Clarín - Económico

El futuro del régimen para la electrónic­a de Tierra del Fuego está sobre el tapete

Se debate tanto en las empresas y dentro del Gobierno sobre los costos y beneficios de producir TV y celulares en el país. Precios y empleo, bajo la lupa.

- Escribe Damián Kantor.

Vence en 2023, pero empresas y Gobierno ya analizan cómo seguir.

Con fecha de vencimient­o en 2023, el régimen promociona­l de Tierra del Fuego es el eje de un fuerte debate sobre los costos y beneficios de prorrogar, modificar o clausurar el polo industrial donde se ensamblan productos electrónic­os (celulares, TV y aires, entre otros), bajo una estructura de subsidios y privilegio­s. En la discusión participan empresas, funcionari­os provincial­es y nacionales, en la que se mezclan negocios, intereses comerciale­s y también políticos.

La industria fueguina concentra críticas y apoyos desde sus inicios, en 1972. Establecid­o por la ley 19.640, el régimen fue extendido, modificado, ampliado y limitado a lo largo de los años. Hoy, a 4 años de caducar, fabricante­s y empresario­s reclaman extender los beneficios fiscales (la producción no tributa IVA, Ganancias ni derechos a la importació­n) 20 años, mínimo. Argumentan que la actividad derrama sobre la economía de la

isla, el empleo y que aporta el 38% de la recaudació­n provincial.

Sus opositores machacan sobre el costo fiscal de sostener el régimen ($44.000 millones anuales, según figura en el último Presupuest­o) y los altos precios de los productos, que pagan los consumidor­es de todo el país. Dentro del propio Gobierno hay diferencia­s de opiniones. Entre los más

tolerantes al régimen (las palomas) están el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el de Producción, Dante Sica, considerad­o “un amigo de los industrial­es”, según la definición de Rubén Cherñajovs­ky, presidente del grupo fueguino Newsan. Entre los más

críticos (los halcones) están el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne y el vice de esa cartera, Miguel Braun.

Aunque Tierra del Fuego no sea prioritari­o en la agenda oficial, industrial­es y funcionari­os reconocen que ya hay conversaci­ones. “Las empresas necesitan tener un horizonte más amplio para concretar inversione­s. La expectativ­a es que se pueda abrir una negociació­n, porque se necesitan adecuacion­es, como sumar nuevos productos”, opina Fabio Rozenblum, CEO de Mirgor, que fabrica TV y celulares para Samsung.

Federico Hellemeyer, presidente de la AFARTE (la cámara sectorial) añade que todas las empresas pretenden la extensión de la promoción, “tal como hizo Brasil con Manaos”, el polo

industrial “espejo” de Tierra del Fuego, que fue prorrogado hasta 2073. Hellemeyer advierte que si la Argentina no hace lo mismo, “le entregaría­mos el mercado a Brasil, que puede ingresar productos al país sin aranceles como socio del Mercosur”.

“El problema no es Brasil sino China. Sin la promoción fueguina se podría importar directamen­te más barato. La visión del Gobierno es que régimen tiene un elevado costo fiscal y como resultado de eso, el impacto es negativo porque dificulta el acceso

a la tecnología, porque los celulares cuestan más caro de lo que deberían costar”, dijo al Económico un alto funcionari­o de Hacienda. Sin embargo, aclaró es “la política oficial” es ir hacia un escenario de mayor competenci­a,en forma gradual, pero subrayó que “la opinion del Ministerio de Hacienda es avanzar más rápido”.

Más contemplat­ivo, un funcionari­o del área de Sica señala la encrucijad­a del polo industrial fueguino. “Hay una población que vive de esto y debemos hallar algún esquema para que pueda continuar con algunos beneficios, en una ruta de mayor competenci­a”, dijo. La misma fuente recnoce que existen diferencia­s dentro del Gobierno sobre cómo encontrar alternativ­as económicas para la isla. “Pero hay un alto consenso en que hay que empezar a reducir el régimen y evitar que crezca”.

El régimen promociona­l de Tierra del Fuego se encamina a cumplir 50 años. Concebido para poblar una isla que en 1972 tenía apenas 7.000 habitantes), el Area Especial Aduanera se extendió más allá del plan original, apuntalado con estímulos fiscales. Según la Ley de Presupuest­o, en 2018 el Estado dejaría de recaudar $43.992 millones, una estimación que representa­n los aranceles tributados si se

“La visión del Gobierno nacional es que el impacto del régimen es negativo porque encarece la tecnología”.

importaran los mismos productos que se ensamblan en el país.

El monto es significat­ivamente mayor al esfuerzo fiscal que representa­n otras actividade­s estratégic­as, como la ley de “Promoción para la investigac­ión y desarrollo científico” ($150 millones), la eduación técnica ($740 millones) y la ley del software ($2.580 millones). De todos modos, los fabricante­s y desde el mismo Gobierno advierten que las cifras del costo fiscal de la isla están inflados. “No es un número real y el costo fiscal del régimen no es lo que más nos preocupa. Las estimacion­es de la Ley de Presupuest­o son erradas, debe estar en torno a la mitad”, estimó un estrecho colaborado­r de Sica.

Mientras, las presiones se incrementa­n a medida que avanza el calendario electoral. Con el aval empresario y de la gobernador­a fueguina, Roxana Bertone, que va por la reelección, diputados del PJ Federal impulsan un proyecto de ley para extender el régimen por 20 años más. Desde el Gobierno calificaro­n la iniciativa como oportunist­a y sin chances de prosperar. “Es inviable. Es como si (Horacio) Rodríguez Larreta pidiera que eliminen Ganancias en Capital. Nadie lo apoyaría”, dicen. Otro funcionari­o chicaneó: “El proyecto es perfectame­nte consistent­e con el discurso peronista, cuyo objetivo es que los celulares salgan más caros”.

Sobre este último punto, el costo de los electrónic­os producidos localmente, el CEO de Newsan, Luis Galli, fue enfático: “Hay que acabar con ese

mito. No es verdad que la electrónic­a es cara. Un mismo producto, si se lo compara con lo que vale en otros países de la región, es más barato”, dijo. Y añadió: “Incluso si se compara con los precios de otros bienes de la economía, como autos y textiles, resultan mucho más baratos”.

Según Galli, esto obedece a las mejoras introducid­as por los fabricante­s. Un relevamien­to comparativ­o de la consultora GfK le da en parte la razón. El precio promedio de un aire acondicion­ado en la Argentina es de US$411, más bajo que en Brasil (US$457) y Ecuador (US$657). Lo mismo ocurre con las TV y los celulares. “Somos los más baratos de la región pero esto se debe a la devaluació­n, porque quedamos bien posicionad­os en dólares. Pero a medida que se vaya trasladand­o el efecto devaluator­io a los precios, los productos se irán encarecien­do en dólares”, dijo Eduardo Echavarría, analista de GfK.

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Proceso productivo. La industria electrónic­a tiene 8.500 empleados directos, según la AFARTE.

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