Premios Nobel Dos por la paz
El congoleño Denis Mukwege y la yazidí Nadia Murad luchan contra la violencia sexual en las guerras.
Nadia Murad, ex esclava del ISIS, y el médico congoleño Denis Mukwege lo recibieron en Oslo.
La joven Nadia Murad, una ex esclava del ISIS e integrante de la minoría yazidí en Irak, junto al ginecólogo Denis Mukwege, nativo del Congo, recibieron ayer el Premio Nobel de la Paz en una ceremonia realizada en la municipalidad de Oslo. “Honramos hoy a dos de las voces más fuertes del mundo”, dijo el presidente del Comité Nobel de Noruega, Berit Reiss-Andersen. El premio, dotado con un millón de dólares, fue dividido entre ambas personalidades.
Apodado “el hombre que repara a las mujeres”, el ginecólogo Mukwege (63 años) atiende desde hace veinte años a víctimas de violencias sexua- les en el hospital Panzi, en Bukavu, en la región oriental de la República Democrática del Congo. Ese país sufrió una larga guerra civil en las décadas de 1990 y 2000. Mukwege se especializó en ginecología en Francia y fundó el hospital en 1999, atendió a más de 50.000 mujeres violadas en la guerra. Por su tarea ya fue premiado por el Parlamento Europeo en 2014.
La joven Nadia Murad (25 años) fue secuestrada, vendida como esclava, torturada y violada por los yihadistas del grupo terrorista ISIS, durante sus ataques en el norte de Irak en 2014. Ella logró escapar y vive ahora en Alemania, pero su madre y seis hermanos fueron asesinados por el grupo. Con apoyo de la abogada libanesa Amal Clooney (esposa del actor George Clooney), Murad se transformó en embajadora de la ONU para sobrevivientes de la trata de personas. Unos 4.300 yazidíes escaparon del ISIS pero 2.500 siguen desaparecidos. Murad quiere que la persecución que sufrió la minoría yazidí en Irak sea reconocida como genocidio.
“Denis Mukwege y Nadia Murad han contribuido a la lucha contra este tipo de crimen de guerra, al dirigir la atención hacia el sufrimiento de las mujeres en Irak, en la República Democrática de Congo y allí donde la violencia sexual se emplee como arma”, dijo Reiss-Andersen.
En su discurso, Nadia Murad destacó que “hoy es un día en que el bien vence al mal, el día en que la humanidad venció al terrorismo, en que los niños y las mujeres que sufrieron la persecución triunfan sobre los que cometieron ese delito”. Explicó que los yazidíes fueron masacrados por sus creencias religiosas y exigió el castigo a los responsables, juzgándolos en tribunales internacionales.
Por su parte, el médico congoleño Denis Mukwege contó los terribles abusos que sufren mujeres y niños en su país. “El Premio Nobel que hoy nos conceden sólo tiene valor si se puede cambiar de forma concreta la vida de las víctimas de la violencia sexual en el mundo y se restablece la paz en nuestros países”, dijo Mukwege. Explicó que en el Congo hay una guerra por el control de minerales estratégicos como el oro, cobalto y coltán, usados en la fabricación de teléfonos celulares y autos eléctricos. “Esos productos se fabrican menospreciando la dignidad humana. Los minerales son extraídos por niños víctimas de abusos sexuales. Esto sucede ante la indiferencia del mundo. Por eso no solo los criminales deben ser castigados, también aquellos que miran a otro lado”, dijo Mukwege. ■