Clarín

Querida Julieta, te escribo...

- Silvia Fesquet sfesquet@clarin.com

Dicen que la cosa empezó con Ettore Solimani, guardián de la tumba de la célebre Julieta de Shakespear­e, en Verona. Allá por 1930 el hombre decidió recopilar las cartas que los turistas dejaban cuando visitaban el lugar. Conmovido por las historias que contaban y las respuestas que parecían esperar, empezó a contestarl­as, firmando como “el secretario de Julieta”. Con el tiempo, otros lo fueron reemplazan­do en la tarea. Desde el “Club de Julieta” un grupo de mujeres, expertas en distintos idiomas, siguen hoy las huellas de Solimani. Las cartas revelan secretos de amor, preguntan si el o la enamorada serán los indicados, piden consejos sobre cómo abordar el fin de una relación, buscan respuestas al desamor. A veces apenas aspiran a que alguien preste atención y se asome a su drama personal. En textos escritos a mano, los voluntario­s -también hay algunos hombres - dan consuelo a miles y miles que desde los rincones más remotos del planeta envían sus penurias, plasmadas en papel, a “Julieta, Verona, Italia”. El viejo hábito de las cartas a la heroína de la historia de amor más famosa de la literatura no ha sucumbido a la tentación de la tecnología. Como en los viejos tiempos, los sobres van y vienen a través de océanos y geografías, reviviendo la ansiedad de la espera y el latido acelerado del corazón cuando el sobre asoma por debajo de la puerta. Martin Hopley es uno de los que mandó su carta. Sobrevivie­nte de un tumor cerebral en su infancia, contaba un abandono amoroso y pedía una razón para volver a creer. A la BBC le reveló la respuesta que aún guarda en su corazón: “Estás destinado a estar vivo”. Hoy Martin es uno más de los secretario­s de Julieta.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina