Clarín

Para la AFIP, Milagro Sala desvió $ 635 millones de un plan de viviendas

Según el organismo, en teoría debería pagar 222 millones en concepto de impuesto a las Ganancias.

- Daniel Santoro dsantoro@clarin.com

Una prueba clave de la condena de Milagro Sala a 13 años de prisión en la causa “pibes villeros” es una ampliación de denuncia de la AFIP ante la Justicia de Jujuy que revela que solo entre el 2013 y el 2015 desvió “$ 635 millones” para gastos personales y políticos y así debería pagar 222 millones en concepto de impuesto a las Ganancias. Esa cifra surge de restar a los gastos realmente hechos en la construcci­ón de casas, los fondos cobrados del Estado nacional por viviendas no construída­s, las “addendas” a los contratos y los montos cobrados por viviendas no terminadas.

En esa ampliación, se afirma que la AFIP debería considerar a ese monto como “ganancia gravada con el impuesto a las Ganancias en cabeza de quien finalmente dispuso de los fondos, esto es Milagro Sala” y así cobrarle esos 222 millones de impuesto a las Ganancias, pero es una opinión teórica porque ya fue condenada por fraude al Estado. Aunque en la Justicia argentina no hay posiciones unánimes sobre si correspond­e reclamar el pago por delitos diferentes de la evasión tributa. Por ejemplo, el fiscal de Casación Raúl Pleé ha sostenido que no debe reclamarse el pago de impuestos sobre la base que el Estado no puede asociarse al delito para la tributació­n.

En un informe de la delegación Córdoba de la AFIP, presentado por el ex subdirecto­r de Interior y actual director de Prevención de Lavado de Activos y Financiami­ento del Terro- rismo Jaime Mecikovsky, se afirma que se detectaron “serias irregulari­dades y conductas ilícitas con la construcci­ón de viviendas de los programas de viviendas sociales de la provincia de Jujuy”. Agrega que las 50 cooperativ­as de trabajo que creó "nunca presentaro­n comprobant­es de compras o gastos" y están integradas por las mismas 16 personas, revelaron a Clarín fuentes de la Justicia de Jujuy. Estas cooperativ­as, como “Pibes Villeros”, tampoco “hicieron asambleas, ni presentaci­ón de estados contables. Y todas tienen el mismo domicilio fiscal que la asociación civil Tupac Amaru.

Las cooperativ­as “nunca presenta- ron comprobant­es de compras o gastos, como se obtuvo copia o indicio alguna de la existencia de estos comprobant­es” y solo cumplieron el rol de “emisores de facturas” sin emitir comprobant­e alguno del pago de sueldos o aportes previsiona­les. Con la excepción de “Pibes Villeros”, el resto no tenía cuenta bancaria como co- rresponde. Y todos los cobros de los fondos federales se hicieron con cheques hasta 50 mil pesos para llevarse la plata en efectivo “e interrumpi­r el circuito de bancarizac­ión” y no dejar huellas sobre el destino final de la plata.

En cuanto a la Tupac Amaru, sus fondos “no condicen con los ingresos que la misma declaró y que consta en sus balances”. Por ejemplo, en el 2011 “se sortearon 20 automóvile­s y 20 motos” entre los militantes de la organizaci­ón K pero no figuran en los balances. Agencias de autos de Jujuy informaron que todos los vehículos fueron comprados al contado. Además, la Tupac compró equipos de TV por 1.600.000 pesos con fondos provenient­es de “donaciones” .

En cuanto a otras erogacione­s se verificó que Sala y su entorno tuvieron enormes gastos de alojamient­o en el hotel Acara de la Capital, tal como había afirmado la ex militante de la Tupac y actual diputada provincial Mabel Belconte, que no figuran en los balances. Solo en el 2015, Pedro Noro -cónyuge de Sala- pagó “más de $ 800 mil por pago adelantado de alojamient­o para el 2016”. Entre el 2014 y el 2015, Sala y su entorno gastaron más de $ 110 mil en pasajes de Aerolíneas.

En cuanto a la situación impositiva de Sala, se detectaron “inconsiste­ncias entre las cifras expuestas al inicio y al cierre” de sus declaracio­nes ante la AFIP. “Sus ingresos declarados no le permitiría­n la adquisició­n de rodados, donación de dinero a su hijo e importante­s gastos de pasajes y estadías” tanto adentro como fuera del país. En sus declaracio­nes se encontraro­n ajustes en los pagos “superiores a los $ 800 mil”. Su cónyuge Noro no estaba, al menos hasta el año pasado, registrado ante la AFIP pese a tener un Peugeot 3008 modelo 2013, mientras que su hijo Sergio es dueño de una Hilux 4x4 y un Fiat 500 pese a ser solo empleado de la provincia y su hija Claudia “registra compra de inmuebles y autos de alta gama desde el 2008 sin justificar”. En las conclusion­es se asegura que Sala dirigió un grupo organizado que “en forma sistemátic­a realizó una serie de maniobras que le permitió el manejo discrecion­al de la totalidad de los subsidios remitidos por el estado destinados a la construcci­ón de viviendas” y su desvió para su “provecho propio, para su entorno familiar, para terceros y para el gasto político”. ■

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