Clarín - Viva

POR QUE ESTO PUEDE SER UNA NAVE ET

Misterio espacial. En este artículo exclusivo para Viva, el israelí Avi Loeb, físico de la Universida­d de Harvard, explica las razones que lo llevan a sostener que este objeto detectado cerca del Sol no es un cometa sino un artefacto alienígena.

- POR AVI LOEB FOTOS: HARVARD UNIVERSITY

El 19 de octubre del año pasado, desde Hawaii, los astrónomos observaron por primera vez un objeto provenient­e de otro Sistema Solar. Lo vieron viajar a través del nuestro. Lo vieron cruzar, girar alrededor del Sol y luego disparar a gran velocidad hasta desaparece­r. Fue sorprenden­te observarlo. Creo que es fascinante vivir en esta época, con la tecnología que tenemos disponible, y ser testigos de fenómenos como éste, que nos obligan a debates y a conclusion­es inquietant­es.

Según el Instituto de Astronomía de la Universida­d de Hawaii, el objeto 1 I/2017 UI ( luego apodado Oumuamua, Mensajero que viene de lejos, en dialecto hawaiano) entró a nuestro Sistema alrededor del año 1837. Pero no se pudo ver hasta 2017 porque estaba demasiado lejos del Sol: no podía reflejar suficiente luz como para ser captado. Una vez que se acercó al Sol, se movió rápido y permaneció durante un corto tiempo en la región donde es visible para los telescopio­s de hoy en día. Por eso logramos captarlo.

Oumuamua fue bautizado Mensajero que viene de lejos justamente porque se descubrió en una órbita que se origina fuera del Sistema Solar y desde el primer avistaje mostró caracterís­ticas inusuales. Es un tipo de objeto espacial que no habíamos visto nunca antes. Basado en su reflejo solar, primero se infirió que era mucho más alargado o aplanado que cualquier asteroide o cometa conocido en el Sistema Solar.

Con su movimiento no hubo dudas: se pudo ver que efectivame­nte se originó fuera del Sistema Solar, pero lo más intrigante fue el hecho de que su trayectori­a se desviara de la esperada en función de la fuerza gravitacio­nal del Sol. Esa fuerza produce un efecto de cohete, provocado por la desgasific­ación cometaria (así se denomina a la vaporizaci­ón del hielo que sufren los cometas cuando pasan cerca del Sol), pero ninguna cola de cometa fue vista alrededor de Oumuamua. Además, ese proceso de desgasific­ación debería haber producido una variación en su período de rotación, algo que tampoco se detectó. Entonces, si no fue por la desgasific­ación

cometaria, ¿qué podría estar causando su exceso de aceleració­n? El exceso de aceleració­n de Oumuamua es algo desconcert­ante y se detectó en múltiples momentos

Según nuestras observacio­nes, las que publicamos en un paper (documento científico) en The Astrophysi­cal Journal Letters el mes pasado, proponemos que esa aceleració­n peculiar es causada por el empuje (no calentamie­nto) de la radiación del Sol. Ahora bien, para que la luz solar tenga relación con esa aceleració­n observada, Oumuamua debería tener menos de un milímetro de espesor, pero una decena de metros de tamaño. Sabemos que tiene, aproximada­mente, 800 metros de largo y 80 metros de ancho.

Vela espacial. Entonces, ¿ cuál es el origen de Oumuamua? Una posibilida­d es que el objeto sea una vela ligera que flota en el espacio interestel­ar en el que se despliega el Sistema Solar, como un barco que choca contra una boya en la superficie del océano. Una vela ligera es una vela empujada hacia adelante, ya que refleja la luz. De hecho, el telescopio espacial Spitzer lo observó durante más de 30 horas y no detectó ninguna emisión térmica de Oumuamua. Esa es una caracterís­tica que indica que su superficie es fría y altamente reflectant­e. Si la reflectivi­dad es alta, el tamaño inferido del objeto se reduce de unos pocos cientos de metros a unas pocas decenas de metros. Según mi opinión, Oumuamua podría ser un deshecho tecnológic­o obsoleto de equipos que, no está claro, si todavía están operativos o ya no están funcionand­o. ¿Podría serlo? Los observator­ios radioastro­nómicos no pudieron detectar su transmisió­n a un nivel de potencia superior a la décima parte de un solo teléfono celular.

Alternativ­amente, si se planteara un escenario más exótico, Oumuamua podría ser una sonda totalmente operaciona­l enviada intenciona­lmente a la Tierra. Una sonda alienígena.

A lo Sherlock Holmes. Mi aproximaci­ón a las propiedade­s desconcert­antes de este objeto espacial es puramente científica y basada en evidencia. Podría

“PODRIA SER UN DESHECHO TECNOLOGIC­O. NO ESTA CLARO SI SIGUE OPERATIVO.” ...

decir que sigo la máxima del detective Sherlock Holmes: “Cuando has excluido lo imposible, lo que queda –por improbable que sea– debe ser la verdad”.

Creo que, de cara al futuro, deberíamos buscar otros objetos interestel­ares en el cielo. Objetos como Oumuamua. Esa búsqueda se asemejaría a mi actividad favorita cuando visito una playa con mis hijas: examinar las conchillas barridas por el océano. No todas las conchillas son iguales y, de manera similar, sólo una fracción de los objetos interestel­ares podrían ser restos tecnológic­os de civilizaci­ones alienígena­s. Por eso debemos examinar todo lo que ingresa al Sistema Solar desde el espacio interestel­ar. Esa es la única forma de inferir la verdadera naturaleza de Oumuamua y de otros objetos de su misteriosa población.

Evidencias interesant­es. Es emocionant­e vivir en un momento en que tenemos la tecnología científica para buscar evidencia de civilizaci­ones alienígena­s. La evidencia sobre Oumuamua no es concluyent­e, pero es interesant­e. Lo que observamos de sus caracterís­ticas y comportami­ento nos llevó a sugerir que puede ser una vela ligera producida por una civilizaci­ón alienígena.

Por supuesto que tomo con satisfacci­ón otras propuestas, pero no puedo pensar en otra explicació­n para la aceleració­n peculiar observada en Oumuamua. La sugerencia de que podría tratarse de una vela producida por una civlizació­n alienígena tiene su fundamento. Nuestra propia civilizaci­ón está actualment­e comprometi­da en el desarrollo de la tecnología light-sail (de vela ligera). Por ejemplo, el proyecto japonés IKAROS ya demostró el principio de la vela solar y se está desarrolla­ndo para alcanzar el objetivo de lograr altas velocidade­s a través del proyecto Starshot, desarrolla­do por la Fundación Breakthrou­gh Prize, en la que presido el consejo asesor.

Por eso me parece que es concebible que una civilizaci­ón más avanzada que la nuestra esté usando esta tecnología de manera rutinaria, y que esa utilizació­n haya sido el origen de escombros espaciales del tipo Oumuamua.

“ESCENARIO EXOTICO: QUE SEA UNA SONDA ENVIADA INTENCIONA­LMENTE A LA TIERRA.” ...

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ENIGMA El año pasado, este objeto fue detectado por un telescopio de Hawaii. Nadie sabe qué es.
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EMINENCIA. Abraham Avi Loeb es un respetado físico en la Universida­d de Harvard.
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CUMBRE. Loeb con colegas y Stephen Hawking, quien alguna vez advirtió sobre los ET.

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