FUBA: la izquierda se alió a los K y votó nueva conducción, pero fue impugnada
Esas agrupaciones unidas consiguieron la mayoría. Pero desde el reformismo dicen que violaron el estatuto.
Las divisiones internas dentro de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) parecen no tener fin. En junio, y después de 17 años de predo- minio de la izquierda, el arco “reformista” (que agrupa a radicales, peronistas y socialistas, pero que está conducido por Franja Morada) logró imponerse en un congreso y retomar la presidencia de la organización. Y si bien la anterior conducción de izquierda denunció “fraude”, la nueva FUBA terminó siendo ratificada por la Inspección General de Justicia (IGJ) y las autoridades de la UBA.
Las buenas noticias les duraron poco a los reformistas, porque en las elecciones de centros de estudiantes de este conflictivo 2018 la izquierda ( aliada con el kirchnerismo) dio vuelta el marcador, y ahora esas agrupaciones unidas son mayoría. Aprovechando la nueva situación, se apuraron y convocaron para ayer a un nuevo congreso, con el objetivo de elegir a las nuevas autoridades.
Erigieron como co-presidentes a Fernando Ramal (del Partido Obrero) y Eva Dimopulos (de La Mella, cercana al kirchnerismo). Mientras que Lucía Cámpora -de La Cámpora- y Sacha Unamuno -de Nuevo Encuentro, el espacio de Martín Sabbatella-, serán los vicepresidentes.
Pero ahora los que impugnan el congreso son los reformistas. Afir- man que no se está cumpliendo con el mandato de un año que fija el estatuto (la actual conducción debería seguir hasta junio de 2019, dicen) y, además, que no puede haber dos presidentes y dos vices, porque la reglamentación de la FUBA no lo permite.
“La actual conducción tiene que terminar su mandato. El estatuto dice que se debe convocar al nuevo congreso con 10 días de anticipación de concluido el ciclo y, además, que se debe hacer un congreso por año: en 2018 ya se hizo. Para nosotros, lo de ayer equivale a un intento de destitución. Tampoco puede haber dos presidencias o dos vicepresidencias: están violando el estatuto. Por eso impugnamos el congreso de ayer ante la IGJ y no descartamos hacer alguna acción ante el rectorado o el Consejo Superior de la UBA”, le dijo a Clarín Felipe Vega Terra, consejero superior estudiantil y dirigente del reformismo.
Eva Dimopulos (elegida nueva copresidenta por La Mella) defendió ante este diario la posición de la izquierda. “Nosotros desconocemos el congreso fraudulento que hicieron ellos en junio, porque trucharon dos delegados y en ese momento lo certificamos ante un escribano. Con lo cual, no estamos acortando ningún mandato. En cuanto a la cantidad de presidentes, acá sucede como en los gremios o incluso la CGT, donde la forma de gobierno va variando con el tiempo. En la CGT, por ejemplo, hubo un solo conductor, pero luego triunviratos. Acá es lo mismo”, dice.
Y afirma que pretenden cambiar el estatuto, para ajustarlo a las dos presidencias, pero que para eso necesitan un congreso extraordinario con dos tercios de los delegados y –diceel reformismo “nunca quiere dar ese debate”.
Vega Terra reafirma que el congreso de junio “no fue trucho” y que cumplieron con todas las normativas. “La elección no recibió ninguna impugnación, ni del Poder Judicial, ni del rectorado ni de la Inspección General de Justicia. En el congreso que hicieron ayer, en cambio, no estuvo la IGJ, por ejemplo”, afirmó.
El esquema del “cogobierno” entre el Partido Obrero y La Mella (conocido como el “doble comando”) fue el esquema que estas organizaciones impusieron en los últimos años para garantizarse un acuerdo entre esas dos fuerzas más importantes de la izquierda en el mundo universitario de la UBA. Si hay dos presidentes, no hay ninguno que tenga más poder que el otro, y así se garantiza la unidad, por más que el esquema no esté establecido en el estatuto de la Federación. Ahora que sumaron a sectores kirchneristas, como La Cámpora o Nuevo Encuentro, también habrá dos vicepresidencias. ■