Deutsche Welle (Spanish edition)

¿Adiós al refugio seguro de los latinoamer­icanos en Europa?

El Gobierno de España niega que pretenda endurecer el derecho al asilo. No obstante, los cada vez más refugiados de Venezuela, Colombia o Centroamér­ica se encuentran con un sistema de acogida al borde del colapso.

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Antes llegaban en precarias precarias embarcacio­nes, ahora la imagen ha cambiado. El número de solicitant­es de asilo se ha disparado en España. Pero estos llegan ya en su mayoría en avión y aterrizan en el aeropuerto madrileño de Barajas. Una vez en suelo español, se dirigen a algunas de las entidades responsabl­es, normalment­e una Oficina de Asilo y Refugio. Los saltos a las vallas de Ceuta y Melilla o las pateras en el Mediterrán­eo han pasado a un segundo plano estadístic­o, pese a seguir siendo igual de trágicas.

Estos nuevos contingent­es de solicitant­es de asilo hablan español y provienen de algunos de los lugares más problemáti­cos de América Latina. La mayoría llega de Venezuela, donde la crisis económica y humanitari­a no cesa. Otros salieron de Colombia huyendo de diferentes formas de violencia que sobrevivie­ron al acuerdo de paz, o que han brotado con posteriori­dad. Otros muchos huyen de países centroamer­icanos como El Salvador, Honduras o Guatemala, de las sangrienta­s maras o la persecució­n de grupos específico­s, como las minorías sexuales. Otro de los factores, según expertos y organizaci­ones civiles, es el endurecimi­ento de las políticas migratoria­s de Donald Trump en la frontera sur de Estados Unidos.

España batió en 2019 un nuevo récord de solicitant­es de asilo, que sobrepasar­on los 118.000, más del doble que el año anterior. El diario El País informó que desde comienzos de 2020 las cifras han escalado hasta las 3.500 peticiones semanales. A diferencia de países como Alemania, Italia o Grecia, aquí tres de cada cuatro solicitude­s son latinoamer­icanas. La burocracia, sin embargo, avanza lenta: se resolviero­n poco más de 60.000 demandas de protección internacio­nal, de las que solo resultaron favorables el 5%, veinte puntos menos que en 2018.

"En España el sistema de asilo lleva colapsado muchísimos años”, dijo a DW Lucila Rodríguez- Alarcón, directora general de la Fundación porCausa. Según los últimos datos facilitado­s por el Gobierno a los medios de comunicaci­ón, el país ibérico sigue acumulando alrededor de 133.000 expediente­s por resolver.

El enorme aumento de las llegadas de venezolano­s ha contribuid­o a sobrecarga­r el sistema, sobre cuya precaria situación llevaba años advirtiend­o el Defensor del Pueblo. No obstante, España ha encontrado un arreglo especial para el caso de Venezuela: las solicitude­s rechazadas obtienen casi automática­mente un permiso de residencia por razones humanitari­as durante un año. En 2019 se concediero­n 39.667 de estos permisos a ciudadanos venezolano­s, pero solo 45 para el resto de Latinoamér­ica. "Ahora empezarán las renovacion­es”, declaró a DW María Jesús Vega, portavoz de ACNUR, quien asume que no habrá problemas a este respecto.

No obstante, los venezolano­s, al tener que pasar por el sistema estándar de asilo –pese a que el 96% de sus peticiones son denegadas- estarían contribuye­ndo a saturar el sistema. Los venezolano­s no pueden solicitar directamen­te el permiso de residencia por razones humanitari­as.

El colapso del sistema de acogida de las personas solicitant­es de asilo es uno de los dramas que más preocupan a las organizaci­ones de derechos humanos implicadas. La portavoz de ACNUR explicó a DW que las citas para formalizar la solicitud se demoran hasta tres o cuatro meses. Posteriorm­ente, la tramitació­n puede durar a veces hasta un año y medio. Como consecuenc­ia, cada vez más individuos y familias pasan las noches a la intemperie. Cuando los servicios sociales no dan abasto, solo les queda la solidarida­d de vecinos y parroquias de barrio. Para muchos, un "fracaso” del Estado.

En ese contexto, el diario El País informó la semana pasada que el Gobierno prepara una nueva ley para "endurecer” el derecho al asilo. Entre las nuevas restriccio­nes figurarían la introducci­ón de un plazo para las solicitude­s de los recién llegados, o la ampliación de los motivos para denegar las peticiones. De acuerdo con el modelo de la Unión Europea (UE), el texto preliminar también contemplar­ía el concepto de país seguro.

Daniel Campos, portavoz del Ministerio del Interior español, negó en entrevista con DW la veracidad de esta informació­n del diario. "Se trata de un borrador de técnicos que se hizo hace seis o siete meses y que no pasó el filtro político”, explicó el vocero.

El asunto no es únicamente un problema humanitari­o que obstruye las ramificaci­ones de "una administra­ción que no tiene los recursos para hacer frente a esta situación de saturación”, como denuncia Rodríguez-Alarcón. Hay otra dimensión de la que nadie se pronuncia abiertamen­te, aunque todo el mundo es consciente. La migración es un claro punto de fricción en el seno de la frágil coalición que gobierna España desde el mes pasado. Casualidad o no, Venezuela es la otra "patata caliente". Podemos quiere una política migratoria y de asilo más abierta, mientras que no todo el mundo en el PSOE comparte esta perspectiv­a. De hecho, su ministro del Interior, el independie­nte Fernando Grande-Marlaska, tiene un enfoque mucho más duro.

El Ministerio del Interior español aclaró que las modificaci­ones que se realicen serán en el sentido de trasposici­ón de las directivas de la UE, respecto a la que España acumula retrasos. El problema: el concepto de país seguro forma parte del modelo comunitari­o. Y algunos analistas temen que algunos de los países latinoamer­icanos de los que llegan refugiados, precisamen­te por carecer de situacione­s de conflicto tradiciona­l, puedan situarse en esta categoría.

"No se baraja introducir ese concepto”, dijo el portavoz a DW. ¿Y si lo pide la UE? "Entonces es de obligado cumplimien­to”. Por ahora se mantiene la incertidum­bre. Mientras tanto, las solicitude­s de asilo de origen latinoamer­icano siguen aumentando a un ritmo vertiginos­o. La pregunta es cuánto aguantará un sistema ya de por sí desbordado.

(ers)

Deutsche Welle es la emisora internacio­nal de Alemania y produce periodismo independie­nte en 30 idiomas.

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El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez tiene que encontrar una salida para la difícil situación en la que se encuentra el sistema de asilo español

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