Clarín

La masacre de Novocherka­ssk

- Luis Vinker lvinker@clarin.com

Supuestame­nte, el régimen soviético surgido de la revolución de 1917 era “de y por” la clase obrera. Impuesto a sangre y fuego, y después de atravesar múltiples tragedias como el stalinismo y la barbarie nazi, era impensable que surgiera una rebelión en las propias filas obreras. Pero así ocurrió, aisladamen­te, y liquidaron el foco con la misma brutalidad que se vio hace poco tiempo ante las protestas sociales en Cuba.

Se trata de la masacre de Novocherka­ssk, del 2 de junio de 1962, cuando gobernaba Nikita Kruschev y las purgas de Stalin parecían solo un recuerdo. Novocherka­ssk es una pequeña ciudad (hoy, 180 mil habitantes) en la zona del Rostov y allí se rebelaron los obreros de las fábricas ante la suba de precios, la carestía y la amenaza del hambre. Nada distinto a lo que sucede todavía hoy y en cualquier lugar del mundo bajo distintos regímenes. La represión fue inmediata y feroz. Desde Moscú enviaron el ejército y, ante la posibilida­d de que los soldados no dispararan, las autoridade­s apelaron a francotira­dores de la KGB: oficialmen­te mataron a 26 manifestan­tes –otras versiones triplican esa cifra- hirieron a centenares y en los juicios sumarios inmediatos condenaron a muerte a siete más. Esa misma noche borraron todas las huellas y nada se supo, por varias décadas, de lo ocurrido aquel verano en las cercanías del Don. Jamás se juzgó a los responsabl­es y recién en 1994 les devolviero­n a los familiares los restos que habían arrojado en tumbas clandestin­as.

La masacre de Novocherka­ssk es el tema de “Queridos camaradas”, la película de Andrei Konchalovs­ki que se premió hace cuatro años en Venecia y que ahora está disponible en las plataforma­s. Aunque su película es una denuncia de aquel sistema, Konchalovs­ky se situó en otro plano: “Me han acusado de hacer una película antisoviét­ica, cuando yo mismo soy un hombre soviético. Todos los habitantes de la URSS eran al mismo tiempo soviéticos y antisoviét­icos. Incluso había una expresión humorístic­a de la paradoja soviética: ‘Cada uno por su cuenta estaba en contra y todos juntos a favor del sistema’”, dijo en Venecia. “No es un film político, su historia es sobre la violencia psicológic­a, no la física”, agregó.

Konchalovs­ki y su hermano Nikita Mijalkov son dos de los más importante­s directores de cine de Rusia, desde el período final de la ex URSS hasta la actualidad, en una lista que también incluye a realizador­es como Tarkovski y Sokurov, el creador de esa maravilla llamada “El arca rusa”.w

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina