En “Bebé reno”, la miniserie de moda, todo es verdad aunque usted no lo crea
El mundo está hablando de esta suerte de biodrama protagonizado por el comediante que vivió los hechos reales de acoso y abuso en que está basado.
La miniserie Bebé reno es la adaptación del unipersonal del escocés Richard Gadd, un comediante de stand up que vive una experiencia horripilante (o más de una, para ser precisos) cuando una mujer comienza a acosarlo. Está basado en su historia real, lo que lo vuelve todo más espeluznante.
Donny Dunn, como Gadd llamó a su personaje, trabaja en la barra de un pub londinense. Cuando ingresa Martha por primera vez, él la nota vulnerable, llorosa, y, con cierta lástima, le ofrece una taza de té. La casa invita. Las malas decisiones no dejarán de sucederse.
La relación, por llamarla de alguna manera, es extraña. El se siente halagado por el interés que Martha (tampoco es su nombre real) le demuestra, y él se interesa por ella. Todo se va en picada cuando Martha demuestra que su estado mental no es demasiado cuerdo. Y no solo por conseguir el mail de Donny, y escribirle todo el tiempo (noches incluidas): es capaz de decirle cosas aberrantes, a los gritos y en público.
El comportamiento de Martha, una mentirosa que dice ser abogada, pero que no puede pagarse una Coca diet en el pub de Donny, se vuelve más y más obsesivo. ¿Por qué Donny no le dio antes un corte? ¿Por qué se tomó seis meses para hacer la primera denuncia a la policía que, de todas maneras, no tendrá efectos inmediatos para ninguno de los dos?
Ese proceder autodestructivo de Donny, sabremos en el capítulo 4, el más fuerte de todos, comenzó cuando se dejó ilusionar, hace cinco años, por un guionista famoso de televisión. Con la zanahoria de que quiere utilizar el talento como escritor de Donny, Darrien lo induce en su departamento a probar drogas duras, y se aprovecha de su
vulnerabilidad. Lo viola.
Gadd estrenó Baby Reindeer en Edimburgo en 2019. Era una obra de tan solo una hora; Martha estaba presente como una banqueta de bar vacía, y Gadd utilizó los audios de la acosadora para darle entidad.
Para trasladar su historia a
Netflix, decidió expandirla con referencias a sus comienzos como comediante que vanamente intenta conseguir risas en certámenes de stand up, la historia de amor con una compañera de actuación y luego con una mujer trans.
Martha se impondrá ante ambas, de manera patética, pero efectiva: la reacción de Keeley (Shalom Brune-Franklin) y Teri (la mexicana Nava Mau, trans) lo demuestra.
La miniserie, tensa, inquietante, de siete capítulos que rondan la media hora, ofrece, más que escenas de comedia, momentos donde la risa resulta liberadora de todas las tensiones.
Gadd está casi todo el tiempo en pantalla, y al final no sabemos qué sentir por él. Y Jessica Gunning compone a Martha Scott de una manera que mezcla el patetismo de una mujer rechazada, la malicia, la supuesta ternura y la violencia más explícita. Es una gran labor de la actriz con mucho pasado en la televisión británica: logra transmitir de todo, desde lástima hasta desamor y violencia.
Los temas que aborda la miniserie son muchos, arrancando por la vergüenza, la soledad y la culpa, el egocentrismo, el odio a uno mismo, y siguiendo por, como mencionábamos, la lástima, la enfermedad mental, las drogas duras, el saber que nada puede solucionarse.
No esperen ver una miniserie condescendiente o indulgente. Bebé reno, como Martha le dice a Donny, es brava.w