un mes después de la repentina muerte en prisión del líder opositor, Alexéi Navalni, cuya viuda, Yulia, denunció que “Rusia es gobernada por un mentiroso, ladrón y asesino”.
Fue una ceremonia más propia de los zares. No en vano la “entronización” tuvo lugar en la Sala de San Andrés, construida a mediados del siglo XIX como el salón del trono de Nicolás I. Deslumbrados por el oro de las paredes del suntuoso palacio, los presentes esperaron durante más de diez minutos que Putin recorriera a pie y en coche el Kremlin, caminata transmitida en directo y con toda clase de detalle por la televisión.
En el poder desde el año 2000, juró el cargo escoltado por los jefes de la Duma o cámara de diputados, el Senado y el Tribunal Constitucional, que le entregó una cruz de oro con el escudo de Rusia, el símbolo presidencial.
El jefe del Estado pronunció un breve discurso ante unos 2.600 de invitados, entre los que figuraban los principales altos cargos del país y los dirigentes de las cuatro regiones ucranianas anexionadas por Moscú (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia).
El estandarte presidencial fue izado sobre la cúpula del Kremlin al son del himno ruso y la guardia de honor le rindió honores en la plaza de las catedrales. Finalmente, fue bendecido como presidente en la Catedral de la Anunciación en una homilía oficiada por el patriarca ortodoxo, Kiril, quien dijo que Putin había sido elegido por Dios para servir al pueblo ruso.
Reelegido el 17 de marzo pasado para una quinta presidencia con un histórico resultado de más del 87 % de los votos, Putin podrá permanecer frente al Kremlin hasta 2030. El líder ruso llegó al poder como primer ministro interino en 1999 y luego a la presidencia interina entre ese año y el 2000 por la renuncia sorpresiva de Boris Yeltsin. Luego tuvo dos mandatos presidenciales (2000-2004 y 20042008); un segundo período como primer ministro (2008-2012); y otros dos ciclos en la presidencia (2012-2018 y 2018-2024).
En caso de que concluya el quinto período presidencial iniciado ayer, habrá permanecido 30 años en el poder, con lo que superaría a Josef Stalin (1927-53), quien teóricamente asumió el cargo cuando enfermó gravemente Vladímir Lenin en 1922, aunque no fue hasta 1927 que se libró de sus enemigos, en particular de León Trotski, que se exiliaría en México.
Si Putin sigue hasta 2036, superaría también a Catalina la Grande, la soberana que fomentó la ilustración en Rusia y que dirigió los destinos del imperio durante 34 años (1762-1796). También gobernaría más que Miguel I, el primer zar de la dinastía Romanov (1613-1645). Lejos quedan Pedro el Grande, quien fue coronado en 1682, fue nombrado emperador en 1721 y se murió cuatro años después; e Iván IV, más conocido como El Terrible, el primer zar y el que estuvo más tiempo en el trono, medio siglo (1534-84).
Putin apenas hizo alusión en su intervención a la guerra en Ucrania. De hecho, ofreció diálogo a Occidente, aunque defendió “la formación de un mundo multipolar” y “un sistema de seguridad equitativo e indivisible”. “Nosotros no rechazamos el diálogo con los países occidentales. Depende de ellos ¿Tienen intención de seguir intentando frenar el desarrollo de Rusia, proseguir la política de agresión y la presión que no ha cesado durante años sobre nuestro país, o buscar vías de cooperación y paz?”, afirmó. Subrayó que el diálogo con Occidente en materia de seguridad y estabilidad estratégica es “posible”, pero advirtió que éste no debe transcurrir “desde una posición de fuerza”, sino “sin arrogancia y prepotencia (...), y sólo en igualdad de condiciones, respetando los intereses de cada uno”.w