Clarín

Aquel rápido y furioso camino al estrellato

La banda recuerda su irrupción en la escena del rock en 1997 con su primer álbum, “Una pila de vida”. Lo tocará entero en el Coliseo el viernes 24.

- Pablo Strozza Especial para Clarín

El número redondo, en este caso, no importa. A 27 años de su salida, Turf recrea en vivo su disco debut, Una pila de vida, que será reeditado en vinilo remasteriz­ado y subido a todas las plataforma­s digitales con bonus tracks. La cita es el sábado 24 en el Teatro Coliseo.

El quinteto (Joaquín Levinton, Leandro Lopatín, Carlos “Tody” Tapia, Fernando Caloia y Nicolás “Rispico” Ottavianel­li) citó a los periodista­s para conversar en el Hipódromo de Palermo un lugar icónico para la banda que se formó en 1995 y estuvo separada entre 2007 y 2014.

La excusa del encuentro es recordar aquellos buenos tiempos donde eran la banda nueva, con hits como Casanova, Panorama o

Crónica Te Ve. Pero enseguida Joaquín empieza el diálogo, en uno de los salones del lugar, con vista al disco de la pista, con una anécdota que resume el espíritu de un grupo que en sus inicios fue tan cercano a Isidoro Cañones como al buen rock & pop inglés:

“Me acuerdo del día en que me encontré acá con mi ídolo, Miseria Espantosa. En realidad se llamaba Alfonso Pícaro, y era uno de los que estaban con Olmedo. Ese día lo vi en las maquinitas, y lo fui a saludar.

‘Hola, Miseria Espantosa’, le dije. Y ¡zas!, me puso una patada” (risas).

-Joaquín, vos venías de tocar en Juana La Loca. ¿Cómo los dejaste para formar Turf?

Levington: -Es una buena pregunta. Yo estaba en Juana La Loca, pero ya tocaba con él (lo señala a Lopatín) desde antes. Me fui a Juana La Loca a grabar un disco que se llamó Revolución. Y me acuerdo de haberle dicho “Me voy por un ratito, pero vuelvo”.

Lopatín: -Sí. Me lo dijiste en la puerta de mi casa. Levinton: -Y así fue. Yo era chiquito, tenía 17 años, y me fui un poquito a aprender lo que era grabar un disco, que era algo que no sabía. Y en paralelo armamos Turf. Decidimos el nombre, y comenzamos a tocar algunos de los temas de Una pila de vida, que aún no estaba gestado.

Lopatín: -Mi hermano y El Facha, un amigo suyo que fue manager de la banda, son muy burreros y nos contagiaro­n. Entonces empezamos a venir al Hipódromo, que es un lugar hermoso de bohemia.

-En los inicios tocaban Enlace de Ratones Paranoicos y No se va a llamar mi amor, de Charly.

Levinton: -Empezamos a hacer cosas que eran rebeldes para la época. Una era tocar temas de los Ratones o de Charly cuando en ese momento la música era indie.

Tapia: -Entonces no se entendía la unión del brit-pop de Oasis o Blur con los Ratones, eran dos cosas que iban muy separadas. ¡Y no hay tema más punk y londinense que Enlace, que suena a los Sex Pistols!

Levinton: -O invitar a tocar a Charly García, que en ese momento también era rebelde y raro. Era el Charly de Say No More, con la cara pintada, super arty.

Caloia: -Todas las bandas jóvenes odiaban a Charly. No era muy querido por el Nuevo Rock Argentino.

Levinton: -Otra cosa reloca era que en medio de toda esa ideología anticomerc­ial que había, salimos bancados por Levi’s. Me acuerdo de que una vez fuimos a sus oficinas a buscar ropa y había una afiche de la marca con Liam Gallagher e Iggy Pop. ¡Listo!

Lopatín: -Ahora parece ridículo, ya que todos quieren sponsors o marcas. Pero en ese momento eras el Anticristo: estaba muy mal visto.

Tapia: -Estábamos descastado­s. Éramos algo raro: no estábamos ni con el bando del jean cortado ni con Babasónico­s o Los Brujos.

Levinton: -Y para terminar de cerrar esa contienda rebelde, firmamos con una multinacio­nal.

-¿Cómo firmaron con Universal?

Caloia: -Había varias propuestas. Después del primer show ya vino alguien a proponerno­s grabar un disco. Y al tercer recital vinieron Roberto Costa y Daniel Grinbank. Luego, un pibe de EMI nos siguió toda una noche para que firmemos, diciéndono­s que si no lo echaban. Alejandro Almada, que era nuestro manager, nos dijo: “No firmen nada con nadie que tenemos algo mejor”. Al otro día fuimos a la oficina de Roberto Costa y firmamos con Universal. Obvio que no entendíamo­s nada.

Levinton: -¡Vendimos 50 mil discos! Nos pusimos de moda, nos pedían autógrafos, nos golpeaban la camioneta. Era otra cosa que en ese momento tampoco existía, porque para que te fuera bien tenías que estar tocando diez años.

Ottavianel­li: -Igual, eso de los diez años fue de los ‘90. En los ‘80, Soda Stereo o Fito Páez la pegaron de una y eran rejóvenes. Fue algo que tuvo más que ver con el rock barrial, el aguante, hacerte de abajo.

Caloia: -El disco sonaba mucho en la radio, y las bandas de rock no sonaban en la radio. Casanova, Crónica Te Ve, se escuchaban.

Ottavianel­li: -Era una época muy de MTV. Eso fue importante: el video de Casanova tenía rotación.

-Enseguida tocaron como teloneros de Primal Scream y de los Rolling Stones. ¿Qué recuerdan?

Caloia: -Costa nos preguntó: “¿Qué banda quieren que traiga para tocar con ustedes?”. Le dijimos “Primal Scream”. Enseguida nos llamó: “Tal día tocan con Primal Scream”.

Lopatín: -Antes pasó música Paul Oakenfold. ¡No lo podía creer! Fue un poquito después de Happy Mondays. Estaba todo muy fresco.

Levinton: -Bobby Gillespie tenía un guardaespa­ldas para que no se escapara. Y se le colgaba de la espalda y le pegaba mil trompadas para

¡Vendimos 50 mil discos! Nos pusimos de moda, nos pedían autógrafos, nos golpeaban la camioneta”. Levinton

 ?? MARTÍN BONETTO ?? Turf 2024. Joaquín Levinton, Leandro “Lea” Lopatín, Carlos “Tody” Tapia, Fernando Caloia y Nicolás “Rispico” Ottavianel­li, en su sitio: el Hipódromo de Palermo.
MARTÍN BONETTO Turf 2024. Joaquín Levinton, Leandro “Lea” Lopatín, Carlos “Tody” Tapia, Fernando Caloia y Nicolás “Rispico” Ottavianel­li, en su sitio: el Hipódromo de Palermo.

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