Después de 3 meses, Gendarmería desalojó una toma universitaria
Después de 89 días fue desalojado el vice rectorado de la Universidad Nacional de General Roca, durante un fuerte operativo desplegado ayer a la madrugada por Gendarmería Nacional. Terminaron detenidos los ocho estudiantes que permanecían en el interior del edificio. Otras tres personas fueron demoradas cuando intentaban entrar sin autorización para conocer el estado de los jóvenes.
El operativo incluyó a más de 50 agentes, una tanqueta hidrante, unos 15 vehículos y la utilización de un dron. El edificio se encuentra en ple- no centro de General Roca y los vecinos se mostraron sorprendidos por la presencia de la fuerza. A lo largo de la mañana se fueron reuniendo en los alrededores militantes de la CTA, partidos de izquierda y grupos de alumnos y docentes que rechazaban la toma desde un principio.
Personal de Salud del hospital local ingresó para confirmar el estado de los estudiantes, que fueron trasladados a los Tribunales.
Un grupo de personas, lideradas por el abogado Fernando Larrubia, intentó romper el cerco de seguridad, pero fueron contenidos de inmediato por los gendarmes. Hubo empujones, gritos y reclamos que se extendieron rápidamente por las calles. Finalmente, Gendarmería arrojó gases, tiró agua y disparó munición antitumulto. Larrubia y otros dos estudiantes quedaron detenidos.
Los estudiantes ocupaban el vice rectorado desde el 12 de septiembre. La acción fue liderada por las docentes Virginia y Victoria Naffa, dos hermanas que tienen una conocida militancia en el Partido Obrero y con simpatías con el kirchnerismo.
En las primeras semanas sus reclamos se centraban en un mejor presupuesto para el sistema universitario, aunque con el paso del tiempo el discurso fue perdiendo consistencia.
A principios de octubre pasado el juez federal Hugo Greca procesó a las profesoras Naffa bajo los delitos de “usurpación y coacción agravada”. El rectorado de la universidad por su lado, a cargo de Juan Carlos del Bello, suspendió a 20 alumnos que participaron de la toma.
Las autoridades de la casa de estudios estiman que ya se perdió más de un millón de pesos durante estos 89 días en reiteradas tareas de limpieza, destinadas a quitar graffitis y recoger basura, y por los numerosos problemas administrativos y de movilización que provocó el conflicto.
El 15 de noviembre pasado, este mismo grupo de estudiantes había intentado ocupar el rectorado de esa misma universidad, ubicado a unos 10 cuadras del vice rectorado, pero fueron repelidos a los empujones por más de 200 estudiantes, docentes y empleados que no querían interrumpir sus clases. ■